25 de febrero de 2012

Bellers

Craig Bellamy no se atreve a pronunciar el nombre de Gary Speed. En cada entrevista, sus respuestas mencionan un simple y sentido "él". Todo fue demasiado rápido. Su pérdida, irremediablemente dolorosa. La digestión está resultando dura y lenta. Tampoco tiene fuerzas para mencionar el hecho de su trágica muerte (supuesto suicidio), de la que intenta hablar como "eso". Las lágrimas de Bellamy todavía siguen cayendo en la memoria de los aficionados que recuerdan el emotivo minuto de silencio antes del partido contra el Chelsea. Más de dos meses después, las heridas siguen abiertas. En la final de la Carling Cup, el jugador del Liverpool se enfrenta al Cardiff, su ex equipo. Son de Gales, su tierra. También la del difunto Gary Speed, el ídolo de Bellers.  
Minuto de silencio en memoria de Gary Speed
Dentro de la semana más emotiva, Bellamy afronta el partido más complicado de su vida. Un encuentro en homenaje a "él" contra Costa Rica, el 29 de febrero. Uno estará sobre el césped pero el otro no. "Todavía no lo he superado y creo que nunca lo haré". Tres días antes disputa la final de la Carling Cup contra la ciudad que lo vio crecer y el equipo en el que militó la pasada temporada. En la memoria, Speed, otro galés. Siempre él. Cuenta Bellers que habla cada semana con sus hijos, hoy sin padre, porque así se acuerda de él: "Es necesario recordar lo que tienes". El delantero del Liverpool ha tenido un papel vital en el camino hasta aquí. Dos asistencias contra el Chelsea, en cuartos, y un gol decisivo al Manchester City, en la semifinal.

Craig Bellamy, 1979
La mala suerte ha acompañado a Bellamy en el pasado. Sin ir más lejos, en el último playoff de ascenso jugando en el Cardiff, se rompió a los quince minutos de empezar el partido. No pudo ser el héroe de aquella tarde. La presión podía con él, si no ganaba era un fracaso, no soportaba ese peso sobre su persona. Pero eso ya no le ocurre gracias a Steve Peters, un psicólogo. "Cuando empiezo a jugar asumo que puedo perder, pero siempre intento ganar. ¿Cómo vas a jugar bien si te estás poniendo toda la presión?", dice el galés. El domingo se cierra el círculo de Bellamy, lleno de relaciones de amor y odio y que se completa contra el equipo de su vida.

Pero si la suerte vuelve a ser esquiva con Bellers, él pensará en Sierra Leona, país en el que está participando en distintas campañas caritativas: "Que haya sido capaz de ayudar a gente en peor situación me da más satisfacción que lo que el fútbol me ha dado. Consiga o no consiga algo en el deporte, algún día podré volver a ver Sierra Leona y comprobar lo que he podido ofrecer". Porque si algo le ha dado la experiencia es que sus derrotas ya no las ve como un fracaso, las minimiza, y sigue aprovechando lo que el fútbol le está dando.

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