19 de mayo de 2011

Kanu, Ramsey y los demás

De vez en cuando está bien retroceder en el tiempo y poner la vista en la progresión de los equipos, en comprobar cómo han ido creciendo o devaluándose, cómo han conseguido unos resultados o de qué manera han decaído estrepitosamente. Un buen ejercicio de análisis se puede hacer en base a la final de la FA Cup en 2008. Desde aquel día los caminos de Portsmouth y Cardiff han tenido un punto de inflexión abismal, difícilmente entendible en el caso de los ingleses. Y en el contexto del encuentro, dos bases trascendentales: un hola y un adiós; Aaron Ramsey y Nwankwo Kanu.

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El joven galés de sólamente 18 años se presentó al mundo en aquella edición de la FA Cup. En la final fue suplente y jugó media hora. Nervioso, con la necesidad de empatar el partido, impreciso. Pero los destellos de liderazgo no responden a la precisión y Ramsey los tenía. Entró para ocupar el volante derecho pero rápidamente las necesidades de su equipo lo demandaban en el centro, en la media punta, para enlazar con el ataque. De aquel once aún continúan McNaughton, McPhail y Wittinhgam. Tanto Ledley como Loovens emigraron a Escocia, al Celtic de Glasgow, donde esta temporada han sido subcampeones. En punta era indiscutible Hasselbaink y en defensa, un impecable Roger Johnson.

La victoria (1-0) del Portsmouth se convirtió en la cima cualitativa de una plantilla que hoy añora los detalles técnicos de antaño. El once que presentó el Pompy bien merece un comentario acorde con el nivel competitivo que mostraba. Tres años más tarde, varios de sus jugadores han alcanzado la cima -Lass en el Real Madrid, Muntari en el Inter o Glen Johnson en el Liverpool-, otros aún tienen aspiraciones potenciales de mostrar mucho más de sí -Niko Kranjcar en el Tottenham- y un tercer grupo en el que se quedan otros como Utaka, Distin o Mendes, los cuales ya han mostrado cuál es su techo. No sólo la alineación titular resalta, ya que desde el banquillo, o incluso fuera de la convocatoria, estaban jugadores como Milan Baros, Defoe, Lauren, Diop o Benjani.


Pero quizás lo más reseñable de aquella alineación fue el saber conjugar los momentos álgidos de varios de sus integrantes junto al tierno fútbol de los que aún estaban en progresión. Entre los veteranos estaban David James, Sol Campbell o Hreidarsson. Pero la importancia recaía en Nwankwo Kanu, cuyo fútbol se valora más a medida que se va echando de menos. Su plasticidad, la manera de estirar la pierna para acariciar el balón y darse la vuelta, su carrera espigada y su trote lento y estético, la facilidad para pisar la pelota y driblar a un rival sin perder el equilibrio y su toque de interior aún laten en Portsmouth, en sus últimos meses como profesional.

2 comentarios:

davidirracional dijo...

el pobre pompey, de lo que era a lo que es, aunque podria servir para aprender que no se puede vivir por encima de tus posibilidades.

todavia alucino con el equipazo que tenian los sureños por aquel entonces

Marc Calduch dijo...

La verdad es que fue una final atípica aunque bonita.

Saludos desde CAVIAR DE FUTBOL