Recuperación y salida rápida al ataque. El primer toque al balón, un caño, le permite coger una velocidad endiablada hacia la portería rival. Atraviesa el centro del campo y en varios segundos se planta en el área opuesta. Encara a su próximo objetivo, lo deja atrás y se perfila para chutar. Su disparo rebota en un jugador y termina entrando en la portería. Es el uno a cero, el gol que da al Brighton el pase a la siguiente ronda de FA Cup. Tenía que ser Will Buckley, el jugador más en forma de los sureños, quien marcase el tanto de la victoria. Como también fue él quien selló el primer triunfo oficial en el nuevo estadio, en agosto, sobre la bocina. Para Buckley, llegado procedente del Watford en verano, será un regalo visitar Anfield en la próxima ronda. Adivinó su predicción que dio en la entrevista post-partido antes de conocer los próximos emparejamientos. Cuestión de suerte, seguramente. "Dije la semana pasada que Buckley ya ha hecho valer el precio que costó. Todo lo que llegue ahora es un extra", comenta su actual entrenador.
Will Buckley celebra el gol de la victoria contra el Newcatle |
Detrás del sueño del Brighton está Gustavo Poyet. El técnico uruguayo, cómodo y adaptado al estilo inglés, al modelo directivo británico, consiguió el ascenso la temporada pasada y en ésta se mantiene holgadamente en la zona media/alta de Championship, tras ser la revelación de las primeras semanas. La base del proyecto está definida gracias a los destacados movimientos que hubo en verano. En concreto uno que, precisamente, no era futbolista: el AMEX Stadium, la nueva casa del club. "Eso influyó para atraer a jugadores de la talla de Vicente o Mackail-Smith", cuenta Poyet. Este último ha sido el fichaje más sonado y no es de extrañar. El internacional escocés es el segundo máximo goleador del equipo, después de Buckley, a pesar de una sequía anotadora sufrida hace algunas semanas. Con él llegaron otros siete nombres nuevos (Vicente, Bergkamp, David González, Hoskins, Harley, LuaLua y Vincelot). No todos ellos ha entrado en la dinámica semanal de juego, pero han formado una de las plantillas más interesantes y prometedoras de la categoría.
Craig Noone, 1987 |
"Premier League. No pongo un plazo, pero es el objetivo", insiste el uruguayo. Unas raíces jóvenes son el motivo para poder pensar en ello. La proyección defensiva de Dunk, indiscutible y elegante central; la organización e intensidad de Bridcutt, para muchos el mejor holding midfielder de la categoría; el talento de Noone en el extremo, aunque costó lo suyo mantenerlo ante las ofertas recibidas; la clase y llegada de Harley, buscando la oportunidad perdida; el olfato y la explosividad en el desmarque de Barnes o el desparpajo driblador de LuaLua. Además de Jake Caskey, un protegido en esta página, que se ha hecho con un hueco en el once pesar de no haber alcanzado todavía los dieciocho años.
El Brighton está marcando su línea a seguir. Quien la dibuja es Poyet, que recuerda como tiempos difíciles cuando tuvo que obligar a sus centrales a sacar la pelota por el suelo, al contrario de lo que hacían. Se sorprendían porque preferían un pelotazo, mucho más fácil de realizar. Pero el técnico uruguayo prefiere jugar con la cabeza, pensar más. Ser mejor. Poco a poco, gracias a los jugadores que han ido llegando, los 'seagulls' han creado su identidad. Poyet tiene entre sus manos un regalo, un equipo de fútbol como excusa para hacer algo importante en la ciudad del sur de Inglaterra.
El Brighton está marcando su línea a seguir. Quien la dibuja es Poyet, que recuerda como tiempos difíciles cuando tuvo que obligar a sus centrales a sacar la pelota por el suelo, al contrario de lo que hacían. Se sorprendían porque preferían un pelotazo, mucho más fácil de realizar. Pero el técnico uruguayo prefiere jugar con la cabeza, pensar más. Ser mejor. Poco a poco, gracias a los jugadores que han ido llegando, los 'seagulls' han creado su identidad. Poyet tiene entre sus manos un regalo, un equipo de fútbol como excusa para hacer algo importante en la ciudad del sur de Inglaterra.
1 comentario:
Las categorías inferiores inglesas son una gozada y un excelente trampolín tanto para jugadores como para entrenadores, siendo Gus Poyet claro ejemplo. Y toda la razón, el fichaje más importante del Brighton ha sido el nuevo campo, porque el que han utlizado durante la primera decada del siglo XXI era un estadio antagónico al estilo inglés, con sus pistas de atletismo incluídas.
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