30 de octubre de 2011

Los sucesores de Rory Delap

Es un clásico de cada partido del Stoke City presenciar jugadas peligrosas procedentes de un saque de banda. Todas vienen ejecutadas por el mismo jugador, Rory Delap, que ha sellado su firma en esta curiosa especialidad. Un portentoso lanzamiento desde el costado que llega plano al área, complicando la vida al portero y los defensas rivales y que crea un peligro que los de Tony Pulis han descubierto cómo aprovechar. Según algunos entrenadores de Premier League, el Stoke tiene más de cinco jugadas ensayadas para cada saque de banda. A sus 35 años, Rory Delap ha patentado esta modalidad ofensiva, la explota a la perfección y ya ha comprobado la existencia de varios sucesores. No sería de extrañar que alguno de ellos terminase en el Britannia más pronto que tarde para seguir la línea continuista de este estilo y dejarle a Delap una tranquila jubilación.


Greg Halford: Pocas cosas me sorprenderían menos que una posible llegada de Halford al Britannia Stadium. Es joven y tiene todo lo que el Stoke pide para ser titular, además de un saque de banda portentoso. Es la definición de polivalencia llevada al extremo, de central a delantero pasando por lateral o volante, el jugador del Portsmouth tiene el estigma especial que le podría llevar a cambiar de equipo. Fuerte, alto, potente y muy físico, casi un relevo natural de Rory Delap. Ejemplo.

Aron Gunnarsson: Disputó el último Europeo Sub 21 con Islandia después de cuajar una gran temporada en el Coventry. Fichó por el Cardiff, un equipo que tiene el ascenso como objetivo, y ya se ha asentado en el mediocentro del once titular. De tan solo 22 años, Gunnarsson adora el tackle, tiene un potentísimo disparo, es agresivo (fue expulsado en el primer partido del Europeo por esto) y está perfectamente adaptado al estilo inglés. Por si fuera poco, internacional absoluto desde los 18. Casi nada. Carne de Premier League sin duda alguna. Ejemplo.

Morten Gamst Pedersen: Ya no es titular en el Blackburn Rovers, bien porque su físico no da más de sí o porque su rendimiento no era óptimo. Su golpeo delicioso con el pie es una de sus más preciadas cualidades, pero muchos también tienen en cuenta sus saques de banda. Es difícil que encaje en el esquema del Stoke, un equipo que duplica la fortaleza del Blackburn, a pesar de que estos últimos no van faltos de músculo precisamente. Ejemplo.

Connor Wickham: No se puede decir que la primera característica que se viene a la cabeza cuando hablamos de Wickham sea su saque de banda. Sería erróneo pensar eso de uno de los mayores talentos de Inglaterra, de alguien con un pasado reciente prácticamente inmejorable y un futuro todavía más esperanzador. Pero lo que sí es cierto es que el joven inglés, muy desarrollado físicamente, posee un gran lanzamiento desde el lateral y ya lo ha aprovechado el Sunderland en más de una ocasión.

26 de octubre de 2011

Apuntes de Carling

La Carling Cup no es el mejor torneo del mundo, eso se da por supuesto. Ni siquiera es la mejor competición de Inglaterra. Pero si hay algo en lo que destaca es en su facilidad para dar a conocer nuevos jugadores, para ver el funcionamiento de onces alternativos y, como último punto a favor, para buscar una vía diferente de acceso a Europa. Apenas dos sobrevivientes de Championship son los que quedan en los cuartos de final, que completarán otros seis de Premier League. Vamos a intentar rescatar lo más importante de cada encuentro que se ha disputado entre martes y miércoles.


Aldershot 0 - 3 Manchester United: El equipo más débil que quedaba recibió a todo un Manchester United. Duró poco el partido, el tiempo que tardó Berbatov en hacer el primero. Luego Owen y Valencia sentenciaron. Ben Amos defendió la portería de los de Ferguson y volvió Cleverley de su lesión. Aunque lo más interesante ocurrió en la segunda mitad, con los cambios, cuando entraron Paul Pogba, Ravel Morrison y Michael Keane. El primero jugó de mediocentro, sobrado físicamente y con proyección. El segundo estuvo mejor todavía, de mediapunta/interior, atrevido, bajando a recibir y dejando una gran imagen. Se espera mucho de él en el club si consigue resolver sus problemas extradeportivos. El tercero, Michael Keane, ocupó el lateral derecho sin mayores problemas.

Wolverhampton 2 - 5 Manchester City: Dorut de Vries ascendió con el Swansea siendo el portero titular. Se fue al Wolverhampton y ahora es suplente. Entró en el once en la Carling Cup y se llevó cinco goles del Manchester City, apabullante en tres minutos para darle la vuelta al gol de Milijas y redondear la victoria en la segunda parte. Dzeko lleva 11 goles en 12 partidos y Mancini no alineó a ninguno de los jugadores que vencieron en Old Trafford. Tuvo minutos al final del encuentro el español Denis Suárez. Fácil y a cuartos.

Arsenal 2 - 1 Bolton: Con la herida pasada de la final perdida en la temporada anterior afronta el Arsenal un nuevo asalto a la Carling. Una convocatoria llena de jóvenes jugadores, como es normal en Wenger, y un susto en el partido, ya que el Bolton se adelantó en el marcador. Owen Coyle dispuso de un once muy competitivo pero no fue suficiente para pasar ya que Arshavin, primero, y Park Chu-Young, después, se encargaron de poner el 2-1 final. Jugó Ignasi Miquel todo el partido y aparecieron Ryo Miyaichi, Daniel Boateng y Ozyakup en el segundo tiempo.

Stoke 1 - 2 Liverpool: Un grave error de Coates que propició el tanto de Jones puso a Dalglish a temblar. El Liverpool había empezado fabulosamente el encuentro pero se puso por detrás en el marcador. Hasta que lo arregló Luis Suárez. Primero, con un golazo después de tirar un caño; después, rematando de cabeza un centro. El uruguayo llevó a su equipo hasta los cuartos de final a pesar del empuje del Stoke en los últimos minutos. Jugó Carroll de titular y, durante los mejores momentos del primer tiempo, fue de lo más destacado de los reds.

Blackburn 4 - 3 Newcastle: Lo tenía hecho el Blackburn pero los de Pardew empataron a dos al final de los noventa minutos. En la prórroga respiró Steve Kean, muy cuestionado en las últimas fechas, y los locales ganaron el partido. Marcó Rubén Rochina, que fue titular, como Petrovic. Tuvieron minutos tanto Formica como Hanley, el ¿sucesor? de Phil Jones. En el Newcastle salió de inicio Santon, también Ben Arfa, que sigue poniéndose en forma, y una buena lista de suplentes encabezados por Danny Guthrie.

Everton 1 - 2 Chelsea: Hasta la prórroga llegó el mejor duelo de los octavos de final de la Carling Cup que terminó con victoria de los de André Villas-Boas gracias a un tanto de Sturridge, que salió de suplente. Antes habían marcado Kalou y Saha. Jugaron McEachran y Romeu para el Chelsea, como ya hiciesen contra el Fulham en la ronda anterior, mientras que David Moyes cambió el esquema del fin de semana pasado para retrasar a Fellaini y ponerlo en el centro del campo con Rodwell.

Cardiff 1 - 0 Burnley: Muchos titulares en los galeses y gran cantidad de jóvenes en los de Burnley. Ganaron los primeros con gol del joven Joe Mason. Jugó Aaron Gunnarsson de mediocentro, quien participase en el último Europeo Sub 21 y que está cuajando en su primera temporada como jugador del Cardiff.

Crystal Palace 2 - 0 Southampton: Dos de los conjuntos que mejor han empezado la temporada en Championship se vieron las caras. Remató Crystal Palace en la segunda mitad con tantos de Ambrose y Easter. Jugó Jonathan Williams en los londinenses, 1993 y convocado (sin debutar) con la absoluta de Gales. También lo hizo James Ward-Prowse, 1994, uno de los mayores talentos del Southampton.

24 de octubre de 2011

El Peterborough y lo modesto

Apenas superan los 10.000 espectadores cada fin de semana pero en Peterborough se han empeñado en demostrar que los juicios que se hacían en verano eran equivocados. No presumen de estadio, y tampoco lo pretenden, pues ese tono de madera reseca y pintura desgastada de los asientos deja en evidencia de dónde proceden y señala su pasado inequívocamente: les recuerda que hace escasos meses eran un equipo de League One. Superado el primer cuarto de competición, los 'Posh' llevan tantas victorias como derrotas, seis, y, sumando el empate en Millwall, pueden presumir de estar a nueve puntos del descenso. Un logro y una tranquilidad que pocos se imaginaban. Por muchos motivos.

A mediados de agosto redactaron su carta de presentación. En el partido en abierto por Sky Sports, el único de la jornada, el Peterborough le endosó un contundente 7-1 al Ipswich. Juego divertido, constantes llegadas al área, combinaciones en tres cuartos, laterales de mucho recorrido... en definitiva, un gran encuentro de fútbol. Una muestra de que, con sus recursos, escasos, los de las Midland habían llegado a Championship con el objetivo de quedarse. Un escenario, London Road, donde han sumado 12 de los 19 puntos que ahora tienen y que los posicionan en la zona alta de la tabla.

Como un proceso lógico de adaptación a la categoría, el Peterborough vio cómo marchaba su mejor jugador: Craig Mackail-Smith, máximo artífice del ascenso. Los más de dos millones de libras que dejó en las arcas del club no sirvieron para atraer caras importantes. Por eso se han apoyado en cesiones y en descartes, así como en apuestas del fútbol más modesto. No es de extrañar, pues, que su plantilla sea la tercera más joven de Championship y la primera menos valorada. Algún ejemplo: su delantero titular, Lee Tomlin, jugaba hace dos años en Conference (5ª categoría); el lateral izquierdo indiscutible, fichado este verano, John Alcock, procede de League One (3ª categoría); y el mayor refuerzo de ataque, Emile Sinclair, corría por los campos de League Two (4ª categoría).

Lee Tomlin, jugador del Peterborough
Para completar la plantilla han entendido que su misión, para mantenerse, es ofrecerle competitividad a los jóvenes más prometedores de los equipos más importantes. Con ese objetivo han llegado, fichados por cantidades menores, David Ball (1989) del Manchester City y Nicky Ajose (1991) del Manchester United. Además han conseguido diversas cesiones como las de Scott Wootton (1991) y el talentoso Ryan Tunnicliffe (1992) del Manchester United, Ben Gordon (1991) del Chelsea y Josh Thompson (1991) del Celtic. Futuro recogido del exterior y esperanza sembrada en casa, caso de Tommy Rose (1988).

Todo este engranaje de jóvenes y fichajes para arropar al mejor, para mantener en la plantilla a George Boyd, un jugador que estuvo cerca de marcharse al Nottingham Forest hace más de un año (pasó cedido varios meses casi sin participar) pero que, para sorpresa de algunos, no se ejecutó su compra. Con tan solo 26 años ya es una leyenda del club y es el referente actual del Peterborough. Fino como no los hay en Inglaterra, técnico, apoyo del delantero desde la mediapunta y, en definitiva, enganche que hace vibrar London Road con sus actuaciones. El mayor activo de su entrenador Darren Ferguson. Sí, el hijo de Sir Alex. Así de curioso es este Peterborough.

20 de octubre de 2011

Enfoque United (IV)

Todo talento
De pequeño era delantero. A medida que fue cumpliendo años retrasaba su posición. Primero, volante derecho; luego, mediocentro. Llegó al Blackburn a los ocho años y en la adolescencia lo colocaron de central. Más campo para él: mejor. Phil Jones ha llegado al Manchester United poco después de cumplir los 19 y le han sobrado once meses del año, desde su debut, para demostrar que es válido. Hay futbolistas que se asfixian cuando les llega su oportunidad pero éste no era el caso. Se encargó de dejarlo claro en cuanto tuvo opción. "El talento en Inglaterra está ahí, Phil es un ejemplo", dijo Sam Allardyce, entrenador del joven inglés en el Blackburn Rovers. Se podría hacer un listado de elogios en los últimos tres meses pero no es el objetivo.


Todo ha ido muy rápido en su vida futbolística. Debutó a los 17 contra el Chelsea, contra Drogba, se convirtió en titular a los 18 y con uno más se ha consagrado en su nuevo equipo y en la selección absoluta de Inglaterra. Resulta complicado elaborar en la actualidad una lista de Capello para la próxima Eurocopa 2012 en la que no figure Phil Jones. Así de importante ha sido su salto a la élite. De ese nivel estamos hablando. Intentar diseccionarlo sin que la emoción traicione es un verdadero reto.


Pertenece a este lugar
Condicionado por las lesiones continuas en la defensa del Manchester United, Phil Jones ha tenido que desenvolverse tanto de central como de lateral. Hasta de mediocentro. No es raro que haya rendido en las tres: su imperial físico aúna cualidades técnicas con el balón por las que pagarían muchos centrocampistas. Una cosa sí que ha quedado clara sobre su estilo: si le pones límites a su proyección pierdes al mejor Phil Jones. Las barreras aplastarían al futbolista que lleva dentro. Saber encontrar el equilibrio entre lo que suma y lo que resta, que a día de hoy aún se nota, es el camino a seguir para que, a corto plazo, si nada se lo impide, sea el mejor central de la Premier League. Porque todavía falla.


Como central se ha dado a conocer. Es su posición natural, la que debería de asumir como titular en el Manchester United más pronto que tarde. Con Phil Jones llega un defensa por encima del notable en el uno contra uno, suficientemente rápido como para aguantar un cara a cara con un extremo y dotado por cultura de un 'tackle' brillante, excelente, de levantarse de la silla y suspirar después de verlo ejecutado. Esto último no tiene ningún ápice de exageración. Por alto tiene un potencial exagerado y ya le ha tocado combatir contra el equipo más peligroso de la competición en esa faceta. Sirva como muestra que le encargaron la misión de cubrir al referente. Además, su control de balón hace de él un activo muy importante en la posesión de su equipo y de la selección. Con amplitud se anima. El fútbol lo agradece.

Es en el lateral derecho, sin embargo, donde ha dado el mayor recital desde que juega en Old Trafford. Fue contra el Bolton y serviría para explicar lo que es capaz de aportar desde esa posición. Profundo en ataque, igualmente eficaz en defensa. Una carrera en conducción del balón digna del mejor delantero, buen toque, visión, una alternativa para la salida y potencia física descomunal. Por los ojos entra igual de bien. Comprobadlo.



Precisamente el Manchester United es un club donde la competencia es extrema. A los contrastados Vidic y Ferdinand se les suma Chris Smalling, difuminado por la irrupción de Jones, pero de extraordinarias cualidades y también adaptable al lateral derecho. Jonny Evans es un escalón inferior... o dos. En los laterales, Fabio y Rafael son los rivales para la titularidad, porque Evra es fijo. Todo hace indicar que, tomando lo de Valencia en el lateral derecho como un parche, entre Jones y Smalling se repartiran el carril diestro en los partidos más importantes de la temporada.


Un techo incalculable
No lleva ni un año en la élite, como quien dice, y ya es uno de los diamantes del país. Confiar plenamente en un futbolista de menos de 20 años no es un simple acto de fe si éste ya ha demostrado unas cualidades sobresalientes. Algo parecido ocurre con Phil Jones, obligado a dibujar su futuro con un balón por medio y destinado a liderar equipos, bien por su actitud, ejemplar, o bien por su rendimiento, hasta el momento intachable. No seré yo quien le ponga límites a su progresión, pues estamos ante uno de los mejores defensas de la competición a nada que las cosas sigan su curso natural.


Para terminar, la llegada y adaptación de uno de los mejores futbolistas del mundo a la Premier League en Óptica Wenger: "Enfoque City (IV): El ecosistema de Agüero".

Aquí concluyen los contenidos del especial sobre el Manchester United y Manchester City que se han llevado a cabo en Óptica Wenger y Desde Anfield.
  • Si te perdiste algún artículo o quieres recordarlo, tienes el índice a tu disposición.

19 de octubre de 2011

Enfoque United (III)

El artista y su obra
El económico fichaje de Ashley Young responde a todos los interrogantes: Ferguson enriquece su plantilla con nuevas opciones, más cambios para ampliar variantes y darle riqueza al movimiento. El Manchester United se ha convertido en la paleta de un pintor, el técnico escocés, que tiene todos los colores mezclados, consiguiendo tonos que se distinguen a primera vista y otros que se conjugan con los principales. Con esta contratación adquiere el matiz individual que le faltaba para hacer rendir, aún más, a su mejor jugador, Wayne Rooney, y no es otro que la amplitud desde la línea de banda. Desde ahí funciona Young tan pronto como aterrizó en Old Trafford, volviendo a sus orígenes y dejando atrás el largo experimento de una temporada en el Aston Villa como mediapunta en la que no le fue mal.


Pero su llegada no es tan egoísta como para darle la única función de hacer mejor al genio. Tiene mucho más jugo que el de una simple pieza colectiva que engrase al resto. Ashley Young también es una alternativa individual, tal y como se ha visto en el Aston Villa, que puede ser decisivo en ataque, ya sea en velocidad o en estático, y que prima el bien del equipo por el personal: su capacidad de entrega defensiva es una de sus mejores virtudes. Sus movimientos son una goma en la banda izquierda, tensada y destensada según convenga, llegando hasta ambos extremos del largo del campo. Young ha llegado para que el Manchester United experimente nuevas fórmulas, para completar el 2x2 en la banda, para que ataque más espacios y para que, en definitiva, siga con su misma idea.


Young es de goma
Pegado a la orilla izquierda, Ashley Young ensancha las dimensiones del campo, favorece el juego interior y saca a la luz los espacios. Ampliar, ese concepto tan aprovechado en el Manchester United con el único objetivo de ser mejor equipo. En ataque, con el balón en posesión, el volante ocupa dos posiciones diferentes: la primera, totalmente sobre la línea de banda, generando así una opción para el pasador y eliminando un defensa rival; la segunda, ligeramente centrado para permitir la subida de Evra. En ambas situaciones su altura la marca la zaga contraria.


El origen de la jugada del Manchester United no tiene a Young como una pieza indispensable. El inglés no participa en ella aunque sí es una opción de pase en dos vertientes distintas: una recepción en corto (foto inferior), arrastrando al lateral rival y abriendo un espacio que aprovecha Evra para progresar, y una transición más veloz donde explota su punto vertiginoso, que lo tiene. Siempre con una condición: no ocupar más de un cuarto del campo, pisar el centro lo menos posible. Su misión es ensanchar y dar velocidad, porque para achicar y colaborar en la creación ya está Nani que, sin todavía ser un motor desde las zonas centrales, pasa cada vez más tiempo en ellas.


Pero el fichaje de Ashley Young también está pensado para aguantar la comparación defensiva con Park, el elegido por Ferguson para los duelos de alto nivel con el objetivo de armarse adecuadamente en su campo. El inglés es una goma que se tensa lo necesario como para llegar al 2x2 defensivo y pasar el suficiente tiempo en ataque como para ser una opción real de peligro. En este gráfico comprobamos cómo Young explota su banda de principio a fin mientras que Park tiende a participar mucho más en la zona medular. Por su parte, Nani es un futbolista con incidencia en la segunda mitad de campo con cada vez mayor protagonismo en el centro. Valencia se ha quedado ligeramente atrás en la carrera siendo utilizado en las últimas fechas como lateral ante las ausencias de los titulares.


El que sonríe con todos los cambios es, una vez más, Wayne Rooney. Sería impreciso hablar de mejoras en el Manchester United que no afecten en su juego. Que Young se abra a la banda le permite mayor movilidad en el centro para respirar tranquilo, para bajar al medio del campo cuando crea oportuno y no cruzarse con nadie. Eso no se lo da Park en plenitud. Quizás sea ésa la mayor diferencia entre el surcoreano y el inglés: potenciar a Rooney es la premisa y aquí Young es capaz de ejecutarla con más beneficios.



El Manchester City, por su parte, ha encontrado un filón en una nueva versión de Nasri: "Enfoque City (II): Nasri redescubre la asistencia", en Óptica Wenger.

Próxima entrega:
  • Enfoque City (III): El ecosistema de Agüero
  • Enfoque United (III): El talento llegó con Phil Jones

18 de octubre de 2011

Enfoque United (II)

Cómo cruzar el puente
El Manchester United se encuentra en una fase experimental en cuanto a su fabricación de juego. Concretando algo más: atraviesa un relevo generacional en el que está alternando jugadores, probaturas varias, hasta dar con la tecla ideal. La base de cada jugada pasa por un momento de transición de ideología, de padres a hijos, y el testigo lo han asumido con responsabilidad entre Anderson, Fletcher, Carrick y Cleverley. La lenta despedida de Scholes y el invento de Giggs en el último tramo del año pasado han servido de puente hacia un futuro mejor. Un puente generacional y un tránsito, al mismo tiempo, entre la defensa y el ataque, un paso al fin y al cabo, un enlace, que unifique al equipo desde atrás hacia adelante.


La pregunta es: ¿Quiénes deben ser ese enlace en el once? ¿Cuál es la mezcla con el techo más alto? Está Fletcher, por quien se rezó en los días previos a la final de la Champions League 2011 para que se recuperase de su lesión. No fue así. La pieza más completa para taponar en defensa y llegar en ataque, para caer a una banda y ganar el juego aéreo. Si debe haber un fijo debería ser él. Carrick representa el posicionamiento estático, canalizador del balón y lento de movimientos, mientras que Anderson es la propuesta más díscola. El brasileño es un correcto iniciador, favorecido por los futbolistas del ataque, interesante llegador, gran conductor... pero tropieza constantemente con el desorden. Y es que los problemas a los que somete a su equipo son de órdago para un aspirante máximo a todas las competiciones. En su defensa: ha rendido bien en los primeros meses de la temporada y, ya sea por las lesiones o por su buen momento, está asentado en la alineación.


Cleverley, un enlace
El primer regalo del curso lo ofreció él en la Community Shield. Representa la esperanza del jugador cedido con vistas a regresar para tener una oportunidad. En Wigan no funcionaba como lo hace en Old Trafford: fue un habitual en el volante izquierdo, limitando su participación y, del mismo modo, marcándole un filtro a sus cualidades. Su impacto en el centro del campo se vio reducido y su rendimiento, sin ser malo, pudo ser aún mejor. Ferguson ha corregido este matiz y lo ha dirigido no a la creación de la jugada sino a la continuación. Porque Cleverley no está siendo básico en el primer pase, está siendo necesario en el segundo, el que orienta o conduce hacia el ataque.


A sus virtudes con balón se le añade una llegada que permite al Manchester United rematar casi siempre en ventaja. Como buen conductor del juego su vista está puesta en sus compañeros del frente. Aplica constantemente el apoyo y continuación, le da movilidad a la jugada y dinamiza el curso de la pelota de un área hasta la otra. Cuando llega lo hace bien. Su club se caracteriza por una gran pegada: Cleverley tiene esa gota necesaria para triunfar. Es una figura viable para la Eurocopa 2012 y, aunque ahora se encuentre lesionado, va a tener una participación notoria el resto del año.

Rooney y Nani, el respiro
Si Anderson es efectivo en su salida de balón, centrándonos en los datos de esta temporada, mucho se debe a la labor que ejercen Wayne Rooney y Nani. Los dos mejores jugadores del equipo colaboran en la transición y centran sus posiciones para acomodarse al discurso del juego. Por eso, una de las imágenes más comunes es ver al inglés en la línea de mediocentros o desmarcándose para recibir a la espalda de los centrocampistas rivales. Wayne Rooney necesita terreno por delante. Lo mismo ocurre con Nani, que estrecha el campo, al mismo tiempo que amplía su grado de participación, para recibir en tres cuartos con claridad. Su giro portentoso hace el resto para colocar la jugada mirando al portero contrario.



La duda
Se esconde en el fondo del banquillo, con el típico plumas del equipo, rodeado de aficionados británicos, recordando los días en los que su nombre entraba en la mente de todos los onces ideales. No hace mucho tiempo de aquello, apenas meses, pero Berbatov ha pasado al olvido en el Manchester United. Chicharito le ha adelantado por la derecha porque pudo sostener la relación goles/partidos ofreciendo un mejor rendimiento, a pesar de que el búlgaro fue el máximo anotador del campeonato. El éxito es efímero pero Dimitar supo combatirlo con la eficacia. Dos temporadas y media después ya no fue capaz. Sin miedo, porque el relevo está asegurado, Old Trafford debe despedirse paulatinamente del delantero que ha anotado 41 goles en únicamente tres años.


Tampoco le da para ser la tercera opción. La culpa es de Danny Welbeck, notable alto en su cesión al Sunderland la temporada pasada a pesar de su lesión a mitad de campaña, que ha irrumpido con potencia no sólo en el Manchester United sino que entra en los planes de la selección absoluta. A esto hay que añadirle que Ferguson ha confiado en él a comienzo de curso y el punta inglés ha respondido con goles. Le sobra motivación, le falta campo para correr. El 19 de Old Trafford es generoso, y mucho, en su esfuerzo, además de que son doce años de juventud con respecto a Berbatov. Tiene un conocimiento táctico que va a desarrollar y unas cualidades que están por explotar.




Al mismo tiempo, su máximo rival divisa nubes sobre su cabeza e intenta mantener el equilibrio en su peculiar silla de cuatro apoyos: "Enfoque City (II): Nubes en el Etihad", en Óptica Wenger.

Próxima entrega:
  • Enfoque City (III): Nasri redescubre la asistencia.
  • Enfoque United (III): Ashley Young es de goma.

17 de octubre de 2011

Enfoque United (I)

La madurez de una idea
El día que Sir Alex Ferguson se despida, el fútbol tendrá un vacío inmenso en los banquillos pero verá recompensada su marcha con párrafos y capítulos de historia. Textos que se han escrito durante su andadura en el Manchester United, equipo en el que ha dejado su huella dactilar en todos y cada uno de los detalles que hoy se aprecian en los de Old Trafford. Porque si dos de los (tres) cinco mejores jugadores del mundo en la actualidad han pasado por sus manos dudo mucho que sea un puro regalo de la casualidad. No lo es. Después de su llegada en 1986, el técnico escocés recoge logros merecidos y en esta temporada 2011-2012 espera seguir con esa dulce costumbre.

El resto también nos hemos acostumbrado. Ellos representan a ese personaje que se monta por primera vez en una bicicleta y al cabo de unas semanas ya ha adquirido la capacidad de hacerlo sin ayuda, sin necesidad de volver a pasar por el periodo de aprendizaje. El Manchester United es tal y como se muestra en cada partido, es la rutina, la progresión anual; es el crecimiento y el mecanismo perfectamente entendido. El que se encarga de subir un piñón o cambiar los platos es el propio Ferguson, quien sopesa la elección según tenga una llegada masiva o una importante etapa pirenaica. Ha conseguido crear de su equipo un poderoso conjunto ganador de grandes vueltas, la Premier League, de la más importante clásica de la temporada, la Champions League, y educador de los mejores talentos del país. Lo complementa con fichajes, con acertados fichajes.


11 tipo
De Gea es el futuro: fichaje realizado para defender una década, como mínimo, la portería del Manchester United. De izquierda a derecha, Evra, Vidic y Ferdinand no se ponen en duda, al menos de momento. Sí hay interrogantes con el lateral derecho. La explosión temprana de Phil Jones le hace sumar muchos puntos, aunque él es central, mismo caso que el de Smalling. Las opciones de Fabio y Rafael, vistas las alternativas anteriores, se intuyen secundarias. Nani está ante la temporada de su salto definitivo y Young es la inteligente contratación del equipo para la presente temporada. En el centro, Fletcher será necesario y la otra plaza baila en función del rival. Los más atrevidos sueñan con Cleverley, sensación del primer mes, los fiables optan por Carrick, con cierto carácter estático, y el resto se queda con Anderson, válido mirando al frente pero deficiente corriendo hacia detrás, aunque las lesiones lo han convertido en indiscutible hasta el momento. Rooney no necesita argumentos y Chicharito los redacta él mismo.

Aprender a correr
Para sentirse realizado, el Manchester United corre, muy bien, para delante. Los espacios son sus mayores aliados: Young se escora en el extremo izquierdo para dar una salida por banda, Nani es libre de respirar donde le llama el balón, con una apertura no tan marcada de inicio como la del inglés; y Anderson es el objetivo del primer pase de la defensa. Una vez el brasileño se da la vuelta aumentan las opciones de lanzar el ataque. Laterales abiertos, Jones -según el partido- y Evra, dos apoyos en el centro, Rooney y el acompañante de Anderson, además de los dos volantes correspondientes. Se aclara el panorama, el objetivo está en la portería contraria, luego el Manchester United puede ser el Manchester United. Y cuando esa situación no se permite, aparece la figura de Rooney. Porque Wayne es otra historia.


Queda en el recuerdo la variante de Scholes y se diluye con los días la opción de Giggs, eficazmente utilizado hasta el día de la verdad. El pequeño pelirrojo fue la pausa que hoy no necesitan para aplastar a sus rivales. Nada se parece a él y tampoco quieren que nada se parezca. Quizás sí lo necesitan, pero no ha habido intenciones de buscar sustituto. Son así: la búsqueda de la optimización de sus piezas. Si Ferguson no las tiene, las moldea hasta conseguir lo más parecido a lo que quiere. Así hizo con O'Shea y así recurre a Ji-Sung Park.


El cambio de Rooney: clave
Una de las características más comunes de Ferguson en los últimos años era replantearse su alineación en función de los partidos más complejos, sobre todo a nivel europeo. Que el Manchester United alinease a tres centrocampistas en Múnich (2010), como en la mayoría de compromisos de importancia en ese mismo año, o colocase a Rooney en la banda izquierda en la final de Roma (2009) es el fruto de la precaución ante el oponente. Todo cambió en 2011 y hay indicios de que así continuará en el presente curso. La era de Cristiano Ronaldo pasó y ahora Rooney es el eje vertebrador. Por eso, el diez juega en su posición.


Rooney es el Manchester United, es el agua del mar que termina mojando todos los castillos de arena en la orilla de la playa. Impregna, dota a todas las figuras del sello distintivo y simplifica las funciones del equipo. Ha ampliado su ámbito de participación y su influencia es extrema. Terminará su carrera siendo mediocentro y no será extraño, porque así podrá adaptar sus cualidades al físico deteriorado. Mientras tanto, lanza contraataques desde todas las partes del campo, siendo quizás el mejor del mundo en esta especialidad, baja a recibir a la base de la jugada, es indispensable para que Anderson sea útil, se abre para oxigenar y cambia de banda como si se tratase del ejercicio más sencillo. No vive en el área porque así reduciría su dimensión: acude a ella hambriento. En segunda jugada es esencial. Como rematador, brillante.


El depredador
Se ha comido a su competencia. Así es como Chicharito se gana ser titular. Su estigma especial, el de un desmarque fuera de lo común, lo elevan a la categoría de indiscutible. Tiene movimientos tan propios que los ejecuta de un modo que son imparables. La danza de su fútbol se baila en el área, lugar donde es más agresivo que ninguno, pero ha aprendido a convivir con el entorno fuera de ella. Su relación con el resto de compañeros ha evolucionado y hasta participa en la recepción y descarga del primer pase, así como cae a bandas constantemente. Es hiperactivo, no hay otro adjetivo que explique su ansia y actitud. Necesita el fútbol. El gol es su alimento.




Su rival inmediato, el Manchester City de Roberto Mancini, evoluciona progresivamente y es interesante saber cómo lo está haciendo: "Enfoque City (I): Un giro necesario", en Óptica Wenger.

Próxima entrega:
  • Enfoque City (II): Nubes en el Etihad.
  • Enfoque United (II): El futuro y un adiós

15 de octubre de 2011

Manchester divide el fútbol

En los próximos días, Desde Anfield y Óptica Wenger trataremos de presentar un conjunto de artículos sobre la dicotomía Manchester City - Manchester United en los que se analizarán de forma compleja y minuciosa los aspectos individuales y colectivos más interesantes de su fútbol.

Las nuevas fórmulas exploradas por Ferguson y Mancini, las debilidades de los proyectos y los posibles problemas de gestión sumados al impacto en el terreno de juego de las recientes e importantes incorporaciones centrarán un análisis que será plasmado en ocho entregas: 4 + 4.



Contenidos ROJOS en Desde Anfield:

1. La madurez de una idea
2. El futuro y un adiós
3. Ashley Young es de goma
4. El talento llegó con Phil Jones

Contenidos AZULES en Óptica Wenger:

1. Un giro necesario
2. Nubes en el Etihad
3. Nasri redescubre la asistencia
4. El ecosistema de Agüero


Comenzamos.

11 de octubre de 2011

Pagar caro el desorden

Que el resultado terminase en un contundente 6-0 a favor del Fulham se puede explicar a raíz del primer gol del partido. Un error prolongado de un defensa del QPR, Luke Young, facilita tantos espacios a su rival que éste termina por aprovecharlos. No se había cumplido el minuto dos de encuentro y los de Craven Cottage ya iban por delante en el marcador. Mousa Dembélé fue el protagonista, el jugador que desequilibró la balanza de un rival y que a su vez desorientó toda la zaga enemiga.

Un movimiento sencillo: pared y desmarque. Luke Young peca de ambicioso y se traga el amago, lo deja en una situación embarazosa y queda por detrás del balón cuando tenía ganada la posición. Dembélé encuentra a Andy Johnson y éste le cede la pelota al primer toque. Rival eliminado, siguiente decisión.


La carrera es en dirección a la portería contraria. Dembélé conduce y lleva a su espalda a Young. Con su suspiro en la nuca, el belga opta por tirar otra pared, la segunda en veinte metros, que descoloca nuevamente al jugador del QPR y vuelve a dejar en una posición favorable al atacante del Fulham.


En el borde del área, Dembélé ha perdido a su defensor, encuentra un pasillo paralelo a la frontal y se perfila para el disparo con la izquierda. Entre líneas se encuentra Andy Johnson, que asistió la primera pared de la jugada, y se lanza endiablado hacia un posible rechace, que finalmente termina llegando, de Kenny. Mientras tanto, Luke Young, todavía sin encontrarse, eternamente perdido durante los segundos que dura la jugada, mira cómo llega el delantero del Fulham, se adelanta a él y hace el primer tanto del partido.


Muy sencillo, se llama concentración defensiva. Es el 1-0, lo que fue el desencadenante del 6-0, la primera victoria del Fulham en esta temporada.

6 de octubre de 2011

La tarde de Micah Richards

Estoy prácticamente seguro de que aquel 30 de diciembre caía en domingo. A punto de despedirse el 2007 comenzaba una nueva jornada de Premier League y, como cada fin de semana, estuve atento a sus resultados. Me acuerdo muy bien de aquel día porque, en el horario de las 16h, se jugó un Manchester City - Liverpool: buen cartel, tarde de manta y televisión. Lo sorprendente es que el triste empate sin goles fue algo secundario durante el encuentro. Disfruté con una actuación individual. Mejor dicho, con el desempeño de dos futbolistas que fueron uno y que tuvieron la culpa de que no hubiese goles en el marcador: Richard Dunne y Micah Richards. Concretamente la de este último, de tan solo 19 años por aquellas fechas y que, por primera vez, yo grabé a fuego en mi memoria.


Han pasado casi cinco años de esa tarde de invierno, pero Micah Richards sigue siendo el mismo; no me refiero a la obviedad sino a que el defensa inglés sigue prometiendo pero no se ha estabilizado como titular ni en la selección ni en su club. Leyendo una entrevista, el jugador 'citizen' me ha sacado una sonrisa, me ha hecho retroceder en el tiempo: "Cuando él está al 100% es probablemente el mejor central con el que he jugado, era una gran parte de lo que yo quería llegar a ser". Se refería a Richard Dunne, su compañero en 2007, el mismo que desempeñó a su lado la ardua tarea de parar a Fernando Torres en la misma tarde en la que yo me fijé en él. Richards, un prodigio, un portento, un diamante con 17... pero las cosas no han cambiado y ya ha cumplido 23.

La polifuncionalidad no ha ayudado en su adaptación. Válido como central y lateral derecho, Micah todavía confía en sus posibilidades: "Debuté con Inglaterra a los 18 años y ahora creo que soy el doble de jugador de lo que era. Creo en mis capactidades". Es precisamente en la selección donde ha aumentado ostensiblemente la competencia en los puestos que él domina. Glen Johnson es el titular cuando las lesiones se lo permiten, se han adaptado al carril derecho tanto Jagielka o Smalling cuando ha sido necesario, Phil Jones ha irrumpido a lo grande en los últimos meses y Kyle Walker se acaba de estrenar en una convocatoria. Y eso sin hablar de los centrales puros como John Terry, Rio Ferdinand o Gary Cahill.


Quizás Micah Richards no aspiraba a ser el mejor defensa del mundo pero sí mucho más influyente de lo que es a día de hoy. A su favor juega la edad, también la experiencia, para alcanzar el nivel que siempre se le ha intuído. Porque diez sobre diez es la perfección y, que yo sepa, salvo los campos de fútbol de Inglaterra, los controles de Zidane y, como leí una vez, el ADN del hijo de Tom Brady y Gisele Bündchen, no hay nada perfecto en este mundo.

4 de octubre de 2011

Una sonrisa en Doncaster

Hace menos de un mes cerraban la tabla de Championship con un único punto. Además del pesimismo les golpeaba una falta de gol evidente: dos tantos en siete partidos. Su apañado estadio, Keepmoat Stadium, recogido por dentro, de asientos rojos a juego con la equipación del equipo, no había celebrado más que un gol en la temporada. Los análisis de las primeras semanas de competición ya los situaban como cantidatos claros al descenso... hasta que llegó Dean Saunders, actual entrenador del Doncaster Rovers.


El ex-futbolista galés llegó al banquillo del Doncaster tras una experiencia en Wrexham, equipo de Gales que milita en las catacumbas del fútbol inglés. Saunders ha inyectado optimismo en varias vertientes: realizó un cambio radical en las alineaciones del equipo, pasó a un definido 4-3-3 que ya se ha convertido en inamovible y desprende la alegría del nuevo proyecto en cada entrevista. El programa de la BBC 'The Football League Show' ya ha mostrado en muchas ocasiones su sonrisa al bajarse del autobús, su optimismo y su cercanía con los aficionados. En tres partidos ha cambiado la cara al equipo: dos victorias y un empate, cuatro goles a favor y colocados fuera de la zona de descenso.


Todo esto no habría sido posible sin materia prima. El mayor éxito del Doncaster reside en mantener a Billy Sharp, su mejor jugador, que regresó hace escasas fechas a los terrenos de juego por lesión. Llegaron a rechazar ofertas de 3 millones de libras por él: 30 goles en dos años son su medalla. Con el delantero marca goles James Hayter, su pareja perfecta el curso pasado. Y se han apoyado en las cesiones para crecer. En concreto dos: Jon Parkin, del Cardiff, y el jovencísimo Milan Lalkovic (1992), que pedía a gritos una cesión que le permitiese mostrar lo que ha insinuado en las inferiores del Chelsea. Lo que está claro es que Doncaster mira al fútbol de otra manera, ha olvidado el primer mes y medio de competición y ahora sólo puede mejorar.

3 de octubre de 2011

Dos goles con el mismo patrón

Ocurre lo mismo en las dos jugadas. Entre una y otra hay dos semanas de diferencia pero comparten esencia: el desmarque. Robo en el centro del campo, balón largo hacia la banda derecha y velocidad contra el rival para terminar centrando al área. En una es Nani, en la otra es Barnes; un extremo y un delantero. Pero el foco de atención no está en cómo ni dónde reciben: está en el lugar al que miran, ese punto en el que sus respectivos compañeros se retan en un duelo contra sus parejas de centrales para ganarles la posición y terminar marcando gol. El objetivo de los vídeos es fijarse en Chicharito Hernández y Craig Mackail-Smith. Dos nueves, dos rematadores que tiran desmarques perfectos, dos categorías diferentes con la necesidad del gol como patrón común.



Del mexicano del Manchester United conocemos sus virtudes. Del escocés del Brighton nos encargaremos de despedazarlas pronto, tal y como nos pide el rendimiento que está ofreciendo el equipo de Poyet, recién ascendido y en posiciones de playoff de promoción a la Premier League. Mackail-Smith fue su fichaje estrella llegado de destrozar las defensas de League One con el Peterborough (27 goles), equipo que ascendió junto al Brighton y Southampton. Tiene 27 años y su melena rubia es fácil de identificar desde el televisor. A la espera de poder desmenuzar como es debido a los 'seagulls', un gol gracias a su mayor virtud es el mejor aperitivo para uno de los dulces más apetecibles de Championship.