11 de abril de 2012

La felicidad en una parada

La mejor foto que guardaba en su memoria era una en la que sostenía, con el traje empapado de la celebración, el trofeo de campeón de la Carling Cup. Hasta el pasado martes, el paso de Brad Jones por el Liverpool venía acompañado de alguna lágrima de más. Sobraban penas y faltaban sonrisas. Que no fuera ni la segunda opción para defender la portería era un problema con el que podía enfrentarse, algo menor, pero nada comparable a lo que la vida tenía preparado para su hijo Luca, a quien le fue diagnosticada una leucemia en el verano de 2010. Era época de Mundial, el foco de atención se encontraba en Sudáfrica y Brad Jones estaba concentrado con la selección australiana. Junto al resto de sus compañeros recibió la fatídica noticia y tuvo que volver a Inglaterra para asumir un duro e inesquivable golpe familiar. Meses después firmó por los de Anfield.

Momento posterior al penalti durante el Blackburn-Liverpool

Pasaron los días y cumplió un año como jugador del Liverpool, aunque no tenía nada que celebrar. En noviembre de 2011 y a los seis años de edad, el pequeño Luca dejó la última mirada de su vida y se fue junto a su enfermedad. Murió sin poder presenciar la noche en que su padre fue la imagen de la victoria. Salió de suplente, de rebote, siendo secundario, algo de lo que ya se ha acostumbrado como red. Sin Reina y con Doni expulsado, Brad Jones entraba al campo con el objetivo de parar un penalti. Miró al frente, se apretó los guantes y se lanzó a la derecha. El balón le llegó manso, lo aseguró entre sus brazos y apuntó su vista al cielo, recordando a su hijo fallecido. Emocionante imagen que sus compañeros celebraron como el logro de la noche. El Liverpool ganó en el descuento y Brad provocó otro penalti, pero la suerte que la vida le negó a Luca se la cedió a su padre para erigirse como héroe del encuentro y de una hinchada entregada.

Brad Jones, 1982
Puede ser el del próximo sábado uno de los encuentros más importantes que vaya a jugar Brad Jones en su vida, una semifinal de la FA Cup en Wembley frente al Everton. Un partido trascendental para su equipo en el que será titular ante la baja por amonestación de sus compañeros. Y lo será con un recuerdo enternecedor de Luca y con la sonrisa de su segundo hijo, nacido hace pocos días bajo el nombre de Nico Luca Jones, en memoria de su hermano. Brad Jones será la representación de la felicidad de una familia a la que la fortuna ya mira de frente, aunque por el camino hayan desbordado demasiadas penas.

1 comentario:

catenaccio dijo...

Gran artículo Álvaro, de lo mejorcito que he leído hace tiempo. Nos espera un gran partido mañana. Come on Reds!