A la sombra del Manchester City - Tottenham y el Arsenal - Manchester United, en la jornada veintidós de la Premier League se disputó un partido que, a la postre, deja un análisis de lo más interesante: Fulham - Newcastle. La victoria de los locales por 5-2 llegó tras una remontada en la segunda mitad, cuando su técnico, Martin Jol, introdujo una variación táctica en su equipo que permitió dar con los tres puntos. En ella destacó por encima de todos Andy Johnson, incluso por delante del hattrick de Dempsey, ya que personalizó la idea que Jol transmitió a los suyos en el descanso y que ejecutaron con maestría durante cuarenta y cinco brillantes minutos.
Martin Jol |
El Newcastle llegó a Craven Cottage con las bajas de Demba Ba y Tioté pero dominó la primera parte. El buen papel de Guthrie en el centro del campo, que marcó el primer tanto del partido, es digno de elogio. El equipo de Pardew tenía más posesión, llegaba con más facilidad y apenas sufría en defensa. A pesar de que el Fulham tenía superioridad en el centro, no se tradujo en peligro ni en minutos con el balón en su poder. Brian Ruiz no conectaba con el ataque y Dempsey recibía de espaldas, sin posibilidad de continuación. Con 0-1 en el descanso Martin Jol entró en acción.
El entrenador del Fulham quitó a Sidwell y Bryan Ruiz y metió a Andy Johnson y Baird. Cambió de formación: pasó de un delantero a dos y de cinco centrocampistas a cuatro, teniendo a Dempsey en una banda, con recorrido frente a la portería rival y no en el centro y de espaldas. Pero sobre todo modificó la idea, tal y como comentó en la rueda de prensa post-partido. Eliminó la intención de llegar pasando y la sustituyó por el balón largo. Para eso, claro, había puesto dos delanteros. La función de Andy Johnson y Bobby Zamora era esencial y salió de maravilla. Perfecta.
El primer paso se dio desde la portería. Salta a la vista la diferencia de rentabilidad que le sacó Stockdale a sus saques en la segunda parte, comparándolo con la primera. No solo sacó más veces en largo sino que sacó mejor, algo de lo que tienen buena culpa los receptores. Zamora se encontró cómodo en su especialidad mientras que Andy Johnson jugó los mejores minutos como cottager desde el mes de octubre, cuando era indiscutible en ataque. Ahora incluso se plantean su venta. Entre los dos se turnaron para pelear el salto. Una vez Bobby, especialista en el juego de espaldas; otra vez Andy, implicándose al máximo. De este modo se convirtieron en los amortiguadores del Fulham: cuando el equipo era muy largo, ellos bajaban y aguantaban el balón para volver a juntarse y lanzar el ataque. Así llegaron los goles de la remontada, clarificadores todos ellos.
Andy Johnson |
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