Nadie que haya visto el comienzo de temporada del Manchester City duda en afirmarlo: David Silva es uno de los tres hombres más en forma del comienzo de la Premier League. El puesto que ocupa varía según la opinión. He aquí el motivo por el que el Everton, en el encuentro del pasado sábado, eligió la opción de parar al español con un marcaje al hombre. El seguimiento de Jack Rodwell a Silva ya es uno de los movimientos defensivos del presente curso inglés. El centrocampista 'toffee' persiguió de esquina a esquina a su oponente, en un ejercicio mental de un esfuerzo brutal, olvidándose de la pelota y del juego de su equipo con el único objetivo que se le había encomendado: que David Silva no se luciese. Puede decirse que aprobó el examen en su duelo particular durante casi todo el encuentro. Y digo casi porque fue el '21' del Manchester City quien, finalmente, en dos movimientos, directa e indirectamente, decidió el partido.
La estrategia de David Moyes funcionó a la perfección durante los primeros cuarenta y cinco minutos. Silva se vio desplazado del volante derecho y se movió hacia el carril central. Limitado a jugar al primer toque, el español no estuvo a gusto y lo obligaron a cambios bruscos de dirección en su carrera para zafarse de Jack Rodwell. No lo consiguió. El Everton había planeado una defensa por acumulación en la que no había espacios para la sorpresa, para la genialidad de un equipo rival que posee una fuente inagotable de imaginación. Esto explica que en muchas fases del encuentro, los visitantes acumulasen a sus once jugadores por detrás de la pelota, todos en un tercio del campo, agolpados en su propio área. Así las cosas, la lentitud del juego del Manchester City, unido a la poca participación de Silva y a la congestión de intereses entre Kun Agüero y Dzeko en la punta del ataque, hicieron que el partido se fuese con empate al descanso.
El cambio de planes de Mancini llegó con la entrada de Balotelli, que sustituyó a un gris Dzeko. El delantero italiano cayó a banda derecha, lugar desocupado por Silva debido al exhaustivo marcaje de Rodwell y aprovechado en algún momento por las internadas de Micah Richards. Por ese carril consiguió el Manchester City la superioridad y, posteriormente, las ocasiones. Y aquí, en una situación favorable, entró en acción el español de los citizens. En el primer gol ejecuta un movimiento desde la frontal hasta la portería rival, facilita el pasillo para el Kun, que se asocia con Balotelli -sale a aprovechar el espacio generado por Silva- y define desde la frontal. En el segundo tanto, Silva se encuentra con un mal pase de Drenthe, ataca el campo rival, espera, se detiene, observa el desmarque de Milner y lo asiste al espacio de una forma en la que pocos saben hacerlo. Dos acciones que terminaron decidiendo, dos detalles que dieron la victoria.
Tema al margen es el papel de Jack Rodwell. La experiencia que le tocó vivir bien explica su situación actual. Hablamos de un futbolista llamado a dominar su equipo que tuvo que hipotecar su encuentro en función del rival. Su evolución como jugador está siendo compleja ya que no encuentra -o no le encuentran, o quizás no le dan continuidad- su posición adecuada. En los últimos dos años, Rodwell ha jugado de mediocentro, de mediapunta por detrás de un único delantero, de interior, de volante en un 4-4-2 y, como pudimos ver, de actor secundario para detener al rival. Demasiadas imprecisiones, no en su fútbol sino en sus intereses. ¿Debería fijársele un objetivo? ¿Es un mediocentro o un mediapunta? ¿Llegará a ser un jugador para liderar a un equipo? Deberían empezar por contestar esas preguntas. El potencial que tiene dentro pide que se encuentre una respuesta.
2 comentarios:
Es un mediapunta que también puede jugar como extremo. Está en un nivel muy alto. Lo que dices de construir, está tendiendo a hacerlo mucho por los problemas que tiene este City en la elaboración.
Un saludo y articulazo!
silva es el cerebro del equipo, no hay mas. mucho musculo y poco cerebro, pero con eso se pueden ganar titulos
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