24 de septiembre de 2010

Una estrella en The Bridge

Su altura no le permite mirar de frente a los rivales. Su constitución física es de un chico delgado, muy delgado y atlético. Contempla a su alrededor con una mirada seria, responsable y con signos de concentración máxima. Apenas sonríe mientras está en la línea de banda de Stamford Bridge a punto de entrar al campo. Dentro de sí mismo esconde una pillería innata que saca a relucir cuando conduce el balón y esquiva rivales como si regatear fuera el movimiento más sencillo del fútbol. Talento, lo llaman algunos: Joshua McEachran.

Hace ya varios meses desde que el joven de Oxford decidió entrar –como un elefante en una cacharrería- en una lista de grandísimos jugadores en potencia. El Europeo U17 fue un muestrario de su personalidad y de su manera de moldear un equipo. Él decide, él participa, él juega y los demás rinden. Escorado a la banda izquierda en un 4-3-3, él era una bombilla encendida en caso de emergencia. Los balones que le llegaban los recogía con brazos abiertos dispuesto a iniciar una nueva combinación. No hay mejor ejemplo para describir a McEachran que el primer partido en la fase de grupos contra la República Checa.


Siendo un niño, sus profesores describían sus aptitudes de la siguiente manera: “awesome”. Lamentaban no poder incluirle en más de un deporte, pues era válido para una gran cantidad de ellos. Siempre un paso por delante, un erudito de su generación. A la edad de dieciséis años jugaba en el Chelsea Sub 18; con 17 ya es titular en el Reservas, y su debut con el primer equipo no se ha hecho esperar. Empezó en pretemporada, se mostró en Champions League contra el Zilina y deslumbró el miércoles contra el Newcastle en la Carling Cup. La derrota duele menos cuando una actuación individual te asombra tanto hasta un punto en que lo colectivo se desplaza a un segundo plano.

Pasan diez minutos de la segunda parte cuando Kalou cae al suelo lesionado. Carlo Ancelotti se da la vuelta y señala al número 46 como sustituto. El resultado en The Bridge es de 1-3 a favor de las urracas. Durante más de media hora, Joshua McEachran es una amplísima gama de recursos técnicos, capacidad inventiva y asociativa; una emanación constante de juego desde la posición de playmaker. Controla y conduce con el exterior de su pie izquierdo mientras recorta jugadores con bruscos giros de cintura. Transmite sensación de superioridad frente a cualquier rival que se le acerque. Sus compañeros le buscan y él se ofrece en la base de toda jugada; el primer pase siempre es suyo. Enseña el balón, lo desplaza suavemente para atrás con su planta del pie izquierdo para girarse y volver a buscar un compañero. Es su movimiento preferido (48" del primer vídeo), dentro del manual de actuación que presentó el miércoles.

El partido termina 3-4 en un emocionantísimo final. Ameobi lidera al Newcastle pero el espectador londinense ha notado una sensación especial. “Fue magnífico desde que entró; como si una estrella hubiera nacido en Stamford Bridge”, afirmaba el comentarista de televisión. Estupefactos, incrédulos, maravillados, los blues asumen una derrota con la alegría de tener un prodigio en casa. Una exhibición de talento diferencial a esa edad no es corriente. La ventaja –y factor determinante para afirmar su potencial- es que Joshua está convirtiendo lo espléndido en rutina. Es sorprendente en lo predecible. Inglaterra puede ahora fantasear a corto plazo con un trío en la selección formado por Wilshere, Adam Johnson y Joshua McEachran. Nunca un sueño fue tan ilusionante y posible a la vez. Awesome, ya lo decían algunos.

22 de septiembre de 2010

Apuntes de Carling

Mientras media Europa disputa una jornada de liga entre semana, Inglaterra aprovecha para moldear su calendario e introducir la primera ronda la devaluada Carling Cup. Es conocido por todos que los equipos infravaloran esta competición por significar una suma de partidos por un torneo que no aporta un reconocimiento justo –o todo lo justo que gustaría- pero no es menos cierto que sigue habiendo el mismo ambiente especial en cada partido que se disputa. Tanto es así, que la jornada de martes nos dejó detalles interesantísimos a la hora de juzgar los quehaceres de diferentes equipos.


No hay dudas a la hora de catalogar el encuentro de White Hart Lane entre locales y gunners como evento del día. Wenger no abusó de adolescentes –algo de lo que siempre ha sido criticado en esta competición- pero sí dio su oportunidad a Lansbury, Djourou o Gibbs. Aunque estemos acostumbrados a verle en acción, Wilshere y sus dieciocho años también fueron titulares. En los Spurs queda la certeza de la involución que sufre David Bentley y el papel al que ha sido relegado, además del debut de Sandro con su nueva camiseta y de los errores de Caulker en defensa. El encuentro, ya en la prórroga, se decidió con dos penaltis transformados por Nasri y varios destellos –añorados por muchos- de Andrei Arshavin.

El West Ham apaleó al Sunderland (1-2) después de que éstos colocaran un tridente ofensivo formado por: Gyan, Bent y Welbeck. Los hammers encuentran así una bocanada de aire fresco que no sería bueno que se tradujera en fatiga para la Premier League. Por su parte, el Birmingham terminó en cuatro minutos con el humilde MK Dons (3-1). Titulares todos los fichajes veraniegos: Hleb, Derbyshire, Zigic, Foster y Beausejour, además de Adrián Vallés en la segunda parte. La nota negativa la puso Míchel, que fue sustituído por Craig Gardner en la primera parte. En el Britannia, el Stoke doblegó a un Fulham (2-0) que alineó a su equipo de gala con la novedad de Zoltan Gera.



Las dos sorpresas de la jornada las protagonizaron Brentford (1-1 y 4-3) y Burnley (1-0), tras vencer al Everton –con un once muy cercano al titular, y convocando a un proyecto de jugadorazo como es Ross Barkley- y Bolton respectivamente. El primero de ellos, tras una tanda de penaltis; y el segundo después de vencer 1-0 a un Bolton del que se puede reseñar la titularidad de Marcos Alonso y Rodrigo, canteranos del Real Madrid. El Burnley, del que hablamos recientemente, posee un equipo de lo más interesante con talentos como Jack Cork o Jay Rodríguez (posible candidato a entrar en la teoría del 19, explicada aquí y aquí), por ejemplo.


Para terminar, varios apuntes breves. El Portsmouth sigue descendiendo su interminable cuesta abajo siendo eliminado por el Leicester City (1-2) en Fratton Park. El Swansea elimina al Peterborough (1-3) con Hat trick del delantero Scott Sinclair, además de destacar la participación de Ashley Richards como titular. Los Wolves, sufrieron pero ganaron al Notts County (4-2). Y, por último, el Milwall cae ante el Ipswich Town (1-2) donde es inevitable elogiar el trabajo de cantera. Comenzaron el encuentro con Luke Hyam (18 años, número 19 en la camiseta, y nuevo candidato a la teoría del diecinueve) y Andros Townsend (19 años) para terminar con Connor Wickham (17 años).

21 de septiembre de 2010

Gana si quieres crecer

El puesto de entrenador es tan importante que muchos no se llegan a plantear cuánto puede modificar el destino de un equipo. Se habla del estado de forma del delantero o de los errores que comete el defensa, pero el hombre sentado en la banda que contempla el modo de actuar de los suyos es el guía moral personificado, hasta el punto de que su actitud puede moldear la conciencia de un colectivo o la manera de valorarse con respecto al rival.

Roberto Martínez afronta su segunda temporada al frente del Wigan Athletic. Llegó como un genio escondido, después de triunfar en el humilde Swansea –aficionados que no olvidan su marcha repentina-, al equipo que le dio cobijo en su época como futbolista y que le otorgó un nombre en las islas. Resumir su primer año con los Latics sería encuadrarlo en torno a los conceptos de irregularidad y debilidad. Vulnerabilidad, seguramente, también entraría en este conjunto de términos. Nunca dieron la sensación de mordiente (9 victorias y 20 derrotas) que sí mostraban otros equipos de su nivel (véase Birmingham), y se asemejaban peligrosamente a los equipos que estarían luchando por el descenso (véase Burnley o Hull City).


Una remontada para el recuerdo en el DW Stadium frente al Arsenal (del 0-2 al 3-2 en escasos minutos) les salvó de la tragedia. Ahora las cartas están nuevamente sobre la mesa y Roberto tiene el poder de elegir un nuevo camino a seguir. Suele decirse que los errores del pasado sirven para mejorar en el futuro y que vivir la progresión desde dentro es un signo de aprendizaje evidente. Las incorporaciones han subido un escalón el nivel hipotético del equipo. Mauro Boselli –uno de los mejores rematadores del panorama internacional-, Ronnie Stam –lateral que llega de vencer la Eredivisie con el Twente-, Antolín Alcaraz –defensa paraguayo que fue una de las sorpresas más agradables del reciente campeonato del mundo-, Franco Di Santo –delantero argentino de 21 años procedente del Chelsea-, o Tom Cleverley –una de las promesas más atractivas del Manchester United que llega como cedido-, son los nombres que más pueden ilusionar y aportar.

Cinco partidos de Premier League les sitúan en descenso con una victoria (contra el Tottenham en White Hart Lane), un empate y tres derrotas. Hay detalles que no cambian en un corto período de tiempo. Las lagunas defensivas del Wigan son sobradamente conocidas mientras que los caminos para atacarlas los han utilizado todos los rivales (13 goles en contra). Los dos goles recibidos contra el Manchester City en este fin de semana representan los errores. La falta de pegada es preocupante a pesar de contar con una línea ofensiva con nombres como Hugo Rodallega, Mauro Boselli, Franco Di Santo o un Víctor Moses (77 minutos en total y un partido de titular) muy desaprovechado en este inicio de temporada.


Sin embargo, actitud y resultados no son raíces comunes para justificar el rendimiento de un conjunto. Ya es sabido que los resultados no han acompañado, por el momento, a los de Roberto Martínez. No así la actitud, ni mucho menos. Propuesta de fútbol de posesión, de dominio del encuentro y de juventud por bandera. Prueba de ello son los tres jugadores encargados de dominar el centro del campo: Hendry Thomas (25), Mohamed Diamé (23) y James McCarthy (19), sin olvidar a Jordi Gómez (25), Charles N’Zogbia (24) o Tom Cleverley (21). El ex del Rayo está cuajando un inicio de temporada para enmarcar, mientras que la contratación de Al Habsi en la portería –muy criticable conociendo la procedencia- está dando más resultados de los esperados (la victoria en The Lane lleva su nombre en mayúsculas). Resultados que, por otra parte, confiamos que se traduzcan en puntos, esa báscula tan irregular para medir la eficiencia de un equipo. Si quieres crecer, y que te lo valoren, gana.

14 de septiembre de 2010

Un día fueron grandes

Por mucho que tus intenciones futbolísticas sean las más vistosas, no pienses que tienes el éxito garantizado. Podrás ascender a la Premier League, pero la gran mayoría de equipos te pisotearán sin el menor cuidado. A nadie le importa del lugar que vengas; sólo buscan la victoria. En el fondo, no eres más que un equipo de ciudad humilde que se limita a disfrutar de lo que el buen trabajo te ha regalado. Un caramelo tan dulce que se termina demasiado pronto sin tiempo para poder aprovecharlo. Pero eres incapaz, no mantienes la categoría, y vuelves al lugar en el que conseguiste ser grande. Ahí, donde hace poco más de un año lo lograste. Con el sabor placentero del pasado intentarás rendir en el presente.

Entonces vuelves a la rutina, juegas contra equipos de tu nivel y Turf Moor vive un nuevo derby de Lancashire contra el Preston. En pleno mes de septiembre, la gente acude al estadio con abrigos y chaquetas. Hay rayos de sol pero se nota el viento frío que te desactiva del partido con el mínimo ápice de normalidad. El suelo congela tus pies con el 1-3 del marcador. Necesitas que ocurra algo diferente, algo que haga cambiar el ambiente y el sentir de los tuyos para mentalizarte de que un día fuiste grande y de que hoy es el primer escalón para llegar de nuevo a la cima. Un simple botón que torne los recuerdos en vivencias al momento.

Un impulso, dos corazonadas y tres goles. Diez minutos. Burnley se convierte en una sinfonía constante con Tom Hark de fondo, tradicional canción en cada gol. Los Clarets son felices, saltan y cantan. Remontan y se llevan el partido. Chris Iwelumo pasa a ser la emoción personificada, ídolo y máximo artífice del logro. Quizás fuera la magia; quizás un simple acto heróico. Lo que está seguro es que, el sábado, los aficionados del Burnley volvieron a su casa con una melodía en la cabeza, un partido que contar a sus familias y recordando que, sea en la división que sea, la grandeza es eterna por el simple hecho de querer revivirla cada día. Y así fue.


9 de septiembre de 2010

Múltiples variantes para Redknapp

La defensa del Tottenham se ha hecho pedazos. A la irregularidad de Benoît Assou-Ekotto en el lateral izquierdo y a la facilidad de lesión de Ledley King en el centro de la defensa, se les ha sumado, desde el pasado viernes en el partido contra Bulgaria, la baja de Michael Dawson que estará de baja, al menos, durante las próximas seis semanas. El capitán Spur sufre un esguince en el ligamento medial de la rodilla izquierda y en uno de sus ligamentos del tobillo izquierdo, lo que conlleva nuevos experimentos por parte de Harry Redknapp para conseguir un orden defensivo.

Se ha especulado mucho sobre las posibles formaciones. Gareth Bale es un factor fundamental en cualquier permuta del once inicial debido a su polivalencia a lo largo de toda la banda izquierda. Asímismo, el fichaje de Rafael Van der Vaart amplía el rango de variantes en las posiciones de ataque. Demasiados jugadores de tres cuartos para delante hacen pensar por un cambio táctico. En los tres partidos iniciales de Premier League, los londinenses han optado por dos mediocentros siendo siempre Tom Huddlestone uno de ellos. Modric, Jermaine Jenas y Wilson Palacios han sido sus acompañantes. La actualidad pide una modificación que acoja a las novedades y sepa disimular las ausencias.

La zaga defensiva tiene, como mayor problema -a parte de la lesión de Dawson-, la incapacidad física de Ledley King para jugar más de un partido semanal. Con la Champions League en el horizonte, hay que optar por una escala de importancia y saber regular sus minutos en el campo. De este modo, la participación de William Gallas en el centro de la defensa podría resultar jugosa, que seguiría teniendo a Vedran Corluka y Yoanes Kaboul como fijos y Bassong o Kyle Naughton como alternativas. Sin embargo, los constantes errores y descuidos defensivos de Assou-Ekotto abren, aún más, el abanico de posibilidades teniendo la opción de devolver a Gareth Bale a su posición en la defensa. El joven galés, que explotó todas sus cualidades y se mostró a Europa en el final de la temporada pasada, ha comenzado esta campaña como interior zurdo. Una interesante estadística demuestra que su capacidad para ocupar ese lugar y sacar ventaja de su habilidad es totalmente cierta.

Y es que cuando decimos que el equipo, en esta situación concreta, gira en torno a Gareth Bale no nos quedamos cortos. Asumiendo un cambio táctico hacia el 4-1-4-1 con Tom Huddlestone como único pivote (con Sandro, Jenas y Wilson Palacios como dignos sustitutos, teniendo la opción de adelantar a alguno a la linea de cuatro), quedarían cuatro posiciones para una abundante lista de jugadores, a saber: Luka Modric, Rafael Van der Vaart, Aaron Lennon, Giovani Dos Santos, Nico Kranjcar, David Bentley, Jaime O'Hara y Danny Rose. Demasiados, seguramente.


Es por este motivo por el que, concluyendo, la opción a corto plazo sería retrasar a Gareth Bale en detrimento de Assou-Ekotto, dejando así una plaza más para un jugador como Nico Kranjcar que -con su juego participativo en campo rival y con una tendencia a meterse hacia el interior- dejaría un espacio amplísimo y jugoso para que el mismo Gareth Bale pueda seguir mostrando todas y cada una de sus facultades de ataque. Este es, quizás, un planteamiento muy ofensivo -pudiendo moderarse con la inclusión de otro jugador más físico, como Wilson Palacios, para optimizar las ayudas- pero al mismo tiempo muy goloso para todos aquellos que disfrutan con el fútbol de ritmo y de pegada. Harry Redknapp tiene la responsabilidad. Bendita decisión.