30 de diciembre de 2010

Cuando no importa el desorden

Derrota contra los colistas y una imagen difícilmente repetible. A cinco puntos de la última posición y a once de un puesto europeo. La afición pide la –improbable- vuelta de Rafa Benítez y expulsa sus críticas tanto a jugadores como a Roy Hodgson. Así se encuentra el Liverpool a punto de comenzar el nuevo año 2011. Pero, ¿qué es lo que vendrá? ¿Sobre quién recae la culpa? Dejaremos apartado los temas institucionales para apuntar el ‘Debe’ de un equipo que no existe cuando salta al terreno de juego, que se diluye y que no es capaz de trazar pases con el mínimo sentido de la lógica y el peligro.


Comenzando por atrás, y después del grave error de Skrtel + Kyrgiakos en el gol de los Wolves, ¿qué problema tiene el Liverpool? La decisión de poner o no a Carragher (ahora lesionado) cuando vuelva Agger –teórico titular indiscutible- se antoja elemental. El danés, eterna baja por lesión, es a los Reds lo que Vermaelen al Arsenal o King al Tottenham: un gran central siempre lastrado por sus problemas físicos, los cuales no le dejan rendir a un nivel óptimo durante varios partidos seguidos, pero enormemente superior a Carragher. No estaría de más, tampoco, recordarle a Glen Johnson la importancia de la zona defensiva en el lateral, algo de lo que suele pecar su compañero Konchesky.

¿Hasta cuándo vamos a esperar para ver a Meireles en una posición natural? Para escorarle a la banda derecha y perder todas y cada una de sus virtudes lo mejor es optar por Joe Cole o incluso seguir sumando oportunidades para Jovanovic o Babel. Es una lástima comprobar cómo el portugués se ve obligado a moverse hacia el centro, a abrir espacios entre dos líneas del rival para poder recibir un balón. Leiva ya se ha asentado en el mediocentro y Gerrard parece su compañero perfecto (?) por lo que habría que reconstruir un once donde se pueda ubicar decentemente a Raúl Meireles. ¿Y Maxi? Justo cuando había encadenado varios partidos decentes lo quita jugando en casa, a pesar de lo mucho que lo he criticado. ¿Qué rol ocupa el argentino?


¿Torres acompañado o Torres en solitario? En diciembre todavía no hay una respuesta, ya sea por las lesiones del español o por la cantidad de pruebas que se hacen en las alineaciones. Esta vez le tocó a N’Gog ser la pareja de ataque y no lo hizo nada mal. Pero… ¿seguimos dejando, entonces, a Kuyt en banda sin remedio? Teniendo a dos hombres en ataque, como ocurrió frente a los Wolves, minas la importancia del centro del campo siempre que la pareja sea Gerrard-Leiva puesto que no son dos jugadores hechos para la creación, por lo que los atacantes tienden a no estar abastecidos.

Se han probado muchas alternativas durante la mitad de temporada que ya se ha disputado pero ninguna parece satisfacer a Roy Hodgson, que sigue empeñado en cambiar el esquema semana tras semana. Y todo esto por no hablar de las oportunidades a canteranos, que brillan por su ausencia salvo algún minuto a Eccleston y los obligados a Martin Kelly. Además, también omitiremos la nula respuesta del equipo cuando el resultado es adverso, así como añadir el triste número de tiros a puerta. A la espera de más opciones aquí dejamos nuestra propuesta favorita.

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26 de diciembre de 2010

A base de martillazos

El West Ham es un equipo desdibujado, borroso en su imagen y complejo en su entorno. Juegan bien a tiempo parcial, la actualidad pesa más que su historia -lo cual es un problema- y que se encuentra bajo la dirección de un técnico eternamente cuestionado. Escondido en la última posición, las especulaciones sobre su permanencia cada vez son mayores. Las dudas sobre su fiabilidad son parte del presente, así como los interrogantes que presenta su plantilla: notable en calidad; suspensa en rendimiento.

Carlton Cole celebra su gol en Craven Cottage

Una victoria en Craven Cottage les permite a los Hammers volver a sumar tres puntos (por cuarta vez en lo que va de temporada) y, sobre todo, asestar un martillazo a su moral debilitada a base de derrotas. Basta un punto de apoyo para poder imaginar la salvación, para agarrarse a los últimos centímetros de cuerda que los enganchan a la Premier League. Mientras todos los equipos londinenses presumen de una salud envidiable –salvando el Fulham, fatigado después de su año mágico y en peligro de descenso-, el barrio de West Ham teme por su futuro.

Cuatro serán los apoyos del West Ham para poder ilusionarse con la permanencia. El primero se encuentra en la portería, en la confianza merecida que se le debe otorgar a Robert Green que, a pesar de empezar irregularmente la temporada, vuelve a demostrar su mejor versión. El segundo, en su central más prometedor y, siendo generosos y optimistas, de más presente: James Tomkins. El joven inglés por fin se ha hecho con la titularidad y ha cuajado tres partidos brillantes. En el primero, contra el Manchester City, secó a Balotelli (lástima la jugada del gol de Touré); en el segundo, fue lo más destacado contra el Blackburn a pesar del empate; en el tercero, en Craven Cottage, enseñando todas sus cualidades. A saber: salida notable de balón, buen juego aéreo y futuro, mucho futuro. Su mayor defeco, la velocidad.

El tercer punto de apoyo es Scott Parker, el codiciado capitán hammer. Serían insuficientes los elogios pero se hacen necesarios cuando su participación en un partido justifica el visionado del mismo. Sin ir más lejos, contra el Fulham fue decisivo en la asistencia que desequilibró el marcador. En el cuarto punto de apoyo debería encontrarse Carlton Cole, aunque a veces se empeñe en que se dude de él. Sus dos goles en Craven Cottage justifican su titularidad, su juego de espaldas genera peligro y su potencia aérea está contrastada. Son cuatro apoyos para mantenerse en la Premier League, cuatro apoyos para seguir dando martillazos.

20 de diciembre de 2010

Si Cahill, Howard y Moyes, Everton


No era el mejor contexto para enfrentarse al Manchester City. Los de Mancini acumulaban siete partidos sin perder mientras que el Everton llevaba la misma serie a la inversa. Tampoco eran lógicas las previsiones del partido puesto que David Moyes se atrevía a alinear a Anichebe por delante de otros delanteros como Yakubu o Saha, incluso Beckford. Una vez más, el Manchester City mostró su imagen de equipo inoperante, carente de sentido y de juego colectivo. No apareció Yaya Touré, nada se supo de Milner y Silva participó poco y lejos. Barry, por su parte, empieza a ser más plano que peligroso, más posicional y menos organizador. Sus pases no aportan, sólo encauzan la dirección. Acompaña el sentido del balón sin cambiarle la intensidad, sin cambiarle el sentido, sin hacer daño.

La confianza en Anichebe estaba en duda, no así la de Tim Cahill, que volvió a aparecer para anotar de cabeza. Nueve de los veinte goles de su equipo han sido del australiano, imprescindible para unos ‘toffees’ que se mueven en función a su efectividad. Leighton Baines, que cuajó un más que aceptable partido, culminó otra jugada colectiva para hacer el segundo. También fue decisivo Tim Howard, algo irregular por lo general, pero que te da más puntos de los que te quita. Y esta vez tocó sumar. Con la desventaja de dos goles en el marcador, llegó el punto desequilibrante y definitorio del encuentro. Apareció la aportación del entrenador, del técnico que lee, entiende y actúa en consecuencia.

Con Adam Johnson amenazando la banda izquierda del Everton, David Moyes pasó a la acción, a pesar de la expulsión de Anichebe. Metió a Bilyaletdinov y a Saha, frescos de piernas y motivados para la causa. Ideó un plan para tapar huecos, para eliminar las constantes subidas de Zabaleta y para frenar la ofensiva del City en el costado izquierdo de los visitantes, que tuvo que desplazarse con continuos e imprecisos ataques por el centro, así como disparos lejanos. Mancini, lento y pasivo, no tenía un jugador para cambiar el discurso del partido, para dañar y atravesar la defensa ‘toffee’. Además, Tim Howard mostró su buena cara y endulzó los goles de su compañero, también Tim, Cahill. Venció merecidamente el Everton, brillaron los Tim y comandó David Moyes. Triunfó el grupo.

18 de diciembre de 2010

El Sunderland quiere optar a Europa

Se ha hablado de varias revelaciones en la Premier League en lo que llevamos de temporada. Ya estamos llegando a la mitad de campeonato y podríamos decir que el podio de equipos sorpresa lo ocupan Bolton, West Brom y Blackpool, dándole al recien ascendido Newcastle la categoría de equipo de nivel alto desde el primer momento. Si Owen Coyle es el entrenador más destacado, no menos importantes han sido los nombres de Ian Holloway o Roberto Di Matteo. A pesar de no haber asegurado su permanencia (sigo pensando que tanto WBA como Blackpool sufrirán a nada que encadenen una mala racha) ahora pueden mirar a sus rivales desde la mitad de la tabla con la tranquilidad que eso conlleva.

Welbeck celebra su gol frente al Bolton
Menos se ha hablado del Sunderland. Tres únicas derrotas en un historial para pensar que pueden alcanzar los puestos europeos. ¿Por qué motivo resaltamos al Sunderland? Su última victoria ha sido sobre el Bolton, precisamente, a los cuales han superado en la clasificación colocándose sextos. Y no es la primera vez que consiguen un resultado resaltable. Los ‘black cats’ no conocen la derrota contra ninguno de los cinco primeros (a falta de jugar contra el Manchester United) y han conseguido ocho puntos de doce, además de recordar aquella magnífica victoria en Stamford Bridge.

Buena parte de este momento ascendente del Sunderland lleva la firma de Danny Welbeck, con cinco goles en los últimos seis partidos. Pero no sería justo citar un nombre y olvidarse de sus compañeros en ataque: Darren Bent y Asamoah Gyan. Quizás formen uno de los tríos más temidos de toda la Premier League. Lee Cattermole pone la agresividad en el medio mientras que la dirección es cosa de Jordan Henderson. Por si fuera poco, y añadiendo un nuevo motivo para pensar en ellos por los puestos europeos, bajo palos está Craig Gordon, seguramente entre los cinco mejores porteros de la Premier League.

Craig Gordon, portero del Sunderland
Poco a poco se están haciendo su hueco, se están colando entre los grandes e incluso se permiten la licencia de derrotarles. Hoy leía este comentario sobre Danny Welbeck: “He is slowly making a name for himself”. Además, todos las webs deportivas de Inglaterra ilustran con su foto la crónica del partido y la gran mayoría incluyen su nombre en el titular. Steve Bruce debe estar contento, el progreso es evidente, y no sólamente individual. Ahora queda saber qué límites se quieren poner.

14 de diciembre de 2010

Saber quién eres


Con el dinero disfrazado de argumento han perdido la noción de lo que son. Da igual la situación, da igual la entidad y no importa lo más mínimo las expectativas que se hubieran creado. Creerán que hacen lo correcto mientras sigan mirando todo desde un escalón más alto; desde esa altura que te proporciona el tener poder o dejar de tenerlo. El problema de sentirse importante es no llegar nunca a serlo, el problema es pensar que puedes conseguir cualquier cosa cuando la realidad es bien distinta. Autocrítica. Trabajo bien hecho. Y mucha paciencia.

Las prisas te traicionan cuando buscas objetivos inmediatos. Ni siquiera aquí el dinero cumple un papel fundamental. Un proyecto en funcionamiento es reventado a golpe de talonario, con un batacazo de orgullo y prepotencia, de superioridad y de impaciencia. Así, destrozan la marcha acompasada de un equipo que, sin recibir elogios, avanza cumpliendo metas, sin sufrir, conocedor del punto en el que se encuentran sus límites a pesar de sus problemas. Eso es, justamente, saber quién eres y saber cuáles son tus objetivos. Ahí está la clave del éxito, del llegar o quedarte en el camino.

Exceso inabarcable de ambición, escasez de recursos para conseguir lo propuesto: definición de la situación actual del Blackburn Rovers. ¿Consecuencias? La reciente destitución, sin previo aviso, de Sam Allardyce. ¿La excusa? Los nuevos jeques del equipo quieren entrar entre los cinco primeros al final de temporada. ¿Posibilidades de triunfar? Que cada uno saque sus propias conclusiones. Pero lo que está claro es que acaban de ponerle la zancadilla a la buena –entiéndase como cadencia adecuada- marcha de su propio equipo.

7 de diciembre de 2010

Sin efectividad pero con él


La vida sin un delantero que te asegure goles es una aventura de compleja solución. Cuando no se tiene un Berbatov (11) que un día de inspiración haga cinco de golpe, un Tévez (10) resolutivo en el partido menos esperado, un Carroll (9) o Elmander (8) en momentos lúcidos, o ni siquiera puedes confiar en actores secundarios como Van der Vaart (6), Odemwingie (6) y Gyan (5), lo mínimo que puedes hacer es preocuparte y lo máximo a lo que puedes aspirar es a confiar en el resto del equipo. Algo parecido le pasa al Blackburn Rovers, el equipo con más delanteros pero menos gol de toda la Premier League. Aunque, al menos, está Morten Gamst Pedersen.

Datos: El Hadji Diouf (0 goles / 15 partidos), Benjani (1/8), Mame Biram Diouf (1/12), Nikola Kalinic (2/10), David Hoilett (0/7) y Jason Roberts (2/7). ¿Qué debe pensar un equipo en el que sus seis delanteros llevan la triste cifra de seis goles en dieciséis partidos? La preocupación debe existir y, de hecho, ya existe. Sin embargo, hay algún motivo por el que los ‘rovers’ se mantienen en la mitad de tabla sin temer por el descenso. Y ese motivo no es otro que Morten Gamst Pedersen, una de las zurdas más efectivas y valiosas de la Premier League.

El noruego es la emanación de ocasiones del Blackburn, donde este año ya ha firmado cuatro goles y tres asistencias en la competición. ¿Y por qué es tan sumamente importante? Nunca los balones que pasan por su pierna izquierda fueron tan determinantes para el devenir de un equipo. ¿Ejemplo? Blackburn Rovers 3 – 0 Wolverhampton, este pasado sábado. Totalmente desbordados por los Wolves, Perdersen se bastó con un córner y un saque de falta para decantar el desenlace y sumar tres puntos. ¿Otro ejemplo? Blackburn Rovers 2 – 0 Aston Villa, dos semanas antes. Doblete del noruego. Y todo esto, por no hablar de sus saques de banda.

5 de diciembre de 2010

Thanks, Odemwingie


Él no quiso darle importancia. Eligió la opción más cordial para cerrar el tema: arropado por su equipo miró hacia el futuro, se asentó en su nuevo proyecto y respondió a base de buen rendimiento. Seis goles en doce partidos avalan el fichaje de uno de los jugadores de este comienzo de temporada. Por si fuera poco, llegó a coste cero y con la mente vacía dispuesto a olvidar para construir sus nuevos límites, para medirse en una dimensión distinta.

Es una minoría pero muy triste. Tengo una buena relación con el club pero esto es una desgracia”, lamentaba Peter Odemwingie después del bochornoso espectáculo que protagonizó un grupo de aficionados del Lokomotiv, antiguo equipo del delantero. Hijo de madre rusa y padre nigeriano, Odemwingie fue objeto de discriminación racial. Pero lo ignoró y no alzó la voz; utilizó el método más efectivo contra la ausencia de respeto. Canjeó insultos por goles y premió la educación frente a la ofensa.

El West Brom, recién ascendido, es una sorpresa positiva en los puestos altos de la Premier League. Su victoria ante el Newcastle tuvo a Odemwingie como protagonista. Su doblete, tras varias jornadas de debilidad, sirve para colocar a los 'baggies' en la octava posición, elevar la moral de las West Midlands y, a sus 29 años, resarcirse de los malos momentos pasados. Allí le aprecian, es uno de ellos y así se lo demostró su afición con un mensaje irónico a su antiguo equipo ruso: “Thanks Lokomotiv”.

2 de diciembre de 2010

La oportunidad del Arsenal

El Arsenal tiene a tiro un nuevo título: la Carling Cup 2011. La estrepitosa eliminación del Manchester United frente al West Ham (4-0) y la del Aston Villa (2-1) con el Birmingham –que se preveían como los otros dos grandes favoritos- colocan a los ‘gunners’ como máximos aspirantes para levantar la Copa de la Liga. Emparejamientos: Ipswich Town - Arsenal y West Ham - Birmingham City. Distinguimos dos puntos distintos para hablar de este tema: 1) La necesidad del Arsenal de conseguir un título. 2) La supuesta debilidad de sus rivales.


Bien es cierto que la Carling Cup es una competición devaluada. No hay más que comprobar muchas de las alineaciones repletas de suplentes que sacan los equipos como, por ejemplo, el Manchester United en la noche del martes. Pero, ¿alguien le va a dar la espalda a la victoria? ¿Alguien va a tirar una competición cuando te encuentras en semifinales y siendo favorito? Menos todavía cuando no han tenido fortuna en los cruces en Champions League de los últimos años y en Premier League no superan el tercer puesto desde 2005.

El último trofeo de los de Arsene Wenger se remonta al año 2005, precisamente, con la consecución de la FA Cup frente al Manchester United en la tanda de penaltis. Si retrocedemos un año más, nos encontramos con la Premier League de los Invencibles, en 2004. Es decir, las últimas grandes victorias del Arsenal están protagonizadas por sus jugadores que están retirados o a punto de hacerlo. Sin embargo, no hay que olvidar la final perdida en Champions League en 2006 o la final de la Carling Cup perdida en 2007 contra el Chelsea.


¿Y los rivales? El West Ham se pelea por no ocupar los puestos de descenso en la Premier League con un entrenador más que cuestionado, Avram Grant. El Birmingham tiene ante sí una oportunidad única de conseguir un triunfo importante. A pesar de todo, no debería descuidarse puesto que están a tan sólo tres puntos del descenso y no son, justamente, un equipo de gol fácil. Por último, como gran sorpresa, se ha presentado el Ipswich Town de ‘Keano’. ¿Sopresa? Sí y no. Sí porque son un equipo Championship y no están bien clasificados. No porque su once tipo es realmente talentoso... aunque no parece posible que sorprendan al Arsenal.

A los Gunners les ha llegado el momento de madurar. La FA Cup no ha hecho más que sortearse (vs Leeds) mientras que en la Champions League todavía no tienen nada asegurado pero, sin embargo, se les ha allanado un camino para la conquista de un título. Es la hora.