29 de abril de 2012

Los experimentos de Rodgers

Brendan Rodgers, 1973, entrenador del Swansea

Les ha sobrado tiempo para conseguir su objetivo. Todo ha ido sobre ruedas en su primera temporada en la Premier League y ahora andan jugueteando con distintas pruebas. Brendan Rodgers ha decidido que quiere terminar el curso pasándoselo bien y una muestra de ello es lo que hizo el sábado. No me atrevo a definir o a denominar la alineación que utilizó, porque fue tan extraña como dinámica y cambiante. Ciertamente, funcionó durante 30 minutos en los que el Swansea encarriló el partido. Pero también fue demasiado vulnerable y les costó el empate. El técnico inglés hizo un un boceto en la pizarra de lo que quería y salió una cosa divertida y hasta la fecha inutilizada. Con el 4-4 final se resumiría a grandes rasgos cuál fue el resultado de los malabares de Rodgers.

Alineación del Swansea vs Wolves
Destacó por encima de todo la presencia de Orlandi, que apenas había contado con oportunidades. La banda izquierda para él, con mucho trabajo defensivo, casi lateral en el segundo tiempo, y gran participación en ataque. Terminó con un gol y otra asistencia. Los tres defensas fueron los dos habituales Caulker y Williams junto a Monk, por lo que la anticipación era una tarea de obligado cumpliento. Britton, como siempre, ejecutó la creación con Allen en la ayuda y la llegada. El galés, dinámico, enlazaba con Sigurdsson, el enganche, mientras que Dyer fue el desborde desde la derecha. El once lo completaron un Sinclair por momentos más centrado que en otras ocasiones y Graham cerca del área. Un experimento de Rodgers como regalo a una temporada con valoración alrededor del notable.

28 de abril de 2012

Un Southampton tocado con magia

Los jugadores del Southampton celebran un gol de Rickie Lambert

El Southampton no se entiende sin Rickie Lambert y su ascenso no se explica en su ausencia. Que ganase el premio al mejor jugador del año era una muestra de justicia. Es el alma, es el gol. La no rendición, la esperanza, la multitud de sensaciones que ha regalado el delantero inglés forman parte de todo lo que ha rodeado al equipo, guiado por el ímpetu hacia el segundo ascenso consecutivo. Lambert es el goleador más letal del fútbol británico desconocido, un cabeceador de gesto académico y efectivo. Un disparo violento, una referencia. Cualquiera se atreve a explicar ahora que hace un lustro estaba desempeñando, sin fama, en la cuarta categoría del fútbol inglés. Los de Adkins no habrían conseguido triunfar en estas dos temporadas si Lambert no hubiese estado presente. Termina cerca de la treintena de tantos y rozando las veinte asistencias.

Adam Lallana, 1988
Es el genio, es la magia. La base ideológica sobre la que se sustenta el Southampton es Adam Lallana, criado en la cantera de los Saints. La alegría del equipo es la pura técnica individual del inquieto extremo inglés. Con cada recorte infernal, con cada conducción pegada al pie, con cada internada hacia el área, merecen la pena sus partidos. Lallana es la destreza en favor de sus compañeros, es el presente y futuro del interesante camino que están tomando los de St Mary's. Junto a Morgan Schneiderlin, canterano francés de mucho recorrido, corpulento, de elegante estilo y gran llegada, representan la savia nueva que ha crecido en el equipo sureño en todos estos años a la sombra.

El grupo, el equilibrio, lo ponen los futbolistas que han hecho del Southampton uno de los equipos más compensados de la categoría. Desde el tremendo negocio hecho con Hooiveld hasta el rendimiento de Guly, pasando por la oportunidad dada a Cork en el centro del campo, la solvencia de Fonte o las dos maravillosas zurdas que guarda en su lateral, Fox y Harding, aunque el primero ha sido el habitual a lo largo del curso. Y la portería, con un veterano Kelvin Davis.

Billy Sharp, 1986
Cierra la plantilla el sentimiento y cariño del fichaje de Billy Sharp en el mercado invernal. El delantero ex del Doncaster ha sido uno de los protagonistas dramáticos de la temporada, después de marcar un gol el día después del fallecimiento de su hijo con un mensaje en su camiseta: "That's for you son". Pidió disputar el encuentro porque se jugaba el descenso. Hizo un tanto pero no evitó la derrota y en invierno cambió de equipo, sabedor de que su nivel estaba para retos más importantes. Le costó unas semanas adaptarse pero ha terminado goleando. Sharp es el cuento de la superación, un ejemplo de por qué el Southampton ha vuelto a la Premier League siete años después.

26 de abril de 2012

Herd y las primeras luces

Chris Herd celebra el gol marcado en Anfield
Las complicaciones a las que se ha enfrentado Chris Herd hasta llegar a tener continuidad en el primer equipo han durado casi tres años. El poco brillo de las primeras luces. No había oportunidades porque su puesto estaba más que cubierto con Milner, Barry, Petrov o Reo-Coker. Supo esperar, salir cedido y avanzar lentamente. Como lo hace en el campo, ya que la velocidad no es su mejor característica. Pero esta temporada llegó su turno, en una misión por darle a Stiliyan Petrov una creatividad de la que el Aston Villa carecía. Herd se encontró con la situación ideal, con un líder al que escoltar y un puesto de guarda que desarrollar. Sin excederse, sin hacer cosas que no fueran de su desempeño. Empezó a destacar a la sombra. Llegaba a todos los descuidos, iba al suelo para corregir los errores y por alto se erigió en el líder. Una injusta expulsión, a la postre rectificada, quiso interponerse en su camino en su segundo partido. Pero no lo consiguió. Esta vez, Chris Herd aguantaría al frente.

Chris Herd, 1989
Recibió su primera y merecida convocatoria con Australia poco antes de caer lesionado. Tras varios meses fuera de la competición, Herd regresó para seguir siendo titular y marcó contra el Liverpool su primer gol con el Aston Villa, que ilustra las primeras líneas de esta entrada. En cierto modo, la presencia de Herd no es más que un reflejo de cómo les van las cosas. Alguien que no destaca, que cumple, pero que no decide. Y en su posición es admisible, por restarle a él alguna culpa, pero cuando el resto tampoco funciona (y no puedes contar con Petrov y Bent), no pinta claro el asunto para un McLeish que está convirtiendo una prometedora generación en un mediocre equipo.

24 de abril de 2012

Silencioso Ramires

Ramires, 1987
En ocasiones parece un intruso de una alineación que no le pega demasiado. Cuando los demás van a paseo, Ramires decide cambiar de ritmo de forma imprevisible. En esto de manejar el balón tampoco es el mejor pero ahí sigue, inamovible para Di Matteo. Si Ramires arranca con espacios, sus virtudes encuentran oxígeno. Y si el técnico decide cambiar los roles de sus jugadores, él se adapta sin problemas hasta el punto de estar rindiendo incluso escorado en una banda, aprovechando su intensidad y verticalidad en el campo. El puesto es suyo y su importancia en el Chelsea se mide en la cantidad de minutos que ha disputado (ha jugado todos los encuentros eliminatorios en esta Champions League) y, por tanto, apunta directamente a ser de la partida en el choque de vuelta.

A su manera y con sus defectos, más escondidos en su nueva versión de volante, la temporada de Ramires no es mala. Cubre las cosas que peor sabe hacer y terminará el curso con aproximadamente una decena de tantos. Uno mira la plantilla del Chelsea y se pregunta quién podría entrar en la posición del brasileño. Están Malouda o Sturridge, una vez que Kalou ha reaparecido de la nada. Hasta la fecha, Ramires no es discutible en el once y cumple con nota (gran eliminatoria contra el Nápoles y desactivó a Bale en la FA Cup) desde que ha encontrado acomodo en uno de los laterales del campo.

En la final de la Copa de Inglaterra y a un paso de la de Champions League, todo lo que sea no ver a Ramires en el once titular de esta noche, sabiendo el espacio que concederá el Barcelona en un Camp Nou que se adapta a la amplitud que demanda el portugués, será una sorpresa para todos.

22 de abril de 2012

Un mundo distinto

El Wolverhampton, primer equipo descendido a Championship
"El mundo parece un lugar totalmente distinto después de dos victorias seguidas", Gordon Strachan.

21 de abril de 2012

Juego de posiciones

Yohan Cabaye, 1986

En los primeros meses de temporada el Newcastle daba la sensación de ser un equipo muy rígido en su planteamiento. El 4-4-2 no había quien lo moviese y los once jugadores salían de memoria. Como las victorias acompañaban, todo eran luces de colores para de Tyneside. Además eran efectivos, atractivos y dominantes. El paso del tiempo, la recuperación de algunos efectivos y el buen rendimiento de otros han hecho que los de Pardew se hayan retorcido en su propuesta y la hayan cambiado. Sus futbolistas se han adaptado ante los problemas. La llegada de Cissé modificó todo en el ataque. Recogió su espacio en el campo y obligó a ordenar al resto. Los otros cuatro jugadores ofensivos -Cabaye, Ben Arfa, Jonás y Ba- han ido rotando sus puestos con el paso de las semanas -Tioté ha sido el único en mantenerse fijo de mediocentro- y los resultados, ahora que está en juego la clasificación a la Champions League, se siguen manteniendo de una forma más que positiva con seis victorias seguidas.

Jonás Gutiérrez, 1983
El que más destaca es Ben Arfa, en el altavoz semanal de la Premier League. Parte desde un volante pero con libertad para centrarse y ser decisivo. En tres cuartos es letal, donde ahora comparte espacio con Cabaye, actual mediapunta. El otro francés ha avanzado metros para jugar por delante del balón, un lugar que le permite efectuar acciones como la del sábado. Por su parte, Jonás, eterno multiusos, que ya ha jugado de volante y de lateral, ejerce de mediocentro junto a un sobresaliente Tioté, mientras que cierra la lista un Demba Ba que ha perdido el gol desde el extremo pero que su aportación sigue intacta.

19 de abril de 2012

La explosión de Harry Kane

Harry Kane, con la camiseta del Tottenham Hotspur
Cuando faltan escasas fechas para que finalice la temporada, podemos aventurarnos a afirmar que Harry Kane ha sido el futbolista inglés de su generación que mejor 2012 está realizando. Si hacemos un repaso a los candidatos, Oxlade sigue avanzando firme y lentamente en el Arsenal, ya que Wenger declaró que no quiere excederse con el talentoso centrocampista; McEachran, que tenía una oportunidad preciosa de brillar en el Swansea, no está teniendo oportunidades; Wickham continúa con su mejorable primer año en la Premier League y Ross Barkley sigue siendo una incógnita. Únicamente Joe Newell y Sean Murray se acercarían a un nivel parecido en la misma categoría que Kane, y podríamos añadir a Nathan Redmond o Nick Powell si contamos los que son un año menor, pero no llegan a competir con el rendimiento que ha dado el punta cedido en el Millwall, donde ya suma seis goles. El Tottenham, su club de origen, puede plantearse ahora si el curso que viene se queda en la primera plantilla, como estuvo hasta enero, cuando tuvo muchos minutos en los encuentros de la ignorada Europa League por parte de los Spurs, o vuelve a salir en una cesión, esta vez a un club mayor. Asegura goles, eso seguro.

Harry Kane, 1993
De su forma de correr no parece emanar un técnico jugador, pero todo lo contrario. Su fantástico manejo del balón le permite entrar en múltiples jugadas de equipo o conducir en carrera y, además, ser el punta de cualquier esquema. Controla bien, se coloca y fija su objetivo en la portería. Es físicamente potente, tanto como su disparo y ve puerta con muchísima facilidad. El año pasado ya salió cedido y marcó goles. Sus primeros pasos en el fútbol han sido para otros equipos que no son el Tottenham. Por lo pronto, ha demostrado que al menos merece una oportunidad para marcar goles en el club de White Hart Lane.

Otro artículo sobre Harry Kane, por David Dorado: "Una oportunidad irrepetible"

18 de abril de 2012

El Reading y su racha del ascenso

Los jugadores del Reading celebran un gol de Karacan
Cuestión de rachas. El Reading se subió en 2012 a una ola positiva (46 de los últimos 51 puntos) que le ha terminado por dejar en la orilla de la Premier League. El ascenso es un hecho. Y lo han conseguido en la temporada más complicada, la de regeneración tras la marcha de sus jugadores importantes. Despedirse de Shane Long no fue un trago fácil. El irlandés consiguió llevar a los suyos a la final del playoff del año pasado pero faltó el último empujón para terminar de conocer el éxito. Su marcha se veía venir y a Brian McDermott, entrenador de la entidad, le tocó remar sin el pequeño y carismático delantero. También tuvo que decir adiós al central referencia de la plantilla, Matt Mills, quien ahora anda a tortas con su nuevo técnico en el Leicester. Sea como fuere, el equipo del sureste de Inglaterra vuelve a la Premier League, categoría que abandonó hace cuatro largos años, para recordar el buen sabor de boca que dejaron los Royals durante aquella etapa en el máximo nivel. 

Jason Roberts, 1978
El meteórico y progresivo ascenso que ha llevado a cabo el Reading no tiene una única explicación. Aunque sí podemos encontrar dos respuestas concretas. De este modo, es inevitable empezar hablando de Jason Roberts, auténtico motor que ha engranado a un equipo entero. Llegó en invierno de su papel marginal en el Blackburn y ha renacido bajo los brazos de McDermott. Potencia, intimidación y violencia exagerada en el remate, todo lo ha tenido el jamaicano de 34 años en cuatro meses para el recuerdo en los que, hasta el momento, ha dejado seis goles. El segundo argumento se encuentra en la portería, donde Adam Federici se ha vuelto a confirmar como el mejor portero de la categoría. Ahora sí, sin rival que le compita ese mérito. La seguridad del australiano ha sido el eje que ha sostenido al Reading en las tardes menos afortunadas. Tardes como las decisivas y recientes frente al West Ham y Southampton, donde una versión más gris del equipo fue compensada por una tremenda efectividad y perfectas actuaciones del guardameta.

La alineación de gala, la artífice del ascenso, no tiene ningún interrogante o duda posible. Los héroes están claros, con dos o tres futbolistas de recambio. Ha sido la temporada de Jem Karacan, la de su explosión, la de su consagración y la de su madurez. Se puede echar el equipo a la espalda, escoltado por un notable Leigertwood, y conducir cualquier movimiento a su alrededor. Pequeño y agresivo, Karacan trata con mimo el balón y se vuelve una fiera cerca del área rival. Cayó lesionado hace varias semanas y no volverá hasta el año que viene pero, inteligente él, ya dejó servido el ascenso con delicadeza. Por otro lado, a pesar de haber sido eclipsado en los meses finales, el oportunista y talentoso Noel Hunt se merece otra medalla junto al interesantísimo Jobi McAnuff, el que puede ser el jugador más completo de toda la plantilla.

Adam Le Fondre, 1986
Al Reading le encanta correr al contraataque, es su mayor virtud, cuyo papel encarna a la perfección Jimmy Kébé, de piernas largas y desborde cortante. Su velocidad es el recurso más utilizado a campo abierto. La pareja de centrales, el elegante Pearce y un robusto Gorkss, junto a los dos laterales indiscutibles Cummings, por la derecha, y el incombustible Ian Harte, por la izquierda, cierran la defensa. Han pasado muchos meses desde la marcha de Shane Long, imagen feliz del Reading. Alcanzar su simpatía no es fácil, pero sin duda que Le Fondre ha recibido gotas de la misma pócima para ser decisivo desde el banquillo. Los de McDermott han llegado a la Premier League gracias a una racha casi impoluta. Toca confirmar que pueden mantener la regularidad al más alto nivel.

16 de abril de 2012

La buena pinta del Charlton Athletic

Los jugadores del Charlton celebran un gol de Wright-Phillips
Entre la potente generación de entrenadores jóvenes que está surgiendo en Inglaterra, donde Brendan Rodgers y el Swansea son los máximos exponentes, Chris Powell ha conseguido lograr el ascenso con el Charlton Athletic. A sus 42 años y en el primer proyecto que tiene entre manos, el técnico ha conocido el éxito tras liderar la League One desde el lejano mes de septiembre. En The Valley, el bonito campo del Charlton, se congregan más de 13.000 personas cada fin de semana, aunque algunas veces han superado los 20.000, un dato tremendo para la categoría de la que estamos hablando. El equipo del sur de Londres, que ya hace un lustro que no pisa la Premier League, en aquella temporada colosal de Darren Bent en la punta de ataque, vuelve a Championship después de tres temporadas desde su descenso. Lo hace con una plantilla muy sólida y compensada, ya que quienes han seguido al equipo sabrían recitar el once de gala de memoria, pues ha sido repetido numerosas veces.

Chris Powell, 1969
Del Charlton destaca la dificultad para hacerle un gol. De largo, son el equipo que menos tantos ha recibido y uno de los que más ha anotado. Por aquí se explica parte de su éxito, gracias a una solvente pareja de centrales formada entre Morrison -habrá que ver si en verano no hay ofertas por él- y Taylor, la portería con Ben Hamer y una punta de ataque que ha presenciado la explosión definitiva de Bradley Wright-Phillips, que ha sumado más de 20 tantos a lo largo del curso. El delantero, de ágiles movimientos y notable definición, siempre es el más adelantado de su equipo, el que se reta contra los centrales en cada uno de sus movimientos.

Scott Wagstaff, 1990
Pero con tres jugadores únicamente no habrían logrado el ascenso que ya tienen. De ahí la importancia del fichaje de Kermorgant, utilizando los metros en la mediapunta que deja Wright-Phillips, y que añade un plus importante de goles; la profundidad y velocidad de Danny Green, máximo asistente en su primer año en el equipo, y Johnnie Jackson en las bandas; la pareja central que organiza y maneja formada por Hollands y Stephens; y el toque de juventud que ponen el interesante Chris Solly en el lateral derecho y Scott Wagstaff en el volante o la mediapunta, el jugador que debutó en el Charlton el mismo día que Jonjo Shelvey.

14 de abril de 2012

La justicia de Carroll

Andy Carroll celebra el gol de la victoria ante el Everton
Los millones pesan. Para Andy Carroll están siendo más dificiles de soportar que un defensa corpulento y pesado que se te sube a la espalda y golpea su rodilla en tu espalda en cada salto. Aunque esa comparación también la conoce el bueno de Andy, acostumbrado al juego de espaldas y al duro combate con el central de turno. Así se han escrito sus mejores partidos, así ha llegado al máximo nivel y así le ha dado al Liverpool dos victorias seguidas en los últimos minutos. La poca delicadeza que muestra en sus gestos contrasta con la efectividad en cada uno de ellos, aclarando los ataques, bajando el balón y dejando las segundas jugadas servidas con esmero. Contra el Everton fue un salto en parado. Carroll subió más alto que nadie para contactar con el balón casi de espaldas y desatar la locura. Pocos días antes, el Blackburn sufrió al Carroll más salvaje, lanzándose a por todas en un balón cruzado. El día a día de un nueve.

Andy Carroll, 1989
Pero la justicia de la definición no le había dado la palabra hasta este año 2012. Toda la rabia de la desesperación, del error constante, se podía expresar en cada mueca y gesto de Andy Carroll cuando las cosas no le salían bien. Que si fuera de los onces iniciales, que si remates desviados, que si más recordatorios sobre su precio. Todavía no está en los números que se le exigen como delantero -algo tiene que sostener a los defensores de Carroll-, pero en juego y aportación lleva varios meses como para pensar que, ni mucho menos, el Liverpool cometió un error cuando decidió ficharlo.

13 de abril de 2012

Los once del Independent

El diario británico The Independent realizó el jueves, en su edición impresa, un once ideal integrado por jugadores sub 21 que no han disputado más de 10 partidos en esta temporada en la Premier League, aunque algunos no hayan ni siquiera debutado o puedan ser más discutibles (me pregunto dónde están Barkley, Pogba o Jack Robinson). Más allá de si se han esmerado mucho o no en componerlo, la alineación presentada no deja de ser interesante en sus nombres, monopolizada por los equipos que mejor cantera y cartel tienen en toda la competición. El Chelsea y el Arsenal ponen tres jugadores cada uno, el Liverpool y el Manchester United dos, por un único futbolista del Tottenham.



Damián Martínez - Arsenal, 1992
Hace algo más de un año, Szczesny se consagró en la portería del Arsenal. Juventud y potencial se asentaron bajo palos ante la ausencia de opciones fiables. Ahora, con el polaco siendo indiscutible, Martínez aparece en el equipo Reserves con exhibiciones semanales y unas condiciones fabulosas, ágil bajo palos y solvente en el juego aéreo. Su futuro puede pasar por una cesión la próxima temporada para no frenar su tremenda progresión.

Michael Keane - Manchester United, 1993
La primera vez que Michael Keane fue mencionado en este blog fue con motivo del triunfo del Manchester United en la FA Youth Cup del año 2011, donde Michael era el hermano menos bueno y condicionante de los dos. Con su tranquilidad, pausa y determinación, Keane, de buena planta, es una pieza indiscutible del equipo Reserves. Aunque el año pasado era lateral, en este curso ha sido central en la mayoría de las ocasiones.

Andre Wisdom - Liverpool, 1993
Una cesión es el próximo escalón que debe subir Wisdom para continuar con su ilusionante crecimiento. El central titular de la zaga vencedora del Europeo U17 de 2010 va cumpliendo años y después de haber hecho una pretemporada con el primer equipo, en este curso ha disputado la Next Gen Series, donde el club terminó en una digna tercera posición. Potente físicamente, grande, Wisdom es quien se encarga de empezar las jugadas en el equipo de Rodolfo Borrel.

Nathaniel Chalobah - Chelsea, 1994
El jugador del Chelsea siempre ha ido un paso por delante, ya que fue la pareja de Wisdom en el mencionado Europeo, con gente un año mayor que él. Su polivalencia le ha permitido desempeñar funciones de defensa en el centro de la zaga o, en muchas ocasiones (tanto en Inglaterra como en el Chelsea), como mediocentro del equipo. Alto y muy ágil, Chalobah lleva sonando muy fuerte en las oficinas de Stamford Bridge desde hace varias temporadas.

Zeki Fryers - Manchester United, 1992
Otro de los magníficos jugadores de la generación 2011 que han salido del Manchester United. Fryers ha disputado varios encuentros en la última edición de la Carling Cup y renovó su contrato recientemente (con algún problema que otro), pero su puesto en el primer equipo parece bien ocupado. Zurdo, muy ofensivo, difícilmente encuentre acomodo en Old Trafford.

Francis Coquelin - Arsenal, 1991
Ante la multitud de lesiones que ha sufrido el Arsenal en este curso, surgió la figura de Coquelin en el centro del campo para jugar un buen número de partidos al principio de la temporada. Ha crecido como mediocentro, aunque lo hemos podido ver de lateral en ambas bandas por sus buenas condiciones físicas y manejo de balón. Está por ver si puede hacerse un hueco en la plantilla de Wenger, pero podrá desarrollarse en un equipo de la Premier League.

Josh McEachran - Chelsea, 1993
El pequeño zurdo lleva sonando demasiado desde hace dos años (con total merecimiento), pero desde entonces seguimos esperando otra muestra de tal nivel. Pensábamos que la llegada de Villas-Boas sería el impulso definitivo, confiamos en que su cesión al Swansea conseguiría darle minutos... pero ni la primera ni la segunda. Por diversos motivos, McEachran sigue esperando una situación mejor, ya que sus características como futbolista requieren de un equipo que juegue el balón por abajo, con pausa, donde él sea el principal motor. Los fieles deseamos con ansia que llegue este día.

Raheem Sterling - Liverpool, 1994
Velocísimo extremo que debutó hace algunas fechas en la Premier League y sobre quien están puestas muchas expectativas en Anfield. No es para menos, después de todo lo que ha mostrado. Se ha saltado pasos en su madurez, tanto futbolística como personalmente, pero su juventud no ha sido un problema para destacar sobre el césped. El año que viene jugará en el Liverpool con más asiduidad. De desborde sencillo y veloz, unido a una técnica individual sobresaliente, hacen de Sterling un gran jugador a seguir.

Massimo Luongo - Tottenham, 1992
El único representante fuera de las cuatro canteras dominantes es el jugador del Tottenham. El australiano tuvo la mala fortuna de debutar en un partido de Carling Cup contra el Stoke que llegó a la tanda de penaltis. Luongo tuvo que ejecutar uno de los lanzamientos, que a la postre fue el que significó la derrota de los Spurs. Al margen de lo anecdótico, no ha tenido más oportunidades. Y es mediocentro, por lo que su presencia en banda es algo discutible.

Romelu Lukaku - Chelsea, 1993
El archiconocido delantero belga, que aterrizó en el Chelsea previo pago de unos 15 millones de euros, apenas ha disputado un puñado de encuentros sin continuidad con los blues. Todavía no ha cumplido las 19 primaveras -lo hará en mayo- y podemos pensar que ha sufrido un estancamiento, por lo que se especuló sobre una posible salida en forma de cesión la próxima temporada ante las pocas oportunidades de las que ha podido gozar en la plantilla. Ha sido un habitual del equipo Reserves y de la grada de Stamford Bridge.

Benik Afobe - Arsenal, 1993
Una lesión lo ha tenido apartado del fútbol durante buena parte del año, pero Afobe ya está de vuelta. Según sus técnicos, está destinado a formar parte de la plantilla del Arsenal. Es por ello que lo han cedido al Reading (equipo con serias aspiraciones de ascenso) para recuperar su forma y volver a coger ritmo. Uno de los delanteros de la exitosa generación del 93 inglesa, potente y explosivo.

11 de abril de 2012

La felicidad en una parada

La mejor foto que guardaba en su memoria era una en la que sostenía, con el traje empapado de la celebración, el trofeo de campeón de la Carling Cup. Hasta el pasado martes, el paso de Brad Jones por el Liverpool venía acompañado de alguna lágrima de más. Sobraban penas y faltaban sonrisas. Que no fuera ni la segunda opción para defender la portería era un problema con el que podía enfrentarse, algo menor, pero nada comparable a lo que la vida tenía preparado para su hijo Luca, a quien le fue diagnosticada una leucemia en el verano de 2010. Era época de Mundial, el foco de atención se encontraba en Sudáfrica y Brad Jones estaba concentrado con la selección australiana. Junto al resto de sus compañeros recibió la fatídica noticia y tuvo que volver a Inglaterra para asumir un duro e inesquivable golpe familiar. Meses después firmó por los de Anfield.

Momento posterior al penalti durante el Blackburn-Liverpool

Pasaron los días y cumplió un año como jugador del Liverpool, aunque no tenía nada que celebrar. En noviembre de 2011 y a los seis años de edad, el pequeño Luca dejó la última mirada de su vida y se fue junto a su enfermedad. Murió sin poder presenciar la noche en que su padre fue la imagen de la victoria. Salió de suplente, de rebote, siendo secundario, algo de lo que ya se ha acostumbrado como red. Sin Reina y con Doni expulsado, Brad Jones entraba al campo con el objetivo de parar un penalti. Miró al frente, se apretó los guantes y se lanzó a la derecha. El balón le llegó manso, lo aseguró entre sus brazos y apuntó su vista al cielo, recordando a su hijo fallecido. Emocionante imagen que sus compañeros celebraron como el logro de la noche. El Liverpool ganó en el descuento y Brad provocó otro penalti, pero la suerte que la vida le negó a Luca se la cedió a su padre para erigirse como héroe del encuentro y de una hinchada entregada.

Brad Jones, 1982
Puede ser el del próximo sábado uno de los encuentros más importantes que vaya a jugar Brad Jones en su vida, una semifinal de la FA Cup en Wembley frente al Everton. Un partido trascendental para su equipo en el que será titular ante la baja por amonestación de sus compañeros. Y lo será con un recuerdo enternecedor de Luca y con la sonrisa de su segundo hijo, nacido hace pocos días bajo el nombre de Nico Luca Jones, en memoria de su hermano. Brad Jones será la representación de la felicidad de una familia a la que la fortuna ya mira de frente, aunque por el camino hayan desbordado demasiadas penas.

6 de abril de 2012

Norwich y el trabajo bien hecho

Los jugadores del Norwich celebran uno de los goles de esta temporada
Han vuelto a hacerlo bien. No es noticia si retrocedemos en el tiempo y contamos los elogios (1, 2, 3, 4) que se han llevado en este blog, pero por ello no deja de ser remarcable. El Norwich no sólo ha asegurado con solvencia un año más su estancia en la Premier League sino que edifica, con sus limitados recursos, una plantilla mucho más rica en posibilidades. Diez futbolistas han marcado goles para los canaries esta temporada. Algo que explica bien cómo está estructurado el equipo es la procedencia de todos estos goleadores: Peterborough, West Brom, Leeds, Wolves, Huddersfield, Blackpool, Millwall, Shrewsbury, Gillingham y MK Dons. Fútbol inferior. De los diez, ocho fueron fichados por Paul Lambert. Los otros dos, Hoolahan y Holt, son los emblemas actuales del club. En el campo son un grupo, algo de lo que no pueden presumir otros equipos que están peleando por el descenso.

Paul Lambert, 1969
La figura de Paul Lambert se está destapando. Siguiendo el rebufo que dejan los elogios que se lleva Brendan Rodgers cada semana, el escocés va haciendo su camino con el mismo éxito y con un punto de sorpresa. Un entrenador inteligente, listo y que se adapta a sus jugadores, para quienes prepara partidos de los que sacar su mayor rendimiento. Si toca acumular futbolistas por detrás de la pelota, se planea. Si hay que llevar la iniciativa, tener la posesión y rematar a puerta, se organiza en base a ello. Y si en el descanso hay que modificar una decisión errónea, se lleva a cabo. Eso no es un problema.

Lambert, con la tranquilidad de saberse salvado, parece estar haciendo probaturas en en las últimas semanas, usando un 3-5-2, de cara al próximo año. El objetivo, se intuye, es hacerse más fuerte en defensa, garantizar la posesión de su hombre faro y llegar con muchos jugadores al área rival. Lo primero lo consiguen con las llegadas de Ayala, en verano, y Ryan Bennett en invierno, dos centrales que ya han demostrado ser muy sólidos para lo que se les requiere. Lo segundo, la libertad de Fox, el Britton del Norwich, se consigue con esquemas como el usado recientemente. Junto a la ayuda de los dos interiores y la participación de Hoolahan en la mediapunta, es un problema solventado. El último punto se ha puesto de manifiesto con el fichaje de Jonny Howson, del Leeds, que está rindiendo de interior a un nivel cercano al sobresaliente.

Jonny Howson, 1988
La salida de su anterior club, del que era capitán e icono de la cantera, fue conflictiva a la par que lógica, pues su potencial es para jugar en la Premier League. Ha tardado poco en amoldarse a sus compañeros y Howson ya es una pieza muy importante del actual Norwich. Un centrocampista de mucho recorrido que lo mismo te ayuda a comenzar una jugada, dentro del esquema mencionado, o te remata un rechace desde la frontal. El futbolista perfecto para el puesto ideal, interior. Una muestra más de que un buen fichaje puede encontrarse en otra categoría inferior. El Norwich lo ha hecho con su plantilla. No extraña que las cosas vayan tan bien.

4 de abril de 2012

La lucha del Coventry

Los jugadores del Coventry celebran un gol
Coventry tiene la peculiaridad de ser la ciudad británica más alejada del mar. En tierra de nadie. Al margen de eso, su equipo de fútbol tampoco regala demasiadas alegrías y no deja de ser un argumento analgésico para sobrevivir con entretenimiento los fines de semana. Con tanta pasividad se lo han tomado esta temporada que la opción del descenso todavía no ha desaparecido y luchan contra ella como buenamente pueden. A base de cesiones y de una buena maniobra de potenciación de su cantera, exprimida este curso a un altísimo nivel, el Coventry City busca la salvación, a pesar de que el mejor puesto que han ocupado desde agosto es la 18º posición. Poco después llegó una racha de once encuentros sin conocer la victoria, que los hundió en el pozo de Championship. Desde marzo, sin embargo, el panorama ha cambiado y en el Ricoh Arena, un coqueto estadio que albergará partidos de los próximos Juegos Olímpicos, sus aficionados miran con otra cara al equipo. Seis encuentros sin perder y dos victorias consecutivas dejan al Coventry, por primera vez desde septiembre, fuera de la peligrosa zona de descenso a League One.

Gary McSheffrey, 1982
En cuando a la plantilla, el Coventry goza de una base joven y que no lleva más de cuatro años (aprox) en el club. Salvo su mejor activo, Gary McSheffrey, que volvió al club de su vida tras un corto período en el Birmingham. El volante zurdo es el futbolista más importante, el más vistoso, cuya pierna izquierda es uno de los mayores argumentos del equipo, ya sea en la banda o por detrás del delantero de turno. La pareja de centrales, a pesar de la mala posición en liga, está formada por los complementarios Keogh y Cranie, salido de la cantera del Southampton en su temporada más prolífica, con Walcott, Best o Dyer, secundados en el banquillo por un jovencísimo Bale.

Alex Nimely, 1991
Pero han sido las cesiones y los jóvenes quienes están sacando al Coventry del pozo. En especial, un nombre: Alex Nimely, llegado del Manchester City, con los que hizo la pretemporada. Su presencia amenaza y su planta, potente, retumba en el verde cuando inicia la carrera, siempre con el balón pegado. Una de las sorpresas positivas de este 2012. Por su parte, Oliver Norwood llegó, también cedido, de Old Trafford. Algo más inconsistente, el técnico mediocentro también tiene llegada, gol y un golpeo fabuloso. Las citas terminan con dos que ya mencionamos en su día: la maravillosa historia de la aparición Gael Bigirimana y Conor Thomas, dos jóvenes con oportunidades.

1 de abril de 2012

Una adaptación brillante

De un tiempo a esta parte ha cambiado la cultura del mediapunta en la Premier League. La diferencia con respecto a temporadas anteriores es abismal (tabla), hay más equipos que buscan el gol por la vía de la posesión y refuerzan el centro del campo con un enganche. Hace meses analizamos a los futbolistas que ocupan esa posición, la modificación táctica que algunos clubes han realizado para satisfacer esa necesidad desbordante y decisiva por dentro. Recientemente, se ha añadido un matiz a ese estudio: el jugador de banda que se ha reconvertido a mediapunta. Hay ejemplos que lo demuestran.

La etapa de Mata en el Chelsea comenzó en el extremo izquierdo. Sus características lo llevaban hacia dentro, incluso llegando a pasar numerosas jugadas en el centro, pero no dejaban de ser situaciones puntuales del juego, ya que su misión defensiva siempre era el lateral correspondiente. En los últimos días de Villas-Boas y en el primer mes de Di Matteo, la función de Mata ya no engaña a nadie. El español es el mediapunta del Chelsea, con un delantero por delante y dos volantes laterales. Como es lógico, ahí encuentra mejor acomodo y está expuesto a menos trabajo en defensa, explotando su capacidad de pase.

Junior Hoilett, 1990
Tanto Sessegnon como Ben Arfa han alternado posiciones en Sunderland y Newcastle, respectivamente. El primero de ellos ha sido tanto mediapunta como delantero único, y no extremo como en sus primeros meses en la Premier League. Es uno de los mejores jugadores de un equipo que está realizando una magnífica segunda vuelta y que tiene en Sessegnon a su máximo goleador. Por su parte, Ben Arfa ni siquiera ha tenido la titularidad garantizada, pero sus constantes muestras de talento invitan a que Pardew no vuelva a prescindir de él. El maravilloso gol en la FA Cup y su última exhibición contra el WBA, dos ejemplos. Cuando ha jugado lo ha hecho tanto partiendo desde la banda como de mediapunta, siendo aquí su posición ideal para contribuir al juego del equipo.

El último ejemplo de extremo que ha centrado su puesto en el campo ha sido Hoilett en el Blackburn Rovers. La llegada del gemelo Martin Olsson, titular por la izquierda, ha propiciado este cambio de puesto. Resulta sorprendente ya que el teórico mediapunta que ha venido protagonizando ese papel, Formica, ha pasado a la banda derecha en detrimento de un Hoilett con una facilidad pasmosa para driblar en corto. Los de Kean van a estar hasta el final luchando por la permanencia y esta decisión puede ser un factor clave en ella.

Moussa Dembélé, 1987
Pero el caso más drástico se ha dado en el centro del campo del Fulham. Ahí juega ahora Dembélé tras haber pasado por el extremo, primero, y la mediapunta, después. La pareja que forma con Diarra o Murphy es uno de los mayores atractivos del equipo, así como la búsqueda del equilibrio entre ambos. El belga, acostumbrado a las funciones de ataque, se está convirtiendo en un fabuloso jugador en posiciones mucho más centrales y retrasadas. Y si la situación lo requiere, su técnica individual y último pase le sirven para decidir los partidos en tres cuartos de campo. Una adaptación brillante, como la de los anteriores ejemplos, para explotar todas sus cualidades.