29 de abril de 2010

Scorey y su caballo blanco

En un mundo que tiene por necesidad el hecho de estar informado en todo momento, y la evolución de los medios para conocer lo que te propongas en el lugar en el que te encuentres, recordar un hecho pasado es sinónimo de tranquilidad y reflexión. Las noticias nos atrapan cada día conforme pasan los minutos. Conseguir salir del círculo informativo durante un tiempo, y darte cuenta de todo lo que ha pasado mientras sólamente te centrabas en la actualidad, permite tener una visión distinta de las cosas y agradecer a todos los que han hecho algo para que tú estés ahí teniendo novedades que contar. En ese momento, piensas sobre el pasado y analizas causas y consecuencias. Quizás hubo un momento, un punto de inflexión, que pasaste por alto debido a la rutina diaria.


Inglaterra es conocida por tener una afición fiel elevada a la máxima potencia. Desde que empiezas a seguir el fútbol, partes de un hecho completamente rotundo y sin ningún punto en el que dudar. Que la afición acuda a los estadios es tradición y no hace falta preguntarse el por qué. Aquí nos encontramos en el momento exacto para salir de todo presente y echar la mirada al pasado. Aquí nos toca reflexionar sobre aquello que ocurrió que cambió el sentido de lo que ahora vemos como obvio. Remontarse al año 1923 y aterrizar en Wembley, en medio de una final de FA Cup entre Bolton y West Ham, nos daría los argumentos necesarios para explicar las razones por las que comienza esta tradición o, dicho de otra manera, el principio de la pasión futbolística dentro de las Islas Británicas.

Como suele ser normal, en la previa a un partido de fútbol, la gente acude al estadio en masa. Si hablamos de una final, habría que multiplicarlo por el doble. Y si hablamos de la FA Cup, tendríamos que darle una importancia todavía mayor. El buen clima y fácil acceso en transporte público, hicieron de Wembley el lugar perfecto para pasar la tarde del 28 de abril. Las puertas se abrieron con tres horas y media de antelación. Con el comienzo del partido cada vez más cerca, el aforo de 125.000 espectadores comenzaba a llenarse y los aficionados colapsaban las entradas. Al grito de “se cierran las puertas”, la policía intentaba detener a la muchedumbre que se adentraba en el estadio.


Tres cuartos de hora antes de las 15.00, la barrera policial se había roto y los espectadores se vieron obligados a saltar al césped debido a la gran cantidad de gente en las gradas. Tanto Wembley como sus alrededores quedaron completamente colapsados. De hecho, los jugadores del Bolton aún no habían podido llegar al vestuario. Se llegó a plantear la suspensión del partido hasta que llegó el rey Jorge V al estadio. Difícil de pensar en la sociedad actual, pero el comportamiento de los aficionados cambió radicalmente hacia uno mucho más respetuoso y sereno. Con el God Save The King en boca de todos, la actitud cambió e hicieron por colaborar con la policía que buscaba el orden total. Y así fue como se llegó a la imagen que pasará a la historia de este deporte.

La policía montada a caballo dispersaba a la gente que aún quedaba en el terreno de juego. Fue Billie, el caballo gris (blanco en la foto de la época) que montaba George Scorey, el que acudió al lugar donde la multitud no dejaba de aumentar. La imagen del caballo blanco en medio de una masa de gente titula el nombre de aquella final. Como dicen muchos, sin la aportación de Scorey en aquel llamamiento al orden, la final podría no haberse disputado. Finalmente, cuarenta y cinco minutos más tarde de lo estipulado, Bolton y West Ham se enfrentaron en el partido que no pasará a la historia por los noventa minutos, sino por las cinco horas anteriores. El Bolton se llevó la victoria por dos goles a cero, aunque es posible que el resultado fuera lo de menos. El fútbol y el espectáculo primaron por encima de todo.


Y así, reflexionando sobre el pasado, llegamos a conclusiones en el presente. La final del caballo blanco, no será recordada sólamente por el primer partido que se jugó en Wembley, sino por el éxito del aficionado al fútbol. Porque el resultado del partido no es tan importante siempre que el resultado del acontecimiento siempre sea a favor del deporte.

27 de abril de 2010

Fever Pitch

Ser seguidor del fútbol no es sólo ver los partidos de tu equipo. Hablar sobre el resultado del día anterior no es más que ser un espectador. No es, en absoluto, conocerse todos sus jugadores y rivales. Para nada es celebrar las victorias y animarse en los momentos de derrotas.


"Simplemente no puedes encontrar eso fuera de un campo de fútbol; no hay ninguna parte más en todo el país que te hará que sientas que estás en el corazón de las cosas. Porque da igual al garito que vayas, o toques, o películas, o cualquier concierto que veas, o restaurante en el que comas; la vida continuará igual en tu ausencia, como siempre hace; pero cuando estoy en Highbury para partidos como ese, siento que el resto de el mundo se ha parado y se amontona en los alrededores, esperando oír el resultado final."

Nick Hornby, Fever Pitch.


Ser fan es formar parte del equipo. Cuando creas que no importas, cuando necesites darle un sentido mayor a tus aficiones, siempre lo tendrás ahí. El fútbol te acoge y no rechaza a nadie. Ya tienes todo preparado. Eres uno más de ellos. Ahora: Sueña.

25 de abril de 2010

Calidad diferencial, Scott Parker

Si hace tiempo que ya hablamos de Scott es porque se lo merecía. Y si hoy lo vuelvo a hacer es porque algo habrá hecho digno de mencionarse. Ser el líder en un equipo que lucha por el descenso es tener unas cualidades especiales. Cuando la tensión asoma y el peligro se palpa, eres tú el que tienes que sacar a los demás de la quema. La línea que separa el triunfar del descender es tan delgada que un error te manda de un extremo al otro en apenas segundos. Upton Park sentía el descenso tan cerca que el gol de Scott les aupó tanto que ya se ven salvados. Una simple acción maestra que marca diferencias. Esa diferencia innata que sólo la tienen algunos jugadores. La misma diferencia que posee Scott Parker.


Cuestión de una jugada. Recibir el balón, arrancar, mirar a la portería y colocar el disparo en el mismo lugar donde lo habías puesto décimas antes en tu mente. Ejecutar un disparo perfecto para definir el partido soñado. De una manera tan aparentemente sencilla ejecuta el golpe definitivo. El gol que cierra las puertas a las dudas y abre las de los sueños. Seguir en la Premier tras un año para el olvido es el mejor regalo que se podían dar los Hammers. Jornadas de sufrimiento, partidos que no se cierran, y otros que te los quitan sin tener tiempo a reaccionar. La suerte del West Ham es la que no han tenido los otros tres equipos por debajo en la clasificación. Aunque hablar de suerte sería injusto. Dejémoslo en calidad diferencial. Y buena parte de ella también la pone nuestro protagonista de hoy.

Jugar de manera sencilla es la forma más vistosa y viable para llegar al éxito. Lo mejor llega cuando el éxito no es individual sino compartido. Scott Parker triunfa cuando el West Ham gana. Mejor dicho, si el West Ham gana, en buena parte es por el buen trabajo de Scott. Llegar a todas las coberturas de los laterales, ser el objetivo para sacar el balón y tener capacidad de terminar las jugadas. Absolutamente todas las facetas del juego pueden pasar, en un momento determinado, por el ocho hammer. El recital de Scott durante la tarde de ayer ante el Wigan no es más que una confirmación de la temporada realizada. Y no es la primera. El año pasado ya fue nombrado por la afición como “Hammer of the Year”.


El día en que el West Ham se enfrentó al Chelsea en Upton Park en el partido de ida, fue la cita con la que Scott me encandiló. Una vuelta entera después, no ha dejado de hacerlo. De hecho, en Stamford Bridge marcó un golazo sólo apto para aquellos jugadores elegantes. Sin ir más lejos, ayer volvió a dar muestras de su enorme calidad. Los goles y sus actuaciones son las pruebas más fiables en las que se basa alguien para alabar a un jugador. Yo las utilizo para engrandecer el trabajo de Scott. Una vez más, el fútbol elegante triunfa y tiene su reconocimiento. Después de mucho sufrimiento en las últimas jornadas, podemos decir que el West Ham seguirá en la Premier el año que viene. Muchas gracias Scott por la parte que te toca. Es mucha.

23 de abril de 2010

Les cambió la vida

Les cambió la vida. Si fue para bien o para mal ya lo veremos, pero aquella entrada ha sido un punto de inflexión en sus carrera. De momento ha sido para mal, en varios aspectos. Uno de los centrales con mayor proyección de las Islas quedará marcado por un hecho de dureza. Es muy posible que ya no se le mire con los mismo ojos, que sus acciones buenas sean utilizadas como equivalentes a lo malo que hizo. La mala suerte se cebó con él en febrero. No quiero decir que la entrada no fuera excesiva, pero si diré que no era a conciencia. Sólo aquellos jugadores sin sensibilidad harían eso intencionadamente. Aquel día sufrí de la misma manera por Ryan y Aaron. Dos jóvenes talentos que fueron compañeros en un desafortunado lance del juego.


El próximo martes 27, se cumplirán dos meses de aquel fatídico día. Desde entonces, y aunque suene cruel, ninguno de los dos ha vuelto a jugar al fútbol. El caso de Ramsey todos lo conocemos. Hasta la temporada que viene le estaremos esperando. En el Arsenal ya se estaba ganando su posición en el equipo titular y como pareja de Cesc y Nasri era de lo más ilusionante. Con un medio centro de posición como podrían ser Diaby o Song, el galés formaba una dupla fascinante con Cesc. Una patada y año terminado. Aaron era, y sigue siendo, uno de los cracks en potencia que tiene la escuela de los Gunners. Apenas 19 años y el primer batacazo a su corta carrera. Y menudo batacazo. Dure lo que dure su lesión, y tarde lo que tarde en recuperarse, todos esperaremos el regreso al fútbol de Aaron Ramsey, el chico que, con 17 años, llevó al Cardiff a una final de la FA Cup.

Sin embargo, el caso de Ryan es diferente. La entrada fue terroríficamente dura, superando con creces la barrera de lo deportivo. Fue justamente expulsado y asumió su entrada con toda la humidad. Si te vas llorando del campo es porque reconoces tu error, no hay que darle vueltas al asunto. No todos lo hacen, gesto que le honra. Capello decidió llamarle para el partido amistoso contra Egipto justo después de toda la polémica. ¿Fue un acierto? ¿Debería haber esperado hasta que el debate hubiera terminado? Buena pregunta. Pero Fabio se lo llevó a pesar de no sacarle ni un minuto. Es, en cierta parte, entendible ya que Ryan Shawcross es uno de los centrales posibles para ir con su selección a Sudáfrica. Ahora, con casi total seguridad, ya no.


Con aquella entrada en su retina, y la tarjeta roja asumida, Ryan Shawcross abandonó llorando el Brittania Stadium. Quizás no pensaba que tardaría tanto tiempo en volver a pisarlo. Días después se lesionaba en el tobillo y aún sigue en el dique seco. Ya nadie se acuerda de él. Su presencia en Sudáfrica es prácticamente nula por falta de forma física. Ahora vive como aquel central duro que lesionó a Aaron y le partió la pierna en dos. Muchos dicen que lo justo hubiera sido una sanción tan larga como dure la lesión que provocó. Esa justicia sería injusta. El ojo por ojo y diente por diente pocas veces es la solución. Diez partidos para una acción tan dura habrían sido, más o menos, una sanción correcta. Ryan ha sufrido lo mismo que Aaron desde que pasara toda esta historia. Ambos fuera del terreno de juego y ambos lesionados.

Comparar lesiones y maneras de sufrirlas es la diferencia entre el caso de Ryan y Aaron. Uno fue el actor y el otro la víctima. No quiero ponerlo al mismo nivel, pero dos de los mejores proyectos de jugadores están fuera de los terrenos de juego. Todas las lesiones de gravedad nos parecen injustas a quien las sufre. Nadie se merece aguantar una lesión como la que sufrió Ramsey, pero mucho menos él. Pero tampoco Ryan Shawcross merecía ser el actor principal. Su imagen se ha manchado y será difícilmente renovable. Su acciones correctas ahora tendrán que ser dos veces correctas mientras que las malas multiplicarán por tres. Tendrá la etiqueta de “el que lesionó a Ramsey”. A día de hoy, sólo nos queda tener la confianza de que la juventud de ambos les pondrá de nuevo en el sitio que se merecen.

22 de abril de 2010

Por salvar la temporada

A las ocho de la mañana del martes, el Liverpool comenzaba a encadenar una serie de trenes y autobuses que, tras hacer noche en París, le traerían en la mañana del miércoles a Madrid. Durante un día, los futbolistas del Liverpool (como ya le pasara al Barcelona varios días antes) se han sentido personas normales. Ni vuelos de lujo, ni viajes express. Por un momento, se han olvidado de la cantidad de privilegios que te proporciona ser jugador de primer nivel. Más de 24 horas de camino para jugar noventa minutos al fútbol. Desde la web oficial del club, hemos podido seguir todas las curiosidades del viaje.


Mucho se ha hablado del trayecto y todo lo relacionado con el cansancio psicológico, pero lo realmente importante es el partido a jugar. No hay que olvidar que los reds apuestan Todo o Nada en la Europa League. El órdago sobre esta competición está echado. La ansiada cuarta posición en la Premier League es un objetivo poco viable, sin descuidar tampoco la sexta, ya que Aston Villa y Everton amenazan seriamente al mínimo error cometido. Si hay una faceta del fútbol que domina Benítez son las eliminatorias a doble partido. Tras la debacle de esta temporada en Champions, ahora se recuerda ese enfrentamiento contra el Real Madrid '09 o el Arsenal '08 en aquellos cuartos de final de infarto. El año pasado el Chelsea les dejó con la miel en los labios tras diez minutos finales de infarto en Stamford Bridge.

Ahora es la Europa League la que verá a los reds luchando en competición europea. La ausencia de Fernando Torres es notoria, y el Liverpool tendrá que manejar su pase a la final con una consistencia en el centro del campo que, con muchas papeletas, pondrán Mascherano y Lucas. Parafraseando a Jose A. Martín, Petón, “... el club precisa calidad para su once y lo ve todo el mundo, esa es la clave del triunfo, no hay éxito sin futbolistas y la ausencia de Xabi Alonso resuelve esta teoría.” Que N'Gog será titular es un hecho probable; que vaya a rendir es una hipótesis. El francesito tendrá en sus manos la última de sus oportunidades en esta eliminatoria a doble partido. Kuyt y Gerrard no faltarán en el once inicial mientras que el restante podría ser Benayoun, para aportar el dinamismo y la distinción que le falta a los reds, o Babel, poniendo así la mordiente y potencia con desborde en una banda.


En Madrid espera un Atlético con la Europa League como objetivo emparejado a la Copa del Rey. Los rojiblancos reciben a un equipo con el que están unidos en los últimos años. La venta de Fernando Torres, unida a la de Maxi Rodríguez en el último periodo invernal y sumado al doble enfrentamiento en la liguilla de Champions League del año pasado, hacen de este partido un reencuentro donde la irregularidad es el máximo exponente. Quique Sánchez Flores tiene puestas muchas espectativas en la competición europea, donde tendrá que batallar sin Agüero en el primer asalto. La ausencia de Tiago restará creación por lo que Raúl García entrará en su sustitución. Tanto Liverpool como Atlético jugarán sin sus dos mejores jugadores, lo que sigue dejando la eliminatoria en un fifty-fifty.

Pase lo que pase, quedará Anfield para dictar sentencia entre estos dos equipo. En los enfrentamientos a doble partido, marcar a domicilio es conseguir el objetivo. El año pasado, y sin ser eliminatoria, ya se vivieron partidos de altísimo nivel entre Atlético y Liverpool. Hoy no será menos.

20 de abril de 2010

Reflexiones post-partido

El Liverpool volvió a jugar un partido muy completo en la noche de ayer. Podríamos decir que fue, en algún tramo del partido, hasta vistoso. Es cierto que el rival era el West Ham, de lleno en la batalla por el descenso, pero la mejoría en el equipo red está siendo notable partido tras partido. Muchos se preguntan qué habría sido de este equipo con una mayor regularidad en juego y en escasez de lesiones. Visto lo de ayer, surgen ahora una gran cantidad de cuestiones con respecto al partido en general y al Liverpool y West Ham en particular.


- Fernando Torres. Su lesión ha sido mirada desde todas las perspectivas existentes. Yo me quedo con la que un futbolista de primer nivel puede tener. Ha dado al Liverpool tanto como le ha dejado su lesión: goles, goles y goles. Ahora, toca pensar en el Mundial y en su selección. Quiero creer que allí no se la guardan y siempre seguirá siendo Liverpool's Number Nine.

- N'Gog. He sido el primero en criticarle, pero también seré el primero en reconocer cuando su trabajo es bueno. Ojo, que su despliegue siempre es bueno, no así su acierto y definición de cara a gol. Ayer cumplió ambas facetas. El tema estará en el momento en que llegue el jueves y tenga que marcar diferencias. Voto de confianza.

- Rafa Benítez. Altamente relacionado con el tema Aquilani. De la misma manera que podemos alabar muchas cosas de Rafa, hay otras que sigo sin tener idea de por dónde cogerlas. ¿Por qué Aquilani no juega ni un minuto contra el West Ham? Ya no digo que sea titular -que podría haber sido- sino una oportunidad en el segundo tiempo. Además, era en Anfield. No creo que le veamos en el Calderón. Bueno sí, igual en los minutos de descuento, como de costumbre.

- Jugar bien o ganar. Desde principios de temporada, en el Liverpool no se acostumbraban ni a lo uno, ni a lo otro. Se ganaba de vez en cuando, pero lo de jugar bien era para otros. Con el paso del tiempo (seguramente demasiado), parece que el juego es llamativo, coordinado, bueno (no volverse locos) y la mejoría evidente. Todo se juega a una carta, la Europa League, pero queda la intriga de saber hasta donde se podría haber llegado de haber sido más regulares.

- Ayer estuvo Roberto Martínez en Anfield. Le vi y tuve un curioso e interesante pensamiento. A la larga, que conste.

- También estaba Martin Broughton (nuevo Chairman). Pero mi pensamiento fue completamente opuesto.

- West Ham. Se hunden. Ayer no hubo ni una pequeña esperanza de que pudieran remontar tan pronto como se pusieron por debajo en el marcador. El calendario no es favorable (Wigan, Fulham y Manchester City) y van a tener que ganar alguno de los partidos si quieren mantenerse. Los de Gianfranco Zola están en un momento crítico donde continuar fallando significa perder la categoría.

- La política de fichajes del West Ham no ha dado resultados. Como en la primera vuelta les faltaba gol, ficharon hasta tres delanteros (McCarthy, Mido, Ilan). Ahora, tiene que haber otros tres en el banquillo ya que Carlton Cole, Guille Franco y Diamanti siguen en el equipo. ¿Eran necesarios tantos?

- Europa League. Cambio de rumbo completamente ya que el Liverpool se enfrenta al Atlético de Madrid el jueves. Sin el Kun Agüero y sin Torres, ambos equipos tienen la final de Hamburgo en mente. Sin dos de sus estrellas, el partido del Calderón será clave pero no definitivo. Los problemas de la famosa nube de ceniza obligarán al Liverpool (muy posiblemente) a viajar por carretera.

18 de abril de 2010

The Great Escape

We did when we believed.

One team, one set of fans, one club refused to stop believing...

Era la jornada trigésimo quinta. Se acababa de perder contra el Liverpool en Craven Cottage. La salvación quedaba a cinco puntos y sólo restaban tres partidos para el final de la Premier. El Fulham se encontraba en una situación crítica de solución compleja. La Championship cada vez amenazaba con absorber a los de Londres. Cinco partidos se habían ganado en todo el año; ahora era necesario conseguir tres victorias seguidas. Tarea difícil. Los grandes hitos del fútbol se han conseguido bajo las dificultades más adversas, cuando lo que se intenta conseguir parece imposible de alcanzar. Entre abril y mayo de 2008, el Fulham escribió las páginas de mayor sufrimiento de su historia.


26 de abril. Jornada 36. Los Cottagers visitan The City of Manchester. Al descanso, el equipo de Roy Hodgson va dos goles abajo en el marcador y son equipo de Championship. Tanto el Birmingham, cuatro puntos por arriba, y el Reading, cinco más que el Fulham, están puntuando en sus partidos. Sólo los valientes son recordados en el futuro. Si hay que morir, que sea con todo. ¿Resultado final? 2-3 con gol de Kamara en el último minuto de partido. El trabajo se había hecho y la suerte había acompañado. Por si fuera poco, sus dos rivales directos cosecharon un empate. La desventaja disminuía a dos y tres puntos respectivamente.

3 de mayo. Jornada 37. Partido a vida o muerte. Craven Cottage iba a ser testigo directo de un duelo entre el penúltimo y antepenúltimo de la Premier League. Fulham y Birmingham iban a verse las caras donde el derrotado sería doblemente golpeado. Con un sólo partido de reacción, vencer a tu máximo rival era la mejor manera de huir de la quema del descenso. ¿Resultado final? 2-0 con goles de McBride y Nevland. La suerte seguía acompañando al Fulham y el Reading perdía en casa contra el Tottenham, perdido en mitad de tabla. La situación cambiaba por completo. Un punto por encima del Birmingham y empatado a puntos con el Reading pero con mejor diferencia de goles. O lo que es lo mismo, simultáneamente salvado.


11 de mayo. Jornada 38. El día soñado. Depender de tus posibilidades es tener un punto a favor. Se visitaba al Portsmouth, octavo clasificado, con la mente puesta en su final de FA Cup contra el Cardiff de la semana siguiente. Y allí estaba el Fulham con el objetivo de mantenerse. Tras una serie de resultados favorables, únicamente quedaba la culminación. Se llegaba al descanso y el Reading iba ganando fácil, mientras que el Birmingham también cumplía. Había que conseguir los tres puntos; Championship seguía llamando a la puerta. Cada vez más fuerte. ¿Resultado final? Un sublime cabezado de Danny Murphy en el minuto 76 convertía en realidad un sueño mágico. El Fulham ganaba y la Premier seguía siendo su categoría.

Dos años más tarde, el Fulham sigue entrenado por Roy Hodgson. El entrenador que obró el milagro ha llevado a su equipo a las semifinales de la Europa League. Por el camino han caído la Juventus o el Wolfsburgo. Mientras tanto, la Premier no es un quebradero de cabeza. Se hizo historia. Todo lo que se sufrió durante tres semanas se disfrutó en apenas un minuto. Lo que se llevaba esperando y deseando se tornó real con el pitido del último partido de la temporada. The Great Escape pasará a la historia de la Premier como los partidos en los que el Fulham y Craven Cottage tocaron el cielo desde lo más bajo de la tabla.

16 de abril de 2010

Los Wolves vienen a morder

Llegar para mantenerse. Ese es el mayor objetivo de todo equipo que viene de una categoría inferior. Disfrutar de estar en Premier ya es un privilegio en esencia, pero quedarse en ella es una demostración de buen equipo. Es una constante que los equipos recién ascendidos luchen, en la temporada siguiente, por no perder nuevamente la categoría que han conseguido hace meses. Las cosas se han hecho con criterio ya que se sigue confiando en el mismo entrenador que dio el ascenso. Será la tercera temporada en el equipo de Mick McCarthy y, si las cosas siguen pintando del mismo color, no será la última. Los Wolves han llegado a la Premier con ganas de morder.


No está siendo más que su segunda temporada en la Premier League (no así en la primera categoría inglesa, nótese la diferencia). Durante la primera etapa, allá por el año 2003, no se consiguió el sueño de mantenerse. En última posición, y sin opción a mucho más, volvieron a Championship. Desde entonces se han ido forjando como equipo. Tras sufrir en la temporada 2004 y quedar a un sólo punto de un nuevo descenso, comenzaron a cambiar las cosas en Wolverhampton. El golpe definitivo se ejecutó en el año 2008-2009 firmando una temporada soberbia. Siete victorias en los ocho primeros partidos les colocaron en lo alto de la clasificación y no se separaron en ningún momento de los puestos de playoff hasta el consumado ascenso. Es más, desde la jornada 14º no cedieron la primera posición.

La llegada de Sylvan Evanks-Blake, ex ManUd, fue el punto de inflexión definitivo. Sus 25 dianas en la temporada fueron el motor de los Wolves para mantenerse siempre en posiciones cabeceras. Pero no sería justo mencionar a un sólo jugador. Si hay otro futbolista que destacó en la temporada del merecido ascenso, no fue otro que Michael Kightly. Ni más ni menos que ocho goles y diecinueve asistencias para el centrocampista inglés que, además, vio como su temporada finalizaba en marzo debido a una lesión en el pie. Otros de los partícipes directos del ascenso fue el fichaje del delantero inglés, Chris Iwelumo, que terminó con 14 goles. El veterano Jody Craddock, el capitán Karl Henry y otros jugadores como David Edwards, David Jones o Matthew Jarvis fueron los máximos exponentes de este logro. Con el equipo como grupo y buenas individualidades, los Wolves volvían a la Premier League consiguiendo 90 puntos.


Con la llegada de la nueva temporada, las cosas se han seguido haciendo bien. Los fichajes han sido contados pero necesarios (salvo excepciones). A destacar, la incorporación del lateral derecho Ronald Zubar, la prolongación de la cesión durante otra temporada más de Michael Mancienne, jugador en propiedad del Chelsea y la contratación de Marcus Hahnemann, portero del Reading. Pero hay dos nombres que brillan por su calidad. Dos fichajes que destacan por encima de los demás. Llegando libre y con vitola de pelotero, Nenad Milijas ha sido uno de los grandes aciertos. Internacional con Serbia, posiblemente le veamos en el Mundial de Sudáfrica. Por último, el delantero centro titular con 7 goles esta temporada (máximo goleador de los Wolves) es Kevin Doyle, fichado del Reading por 6'5 millones de libras.

Cuando las cosas se vienen haciendo bien por dinámica, se terminan consiguiendo resultados acordes con el trabajo realizado. Por estas razones, el Wolverhampton se encuentra seis puntos por encima del descenso y con un calendario sencillo, por lo que se prevee una nueva temporada en la máxima categoría para The Wanderers. Mick McCarthy ha sabido aguantar en las posiciones críticas para avanzar y progresar cuando el equipo lo necesitaba. Muchos daban a los Wolves como carne de Championship hace tiempo, pero el buen mes de marzo (dos victorias y dos derrotas en cinco partidos) les han terminado por sacar del descenso. Con cuatro partidos por jugar, el Wolverhampton busca consolidarse en la Premier. Los Wolves han venido para morder.


14 de abril de 2010

¿Por qué somos de la Premier?

Hoy no va a ser un artículo normal. La temática que vamos a seguir no tiene nada que ver con algo que hayamos hecho anteriormente. Tras un momento lúcido de inspiración, algo que no ocurría desde hacía tiempo, decidí recordar y ponerme a buscar detalles (con la ayuda de muchos de vosotros) que han hecho, y siguen haciendo, de la Premier una liga especial. Me dejaré demasiados, es normal, pero aquí va una pequeña recopilación. No nos centraremos en el plano meramente futbolístico, que ya de por sí tiene su sello distintivo, sino en todos esos aspectos que rodean al fútbol y que hacen de Inglaterra el país idóneo para la práctica de este deporte. Recomendable seguir los enlaces.


Para ver esa identidad de la Premier League, podemos empezar mirando el paisaje. ¿Qué paisaje? Los campos de fútbol. Los estadios son todos especiales. Caminar por Portsmouth y encontrarte de lleno con la fachada de Fratton Park es un privilegio para la vista. Como para gustos hay colores, podemos elegir el museo de Craven Cottage y tirar nuestro cigarrillo en la puerta (sí, Jack Charlton , ¡tu también!). Mejores campos que el del Fulham es difícil de encontrar en ningún otro sitio. Pero la verdadera magia comienza cuando se entra dentro. Rodearte de cuatro gradas repletas de gente no es una sensación fácilmente explicable. ¿Y qué hace toda esa gente? Cantan, cantan y cantan. Nunca dejan de cantar. You'll never walk alone podría ser el segundo himno de Inglaterra mientras que el Play Up Pompey sonará muy pronto en el mítico Wembley.

Empieza el partido. Centrándonos en la portería del equipo, siempre nombraremos al amigo del rival, David Calamity James, y recordaremos sus mejores momentos. ¿Quién ha dicho que en el fútbol sólo se celebren los goles? ¿Pensáis así? ¡Os equivocáis! En Stoke hay un jugador que levanta al público... ¿Cómo? ¡Sacando de banda! Rory Delap pasará a la historia del balompié como el jugador con más asistencias de saque de banda. Todo un espectáculo. ¡Queremos tu toalla! ¿Te aburres dentro del campo? Muy sencillo. Ves un montón de jugadores, corres con todas tus fuerzas, y... ¡Jimmy Bullard! Continuando con los jugadores especiales, no podemos dejarnos a Graham Alexander. Unos tiran los penaltis fuertes, otros los colocan, otros a lo Panenka. ¡Pues él prefiere usar el exterior! Imperdible. Sin duda, contrasta con las innovaciones de otros. Jamás olvidaremos la dupla Henry y Pires en su “Cómo no se debe tirar un penalty”.

El banquillo. Sólamente hablar de un banquillo en Inglaterra ya es especial. Ver a los jugadores al mismo nivel del público le da un toque distintivo. Cierto pero bla, bla, bla. Hoy nos centramos en sus entrenadores. Por ejemplo, ¿conocéis el color de pelo de Tony Pulis? Os he pillado, ¡es calvo! Unos dicen que el Manchester City se hará grande gracias a los petrodólares. Que no os engañen, la bufanda de Mancini sacará al mundo de la crisis. Por el módico precio de 8 libras podéis comprarla. ¿Estáis nerviosos? ¿No sabéis que hacer? Yo me se de uno que utiliza cierta cosa para relajarse (o no) durante los partidos. ¡Pedidle un chicle a Sir Alex! Dicen las malas lenguas que nunca lo ha cambiado... Otros, sin embargo, desean que se lo trague (¿?). Pobre Ferguson, todo el mundo va contra él. Ahora hasta el cuelgan el cartel del “yodecidocuantoañaden” y ¡el Fergie Time es una realidad! No vamos a irnos de este apartado sin nombrar algo de sangre española. ¿Rafa Benítez es la nueva versión de Harry Potter? ¡Fantástico!

La tensión. ¿Dureza en el juego? ¿Permisividad de los árbitros? ¡Que controlen también los banquillos! Tantas prisas que Mancini se chocó (¿?) con David Moyes y tuvieron un enfrentamiento. Eso sí, nada parecido a las broncas entre jugadores del Chelsea y Arsenal. O mejor aún, los piques entre Roy Keane y Patrick Vieira. Y no contentos con zurrarse con los del otro equipo, ¡hay otros que hasta prefieren enzarzarse con sus compañeros! Kieron Dyer y Lee Bowyer regalaron una imagen para el olvido. Para calmar los ánimos y cerrar este apartado con un poco de humor, os presentamos a todo un genio de las bromas. Mejor dicho, a dos. En primer lugar, jugador de fútbol (Henry) se burla de niño. Eso sí, los niños no van a ser menos. En segundo lugar, niño se burla de jugador de fútbol (Gerrard). Jojojo.

¡Gol! La palabra por excelencia en el mundo del fútbol. No hay ninguna otra que se desee repetir más veces durante los noventa minutos. ¿Pero qué es lo realmente divertido de los goles? Un buen gol jamás lo será si no tiene una buena celebración. Es más, ¡una celebración puede convertir un gol en bueno! Empezamos con un jugador que siempre da que hablar. Ya puede ponerse a bailar en plan seductor o dedicarle una indirecta (más bien directa y a la cara) a su ex-compañero de equipo. Carlos Tévez Rules! Si antes mencionábamos gente liándose a puñetazos, aquí hay otro que celebra sus goles en un ring de boxeo. ¡Grande Tim Cahill! No se si Robinho dio fútbol (miento, lo sé, no) pero sí que dejaba destellos de su calidad... Como bailarín. Mientras unos hacen la cucaracha, otros se pegan, y otros bailan salsa, ¡bendito sea Peter Robot Crouch! Mismamente conocido por Crouchinho. Terminamos con Yo me lo guiso, Yo me lo esnifo de Robbie Fowler.

Ya va siendo hora de ir terminando. Y mejor aún, ya va siendo hora de ponerse un poco serios. Porque, aunque no lo parezca, hay detalles de respeto que también muestran la pasión en el fútbol de inglés. Los equipos son un ejemplo de grandeza. ¿Sabéis quien lleva el 23 del Manchester City y por qué? Allí en lo alto, Foe juega todos los partidos. El número es sólo suyo. Si seguimos con detalles, no podemos dejar de nombrar a la afición. ¿Conocéis el nombre del jugador que lleva el número 12 en el Portsmouth, Bristol City y Oxford entre otros? Yo tampoco, hasta que ayer me dí cuenta de que era el mismo. El 12 es para la afición. No veréis jugador (para que quede más claro, persona en el campo) con ese número ya que queda reservado. Esos seguidores fieles y románticos del fútbol nos enseñan día tras día como comportarse en un campo de fútbol. Y no le deis la vuelta a la frase, no me refiero a los hooligans pasados de alcohol.

Bien se podrían haber añadido muchos detalles más, pero esto no es más que un ejemplo-resumen de las peculiaridades que tiene el fútbol inglés. Si hay aficionados al fútbol, siempre habrá ingleses entre ellos. A ellos les debemos este deporte, y esto no es más que un homenaje a su tradición.


13 de abril de 2010

Caminos opuestos, ¿mismo resultado?

Tanto Martin O'Neill como David Moyes dirigen equipos con objetivos similares. El nivel de Aston Villa y Everton es parejo, detalle que no ha quedado plasmado a lo largo de la temporada. Con el final de la Premier League a cinco jornadas vista, ambos equipos pueden quedarse sin el objetivo tan ansiado que, de manera desigual, han intentado conseguir a lo largo de la temporada. Y digo desigual porque su rendimiento ha sido totalmente opuesto. Mañana, jueves día 14, Villanos y Toffees se verán las caras en un duelo directo entre dos de los conjuntos que han destacado durante esta temporada. Pero insistimos, uno en la primera mitad del año; el otro, desde el Boxing Day hasta el día de hoy. Y ese objetivo es entrar en Europa.


Recordar el resultado del Everton en la primera jornada es hacer un resumen breve de su primera vuelta. El 1-6 que le endosó el Arsenal pesó como una losa durante los primeros diecinueve partidos. A base de empates, alguna victoria y demasiadas derrotas, el conjunto de David Moyes llegó al ecuador de la liga con 22 puntos en los diecinueve partidos jugados. Y lo que era más evidente, la triste marca de 26 goles a favor. Por su parte, el Aston Villa también comenzó titubeante perdiendo los dos primeros partidos de la temporada. Sin embargo, despertó y llegó a finales de diciembre en la cuarta posición con 35 puntos conseguidos. Las victorias al Chelsea, Liverpool y al Manchester United en Old Trafford, ejemplifican un magnífico rendimiento.

A partir del periodo navideño, el Everton comenzó a despertar y el Aston Villa de O'Neill, muy propenso a hacer malas segundas vueltas, se empezaba a dejar demasiados puntos. La llegada de Landon Donovan y la recuperación de Arteta fueron claves para ver al mejor Everton. Los Toffees renacieron y empataron un magnífico partido bajo la nieve en el Emirates, vencieron al Chelsea, y ganaron al Manchester United en Goodison Park en lo que fue el punto de inflexión definitivo para definir ese cambio de nivel que estaban experimentando. La derrota en el derby de Liverpool es la única espina que tienen clavada. Las miradas se han comenzado a poner en Europa, y la vía es accesible. David Moyes es el verdadero partícipe de este logro alternando a sus jugadores y dando entrada a los jóvenes valores a pesar de la plaga de lesiones.


Fue el día 27 de diciembre cuando Cesc Fábregas se coronó ante el mundo del fútbol. La derrota del Aston Villa a manos del genio español supuso el golpe definitivo para sufrir un cambio de moral. En una montaña rusa de resultados, se volvió a besar el suelo hace pocas semanas en Stamford Bridge. El 7-1 que le endosó el Chelsea de Ancelotti hizo que quedaran a la luz todos sus defectos. El momento de forma de algunos de sus jugadores no es el esperado, mientras que hay otros que han desaparecido desde la primer vuelta. Martin O'Neill comienza a ser cuestionado por el hecho de fallar siempre en las grandes citas. Un nuevo ejemplo es la derrota en la FA Cup el sábado pasado a manos del Chelsea por segunda vez en pocos días. 44 goles en 34 partidos es una marca muy pobre para un equipo que tiene aspiraciones europeas.

Mañana tendrá lugar el encuentro en el que se volverán a ver las caras. En Villa Park, los dos aspirantes al último puesto de Europa League lucharán por sumar tres puntos. Sólo hay una diferencia de 4 puntos entre ellos, nada comparado a los 14 que había en el período navideño. Los caminos tomados a lo largo del año han sido completamente opuestos. Los de Moyes comenzaron apagados la temporada y están siendo el equipo de la segunda vuelta. Mientras tanto, el Aston Villa vuelve a sufrir la misma historia de la temporada pasada y se está quedando sin aire en los momentos más decisivos. La comparación entre ambos equipos es necesaria, pero restan cinco partidos que decidirán el resultado final en la Premier League.

11 de abril de 2010

Bob's Project: Spanish Swansea

Hace ya más de seis años y medio desde que Rafa Benítez aterrizara en Liverpool. Con su llegada, comenzó la exportación de jugadores españoles a la Premier League. Llegó y besó el santo. Su política de fichajes hizo que se les conociera como Spanish Liverpool. Hasta ese momento, eran escasos los ejemplos de futbolistas que se buscaban la vida en las islas. Cuando hay un hecho pasado que ha fructificado, se toma como ejemplo para intentar seguir el mismo camino. En las costas de Gales los aficionados del Swansea City estaban experimentando un proyecto similar. La única diferencia eran las dos categorías de diferencia que había entre Reds y Swans. Desde el fútbol modesto, Roberto Martínez comenzó una historia británico-galesa con sabor español.


Corría el año 2005 y Roberto era capitán del Swansea City cuando, en aquella temporada, se consiguió el ascenso a la League One. Después de toda una carrera como centrocampista en las Islas Británicas, en 2007 los galeses le llamaron para darle la opción de ser entrenador. Dejó el Chester City sin pensárselo, equipo donde daba sus últimas carreras como futbolista en activo. Se iba al club que más alegrías le había dado durante su trayectoria como profesional. Como su antecesor, llegó y besó el santo. Con una temporada envidiable, lideraron la League One con 92 puntos y destacando una racha de dieciocho partidos sin perder desde noviembre hasta marzo. Hasta cinco jugadores estuvieron en el once ideal de aquella temporada. Con 24 goles, Jason Scotland fue el máximo artillero de la categoría.

Meses después, comenzaba la andadura en Championship con Roberto Martínez a la cabeza y su proyecto a las espaldas. Sólamente dos puestos les separaron del Play Off en el mismo año del ascenso. Dos nuevos jugadores en el once ideal del año (Jason Scotland y Jordi Gómez). El Swansea City se daba a conocer fuera de sus fronteras. El éxito de Roberto se hacía sonar en territorio español. En Gales había alguien que triunfaba con su equipo repleto de españoles. Su fantástica labor como entrenador le permite hacerse un nombre entre los grandes y recibe la llamada de otro de sus clubs del pasado. El Wigan, metido de lleno en la Premier League, busca un técnico que conozca el club para buscar la permanencia. Un 50% de victorias es el recuerdo que quedará en Swansea.


Pero con la marcha de Roberto Martínez, el camino del Swansea continúa por la misma senda. Paulo Sousa ha cogido un equipo de nivel medio y lo tiene en sexta posición, lugar que da acceso a los Play Offs por el ascenso. La aportación de Bob fue magnífica, y todavía quedan todas esas raíces que el de Balaguer sembró. Seis son los jugadores que pertenecen a los Swans en la actualidad, que serían siete de no ser porque Roberto se llevó a Jordi Gómez al Wigan. Ángel Rangel, Albert Serrán, Jordi López, Andrea Orlandi, Gorka Pintado y Guillem Bauzá ponen el toque español en Gales. Ya no existe nada extraño en verles jugando allí. El Spanish Swansea también triunfa, de la misma manera que lo hicieron los Reds con anterioridad.

Los Swans están en plena lucha por la sexta posición. Hace poco más de un mes eran un equipo fijo para esos puestos, pero sus nueve puntos en los últimos diez partidos les han condenado al sufrimiento. Las últimas derrotas en Cardiff (en el derby galés) por 2-1 recibiendo el gol en el minuto 92, y la cosechada ayer ante el Bristol City cediendo los tres puntos en el minuto 90, merman la confianza de un equipo que sigue evidenciando su falta de pegada. Los 37 goles en 43 partidos son una marca irrisoria para un conjunto que tiene la mirada puesta en la Premier League, o al menos luchan por ello. Sea como fuere, el Swansea City ha reinventado su historia gracias al proyecto que comenzó Roberto Martínez. A día de hoy, el proyecto continúa. Y a día de mañana, esperemos verlos en lo más alto. Hay precedentes.

9 de abril de 2010

Cuando el fútbol es un trabajo

Para ser el mejor no es necesario ser el más bueno. Ni mucho menos implica ser el más técnico o más veloz. Ser el mejor significa ser incisivo, tomar las riendas de tu equipo y marcar las diferencias. Una simple acción en un momento decisivo te puede convertir en el mejor. Nuestro protagonista de hoy no es el más destacado en ninguno de los aspectos del fútbol. A la vista de todos, se queda en un futbolista de tantos que puede verse por un campo de la Premier League. El don del oportunismo es su mejor amuleto. Siempre aparece en el lugar exacto cuando más hace falta. Empezó como mejor delantero del mundo en potencia, y ha terminado siendo un obrero del fútbol. El trabajo y sacrificio son sus claves; no dar un balón por perdido es su lema. Hablamos de Dirk Kuyt.


Llegó al Liverpool en una época de cambios. Benítez llevaba un año y los fichajes eran constantes en el club. Tras su brillante última temporada en el Feyenoord, 22 goles y 19 asistencias en 33 partidos, llegaba con la vitola de crack pero con el deseo de dar un salto cualitativo en cuanto a equipo. Como pasa con muchos jugadores que destacan allí, la Eredivisie se le quedaba pequeña. El Liverpool era el equipo perfecto como destino. Leyenda, historia, Anfield y mucho tiempo para hacer un nombre que sería recordado. Llegó un año tarde a la mítica final de Estambul, pero el bloque era el mismo. Sí que estaba en la segunda final de Champions League en la que el Liverpool llegaba en tres años. Y fue el que dio esperanzas de remontar el resultado con un gol en el 88', pero esta vez no se obró el milagro. La competición europea no quiso regalarle un título a Kuyt.

Jugar en Inglaterra era adaptarse a unas características que tenía bien aprendidas. Potencia física, juego contundente y poco tiempo para pensar. Recibiendo de espaldas mejora su juego; rematando al primer toque es letal. Omnipresente a la hora de rematar un balón, corre como si fuera el último a la hora de tener que recuperarlo. En un deporte donde el compañerismo es importante, Kuyt supo entender que el nosotros estaba antes que el yo. Entendía y entiende que el triunfo colectivo es más importante que una victoria individual. Correr para luchar un balón en posesión del rival es una muestra de compañerismo, y Kuyt lo manifiesta partido tras partido. Ha dejado de ser un goleador como en el Feyenoord, pero eso no importa mientras siga jugando y ganando. Mientras que antes superaba los veinte goles, llegar a quince en el Liverpool es un mérito.


Dirk Kuyt ha sabido adaptarse a toda posición que le ha tocado ocupar. Conforme llegó a Liverpool, actuó como punta en solitario, un nueve en toda regla. Pasó a estar acompañado por Peter Crouch o Craig Bellamy. Pero más tarde llegó Fernando Torres. El holandés se vió relegado a la banda derecha teniendo que dar paso a Gerrard en la media punta. Llega desde la segunda línea y aparece como siempre había hecho. Remata de cabeza desde todas las posiciones. Tiene el mismo gol que antes pero con una sola diferencia: Llega por la banda. ¿Qué ocurrió con esto? Kuyt no alzó la voz en ningún momento. Sabe que si quiere seguir jugando tendrá que ser en la posición en la que le coloquen. Acepta lo que le dicen y actúa lo mejor que puede. Sacrifica su victoria por la del equipo. El éxito individual por el colectivo. El yo por el nosotros. En otras palabras: compañerismo.

Es muy grande. Su trabajo y aportación nunca será realmente gratificada porque no es vistosa. Si no destacas en algo, corres el riesgo de quedarte en un jugador mediocre. Pero hay muchos que no se dan cuenta de que Dirk Kuyt sí destaca en algo. No es el mejor en nada pero, en cambio, aporta de todo un poco. Y lo que aún es mejor, aporta cuando los demás no tienen qué ofrecer. Destaca en algo porque nadie tiene lo mismo que el holandés, mientras que él si tiene cosas de los demás. Detalles de cara a la galería le veremos pocos. Pero detalles futbolísticos, muchos. Alinear a Dirk Kuyt puede ser criticado por falta de vistosidad o calidad, pero siempre terminará dando su resultado. Es apostar sobre seguro. Es confiar en lo evidente. Nunca será de los grandes, pero siempre será recordado.


7 de abril de 2010

No son tan malos

No son tan malos. El Arsenal ha caído en Europa con un resultado global de seis a tres en la eliminatoria. Tanto en la ida como en la vuelta han sido inferiores a un Barcelona que les ha controlado de principio a fín. Pocas veces se ha visto a un equipo tan confeccionado y dominador de la totalidad del encuentro. Los Gunners sólo han ganado veinticinco de los ciento ochenta minutos de enfrentamiento. Pero no son tan malos como parece. Si el Barcelona juega bien, cualquier equipo queda reducido a la nada. Tienen la capacidad de convertir a los buenos en malos y en mediocres a las estrellas. Todo lo que haces bien contra el Barcelona, ellos lo hacen tres veces mejor que tú. Mientras sufres por abrir un hueco en su defensa, necesitan dos pases para romper la tuya.


No son tan malos. Jugar con Messi es tener la balanza del partido desnivelada. Roza la 'injusticia' deportiva. Nadie va a descubrir a estas alturas al pequeño argentino. Leo ha sido capaz de ganar unos cuartos de final él solo con la colaboración y aportación de sus compañeros. Su recital ha ido a más, y los cuatro goles en el Nou Camp así lo ratifican. Pero el Arsenal no es tan malo. Messi juega así contra los ingleses, los italianos y los españoles. No es novedad ver partidos magistrales en el argentino. Cada fín de semana es una nueva oportunidad para el disfrute. El equipo de Arsene Wenger ha hecho lo que bien ha podido - o lo que le han dejado - mientras ha tenido opción a ello. Cuando hay alguien completamente superior a los tuyos, no hay más que aplaudir y disfrutar. Y le pasa al Arsenal y a todos los rivales.

No son tan malos. Quizás ahora se utilice como excusa – no es el caso – pero el Arsenal ha jugado sin cuatro de sus titulares habituales. Cesc Fábregas, Arshavin, Van Persie y Gallas se perdieron la vuelta en Barcelona por distintos motivos. ¿Excusa? En absoluto. Eso sí, pensad en el Real Madrid y quitarle a Cristiano Ronaldo, Xabi Alonso, Higuaín y Albiol. Pensad en el Inter y quitarle a Maicon, Sneijder, Eto'o y Milito. Pensad en el Chelsea y quitarle a Terry, Essien, Lampard y Drogba. O pensad en el Manchester United y quitarle a Rooney, Vidic, Carrick y Valencia. Algo similar le ocurre al Arsenal en la actualidad. Y jugar una eliminatoria sin tus mejores jugadores es como una obra de teatro sin protagonistas, se puede llevar a cabo pero echas en falta algo.


Pero es que no son tan malos. El juego que ha venido desplegando el Arsenal durante toda la temporada ha sido justamente comparado con el Barcelona. Por algo será, ¿no? Precisamente, el Barcelona es el que ha jugado con un equipo que se ha visto impotente en manos de los dominadores del fútbol actual. Dirigidos por Guardiola, el Barcelona ha bailado al Arsenal a su antojo. Volvemos a repetir, no son tan malos. El fútbol resulta un arte cuando el equipo superior hace disfrutar a todos los espectadores.. Todo el trabajo de una temporada puede quedar borrado por dos encuentros ante los mejores. Pero nada más lejos de la realidad, el Arsenal no es tan malo. Y los seguidores al fútbol lo saben.

6 de abril de 2010

El gran interrogante red

La incógnita está ahí y hay preferencias dispares. ¿Luchar por la cuarta posición en Premier League o intentar ganar la Europa League? Mientras que una (gran) parte de los seguidores reds prefieren entrar en la Champions League quedando cuarto en la Premier League y así consiguiendo todos los prestigios y beneficios económicos que eso conlleva, otros optan por ganar un título para sanar el mal momento que ha pasado el club durante toda la temporada. Un trofeo para calmar a las fieras, pero sin estar en la máxima competición europea la próxima temporada. ¿Qué es mejor? ¿Prestigio o victoria? ¿Beneficios o pérdidas en un futuro cercano? ¿Ganar a corto o a largo plazo?


El Liverpool se encuentra en la sexta posición a cuatro puntos del Manchester City, que ocupa la plaza en cuestión, con un partido más que los citizens. Por su parte, el Tottenham también está metido de lleno en la lucha ya que son quintos con sólo un punto menos que los de Mancini y los mismos partidos jugados. ¿Qué decidirá la clasificación? El calendario. Y en ese aspecto son los Spurs los que tienen la papeleta más importante. En las próximas tres jornadas se enfrentarán al Arsenal, Chelsea y Manchester United, para terminar la temporada con un duelo directo en The City of Manchester. Mientras tanto, el City se verá las caras con United, Arsenal, Aston Villa y el ya mencionado duelo contra el Tottenham.

¿Y el Liverpool? Los reds tienen el calendario más asequible, si bien cuentan con un partido más y varios puntos de menos. El Chelsea, en la penúltima jornada de liga, es el rival más duro contra el que tendrán que enfrentarse. El juego no invita al optimismo, mientras que las decisiones técnicas en cada semana lo confirman. En una línea paralela se encuentra la Europa League. Disputando los cuartos de final, y a la espera del partido de vuelta en Anfield del jueves, el Liverpool tiene en la competición europea un filón goloso para conquistar un título. Y es que el equipo de Anfield lleva sin ganar un título desde que ganara en 2006 la Copa de Inglaterra, FA Cup. Por lo tanto, hay dos opciones en el conjunto red.


La primera de ellas es luchar por el cuarto puesto en liga. Entrar en Champions League es un signo de grandeza, de poder luchar contra los mejores equipos de Europa. Pero la actitud de Benítez cambiando a Fernando Torres con toda la segunda parte por delante contra el Birmingham, deja poco lugar a la duda. ¿Pensaba en el Benfica? Hay que añadir que la distancia con la cuarta posición es salvable pero improbable. El juego demasiado irregular de los reds no invita a la confianza. Si hay algo extra por lo que interesa entrar en Champions League, eso es por los beneficios económicos que conlleva, que actúa de factor de atracción a los nuevos fichajes y como estímulo de continuación a los buenos jugadores que ya forman parte del equipo.

En segundo lugar, tenemos la opción de la Europa League. Ganar un título es algo que pocas veces se rechaza si se tiene opción a ello. Y el Liverpool la tiene. Bien es cierto que hay que remontar un resultado adverso en Anfield, y que las teóricas semifinales serían de mucho nivel. Pero la opción sigue intacta. Se cumplirían cinco años sin títulos, y en un equipo como el Liverpool un lustro es demasiado tiempo. No debemos olvidar el gran nivel que hay en la competición, y que ganarla sería toda una demostración de equipo grande. Hay opiniones para todos los gustos, y ambas serían buenas en caso de cumplirse. Pero es muy probable que sólo ocurra una de ellas o, sin querer ser negativo, ninguna. Ahora es vuestro turno, ¿Cuarto puesto y Champions League o victoria en Europa League?

5 de abril de 2010

La otra cara de Roy Keane

Con la bajada del telón en la temporada 2005-2006, Roy Keane abandonó el fútbol profesional. Su trayectoria es conocida por todos los seguidores del fútbol. Nottingham Forest, doce temporadas en Old Trafford a las órdenes de Sir Alex Ferguson y un último año con los Católitos de Irlanda, el Celtic de Glasgow. En la memoria de los aficionados quedará su caracter luchador, su ansia ganadora y su agresividad en el campo. Aquellos roces con Patrick Vieira cuando el francés estaba en el Arsenal, o su venganza criminal ante Alf-Inge Haland quedarán para el recuerdo. La cara futbolista de Roy Keane ha sido una de las más especiales en años. Pero ahora la moneda muestra su lado opuesto. Nos presenta a un Roy Keane entrenador.


Si en el Manchester United era la elongación de Ferguson en el campo, ahora es él quien dirige al equipo desde el banquillo. Recien retirado como jugador, empezó su carrera de entrenador. Y su primer reto fue coger a un Sunderland colista en Championship y llevarle a la Premier. Roy aguantó dos años al frente de los Black Cats. Debido a la buena relación con el Manchester United, conseguía las cesiones de Jonny Evans o Danny Simpson y al año siguiente de Phil Bardsley o Kieran Richardson, entre otros. Por si fuera poco, al término de la temporada fue nombrado “Manager of the year”. El aprendiz sabía seguir el camino de su maestro. Roy Keane había aprendido de sus años con Sir Alex.

Pero en noviembre de 2008 dimitió tras cinco derrotas en seis partidos. Y fue en abril de 2009 cuando se volvió a sentar en un banquillo. Esta vez volvió a ser un equipo Championship, como lo era el Sunderland cuando comenzó. El Ipswich Town optó por el irlandés visto su éxito temporada y media atrás con el objeto de convertirse en un club Premier. Terminó en novena posición la temporada. El segundo año tenía que ser el de la confirmación. Pero nada más lejos de la realidad, una victoria en los primeros catorce partidos al frente de los Tractor Boys. A día de hoy, las cosas han mejorado y están situados en el decimoquinto puesto de la Championship, seis puntos por encima del descenso y a diez de los puestos de Play Off.


El equipo donde triunfó Sir Bobby Robson tiene una plantilla de más calidad de la que demuestra su posición en liga. En la línea de defensa, Damien Delaney es internacional por la República de Irlanda, mientras que Gareth McAuley lo es por Irlanda del Norte. En el centro del campo destacan dos jugadores por encima de los demás. Grant Leadbitter, de la cantera del Sunderland, es el eje del equipo mientras que Jack Colback (cedido por el Sunderland, también) pone la técnica con sus veinte años. Pero si hay una posición en la que el Ipswich va sobrado de jugadores de calidad, esa es la de delantero centro. El capitán incombustible y guerrero Jon Walters y los cedidos del Sunderland David Healy (ex-Leeds) y Daryl Murphy. Como vemos, el pasado de Roy Keane tiene sus frutos al conseguir tal cantidad de cesiones.

Mención especial quería hacerle a Connor Wickham (foto). A sus diecisiete años recien cumplidos (31 de marzo, 1993) es una de las promesas más firmes en Inglaterra. Internacional sub 17 indiscutible, hace menos de una semana marcó uno de los goles de su equipo. Con el Ipswich ya se ha estrenado. Las comparaciones no gustan, pero se dice que es tan bueno como Rooney a su edad. Las gradas de Portman Road se llenan de ojeadores cada fin de semana. El salto de Wayne ha sido sublime e incomparable, pero en las islas sueñan con una pareja formada por Rooney y Wickham en un futuro. Roy Keane tiene una plantilla llena de talento, ¿la devolverá a la Premier League ocho años después?

3 de abril de 2010

A pescar en río revuelto

Se acerca el final de la temporada. Los últimos partidos del año terminan de decidir cual será el futuro de los equipos. Unos luchan por el título; otros por entrar en Europa. Y los más humildes luchan por mantenerse. La crisis invade el mundo del fútbol y una economía estable solo es posible para algunos equipos. En el período de verano, los equipos buscan reforzarse de cara a la nueva temporada. Los ascensos y descensos se consuman, las cesiones terminan y es hora de montar una nueva plantilla con la que afrontar nuevos retos. Es la hora de los mejores estrategas, de los buenos ojeadores y de los grandes planificadores. Un buen trabajo hecho en verano ahorra un esfuerzo extra en invierno. Elegir lo necesario supone invertir y no gastar.


El Portsmouth es un equipo carne de Championship. Fratton Park dejará de disfrutar de los mejores equipos ingleses. Con el final de la Premier League a la vista, muchos equipos tienen sus focos puestos en la plantilla de Fratton Park para reforzarse. Completamente endeudado, se verán obligados a deshacerse de muchos jugadores. Para más inri, los que suben el nivel del Portsmouth están en el equipo en calidad de cedidos. Estas cesiones terminan, y los buenos que se quedan, recibirán ofertas para permanecer en la Premier. ¿Conclusión? El Pompy sufrirá un bajón de nivel muy importante. Comprarle futbolistas al colista de la Premier League quizás no sea un plato muy apetecible, pero damos por seguro que muchos de los jugadores son bastante golosos para bastantes equipos.

Las malas noticias comienzan cuando cinco de tus jugadores más importantes forman parte de la plantilla gracias a las cesiones.

- Frédéric Piquionne: Si hay un jugador que ha mantenido con esperanzas al Pompy hasta el último momento, ese ha sido Frédéric Piquionne. Delantero centro indiscutible del equipo, sus goles han llevado al Pompy a volver a soñar con la FA Cup donde se encuentran a un sólo partido de llegar a Wembley. Final, por cierto, que ya ganaron hace dos temporadas contra el Cardiff City. En el Olympique de Lyon no tiene sitio, habrá que ver cual es su futuro.

- Jamie O'Hara: Quizás estemos hablando del jugador más en forma de los de Avran Grant. El medio centro Spur de tan sólo 23 años volverá a White Hart Lane tras su exitoso paso por el Portsmouth. Ha quedado demostrado que vale para un equipo con aspiraciones europeas.

- Hassan Yebda: El argelino es posesión del Benfica y está muy en duda su continuidad con los portugueses. El buen rendimiento de Javi García le deja sin sitio en el equipo. Seguramente tendrá que buscarse un nuevo camino. No le vendría nada mal a este Pompy en Championship. ¿Sus méritos? Un gol al Liverpool en Fratton Park.

- Anthony Vanden Borre: Internacional con Bélgica y sólamente 22 años. Sin duda con futuro prometedor, regresará al Genoa italiano, país donde está desarrollando su carrera deportiva. Viene siendo titular en los últimos partidos.

- Aruna Dindane: Irregular y problemático. No jugará más este año por actos de mala disciplina (hace poco más de una semana) y por la negativa del Pompy a pagar compensación al Lens, equipo al que volverá en verano sin ningún tipo de duda.


Sabiendo que estos jugadores dejarán de formar parte de la plantilla del Portsmouth, ahora toca analizar los posibles jugadores cuyo futuro puede estar lejos de Fratton Park y de Championship. Elegimos los que consideramos más importantes y con más calidad, es decir, los que mayores opciones tienen de otorgar beneficios al equipo y de dar un salto de calidad en sus carreras.


- Nadir Belhadj: Se habla del CSKA y del Spartak de Moscú como primeros equipos en la puja. De lo que no hay duda es que el argelino es el mejor colocado en el mercado. Tendrá muchas novias. Lateral muy apto para la Premier League y con mucha vocación ofensiva. Tres goles este año y un futuro próximo asegurado en un equipo de mayor nivel sin ningún lugar a dudas.

- Kevin-Prince Boateng: Joven (22 años) y con buen nombre en Alemania, donde jugó antes de llegar al Portsmouth. Finalmente se decantó por la selección de Costa de Marfil, con la que espera participar en el Mundial de Sudáfrica. Antes fue sub21 con Alemania. El medio centro ha firmado 3 goles este año en la Premier League.

- Tal Ben Haim: Experiencia de siete años en Inglaterra y pasando por equipos como el Chelsea o Manchester City. Sin duda, puede reforzar cualquier plantilla de nivel medio bajo para el año que viene. Con 28 años, el israelí se encuentra en un momento clave para su carrera.

- John Utaka: El nigeriano no ha sido demasiado utilizado este año. Cuando ha salido, lo ha hecho desde el banquillo y no ha dejado ningún gol para el equipo. De todas formas, tiene mejor nombre que lo que demuestran sus datos.

Se dice que la experiencia es un grado, y por eso nos vemos obligados a citar algún nombre más. Steve Finnan (33), Nwankwo Kanu (33), Hermann Hreidarsson (35) y ¿David James? (39)

Y tú, ¿Con quién te quedarías del Portsmouth?


1 de abril de 2010

En honor al fútbol, Dennis Bergkamp

Inteligencia y clase. La clase es aquello que está vinculado a todo lo que puedes hacer con el balón, pero la inteligencia hace que utilices la técnica de una manera eficiente. Su técnica le permite hacer real todo lo que imagina. Necesita pocos toques de balón para hacer gol. Uno es suficiente cuando otros utilizarían dos o tres. No creo que haya nadie mejor en el mundo. Estas palabras de Arsene Wenger intentaban definir el juego de uno de los mejores jugadores que han pasado por los Gunners. Al mismo tiempo, su amigo Thierry Henry no dejaba margen a la duda. Él siempre será el mejor compañero que he tenido, ya que es un sueño para todo delantero. Nos referimos a Dennis Bergkamp, uno de esos genios que ha dado el mundo del fútbol que merece ser recordado.


Dennis se define como un hombre emocional y distinto en el trato privado. Ya desde pequeño estaba concienciado sobre el papel que tendría en el futuro. Según cuenta, los viernes por la noche los pasaba en su casa cuando los sábados tenía partido, mientras que los domingos los pasaba haciendo los deberes del colegio. El fútbol era importante, pero ser un chico corriente y responsable todavía lo era más. Y así creció en una familia de cuatro hijos. Siendo un niño fichó por el Ajax, equipo de su ciudad natal. Pero su progresión siguió imparable hasta que Johan Cruyff le hizo debutar con el primer equipo acompañando, ni más ni menos, que a Marco Van Basten. Tras haber sido el máximo goleador de la Eredivisie en tres temporadas consecutivas, consideró oportuno dar un salto de nivel.

Marchó a Italia, el Inter de Milán le esperaba. Quizás, un error en la vida de Dennis ya que el Calcio no le dejaba mostrar su fútbol. Demasiado previsible y sin ocasiones para un jugador con clase, con técnica innata. Tras algunos roces con sus compañeros de equipo optó por el cambio definitivo. El Arsenal pagó 7'5 millones de euros por su fichaje. Sabían que apostaban sobre seguro. Primero con Bruce Rich y luego con Arsene Wenger, Bergkamp explotó definitivamente. Diez temporadas con trescientos quince partidos y ochenta y siete goles. Ganó absolutamente todo con los Gunners. Todo menos un único trofeo. La Champions League se le quedó en la punta de los dedos en aquella final 2006 contra el Barcelona. Ese día, tras veinte años en activo, Dennis Bergkamp se despidió del fútbol. O dicho de otra manera, el fútbol despidió a Dennis Bergkamp.


Era, es y será recordado como un genio. Inventa cuando todo esta inventado, sorprende en medio de lo predecible y convierte en maravilla la rutina. Dennis es un prototipo perfecto para esta definición. Estética y elegancia. Compañerismo y gol. Era capaz de aguantar un balón en la frontal del área esperando un pase milimétrico. Sabía cómo romper una defensa entera con una mirada y un toque suave de balón. Claro ejemplo de ello, el gol a la Juventus. La inteligencia de la que hablaba Wenger queda aquí demostrada. Pero la clase podríamos escenificarla con dos simples goles. Control de balón preciso, serenidad dentro del área y definición perfecta. Sin ningún tipo de fallo. El primero ante el Newcastle, y el segundo ante Argentina en el Mundial de Francia.

Sin Bergkamp en los terrenos de juego, aún nos quedan sus imágenes grabadas. Merece la pena verlas una y otra vez. Posiblemente estemos hablando ante uno de los mejores jugadores del mundo en cuanto al trato del balón. Hacer fácil lo difícil, jugar para el equipo y divertirse con el balón en su poder. El ser diferente a los demás le convertía en especial. Y siendo especial pasó a ser recordado. Porque genios no hay muchos y se cuentan con las manos. Por eso, por el bien de este deporte, siempre hay que seguir acordándonos de todos aquellos que convirtieron el fútbol en algo bello, simple y artístico. Desde hoy, nuestro diccionario de genios tiene una acepción más. Dennis Bergkamp fue un genio.