"Si los dados son mis dados y los tiro mal tirados, ésa es sólo mi cuestión"
Goodison Park, domingo, 14.30h. Con el miedo que supone la quema del descenso, con la inseguridad de no creerse capaz de nada, los dos equipos del Mersey se citan en un duelo para no hacerse más heridas de las que ya tienen. El Everton recibe en casa a su máximo rival, mientras que el Liverpool ha vuelto a sumergirse -con más estrépito, si cabe- en su propia burbuja de problemas internos y fiel reflejo exterior. Si David Moyes sigue con su dinámica de empezar mal para terminar en progresión ascendente, Roy Hogdson desprende desconfianza en un proyecto que no parece un objetivo a lograr y, ni siquiera, una ruta a seguir.
Creer que existe un callejón sin salida, pensar que no habrá más oportunidad que la que se dispone, proponer ideas que no se las lleve el viento. Es equivocado dejarse reventar por querer cambiar tu paisaje, y así hacer un nuevo equipaje con vistas al futuro. El estado de ánimo es tan frágil que un partido puede engañar la situación real. Pensar que el dolor terminará algún día, que las críticas pasarán de actualidad y que la moral puede renovarse jugando al fútbol. Dejar todo de lado y subirse a un nuevo tren, aunque quizás el bueno se marchó hace ya tiempo.
No es la primera vez que ambos equipos se encuentran tan mal posicionados en la clasificación. Lo que realmente destaca es su complejo de inferioridad, consumado en no ser capaces de afrontar un partido a tu máximo nivel. Factores externos en el Liverpool (cambio de dueños, nuevo entrenador y fichajes) y la historia mil veces repetida –de menos a más en cada temporada- de David Moyes. Los Toffees no pudieron ganar, ni marcar, en los dos partidos de la temporada pasada frente al Liverpool (0-2 y 1-0). Sin embargo, no hay nada más imprevisible que un duelo entre dos equipos venidos a menos, empequeñecidos y tímidos ante situaciones favorables.
Una sola victoria en siete partidos (sacando un valioso 3-3 frente al Manchester United en un final memorable) es el pésimo balance inicial de los locales. Por su parte, los Reds no deberían estar de enhorabuena por estos resultados. Con los mismos puntos que su rival, la imagen mostrada ha sido decepcionante. Sometidos al Manchester City (3-0), condenados por un error ante el Arsenal (1-1), impotentes frente al Birmingham (0-0) o Utrecht (0-0) y hundidos frente al Blackpool (1-2) en Anfield. Lejos de las negociaciones por la venta del club, el equipo no ha funcionado donde tenía que haberlo hecho; el Liverpool sigue estando varios pasos por detrás de lo que se le suponía viable para conseguir –sin ser eso una meta elevada para este año- y no queda más que una opción: Dejar todo de lado y subirse a un nuevo tren, aunque quizás el bueno se marchó hace ya tiempo.
5 comentarios:
Los dos necesitan una victoria como el comer. Lo que me planteo es con la mala situación del Liverpool ¿una derrota junto con la llegada de los nuevos dueños puede hacer peligrar el puesto de Hogson??
Saludos
Vaya derby , el que pierda puede quedar muy tocado , sí ambos clubes no lo están ya .
Un saludo
lamentable partido de los reds y muy intenso por los toffes que dieron guerra y demostraron que en casa son casi imbatibles. yo tbn comento en mi blog
www.elcontrafutbol.blogspot.com
un saludo
Hay veces que la justicia se impone en este maravilloso mundo del fútbol y ayer fue uno de esos días.
Los toffes se llevaron el gato al agua por una máxima muy sencilla: Corrieron más y mejor que su rival.
Más por intensidad en el partido, supieron meterse en el mismo y creerse que eran superiores, y mejor porque no corrieron a lo loco, se dosificaron en el esfuerzo.
No estaba Fellaini, tampoco Pienaar y aún así, la motivación pudo contra la calidad que se le presupone a los reds.
O espabilan en Anfield o lo van a pasar muy mal este año, y lo peor de todo es que no hay visos de mejora.
Lástima.
Bien por los de Goodison Park, estarán arriba.
@machaco
Totalmente de acuerdo. El Liverpool sufre ahora de no creerse nada de lo que puede conseguir y, o despierta, puede verse en una situación muy peligrosa a corto plazo.
Ya no es que se les suponga calidad o no, que la tendrían de estar motivados con el once de garantías, sino que va más allá del campo. Crisis institucional que se extiende desde la presidencia hasta los partidos.
Una pena.
Muchas gracias por tu comentario.
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