Los estados de forma en los deportistas son una de las mayores incógnitas por resolver. Pasar por un buen o mal momento durante el año puede marcar tu carrera deportiva. Mientras unos apuntan más alto de lo que realmente tienen y acaban siendo sobrevalorados, hay otros que tienen dentro mucho más de lo muestran mientras que la constancia el secreto de su éxito. Ir mejorando con los días, seguir al nivel de los mejores del mundo y luchar por todos los títulos que se juega, es el pan de cada día de todos aquellos jugadores llamados como los mejores del mundo del fútbol. En ese rendimiento se encuentra Steven Gerrard, aunque no recordaremos esta temporada como una de las mejores del capitán red. Mermado por las lesiones y por una forma un tanto decepcionante, Steven intenta entonarse de cara al que puede ser su último Mundial.

El número ocho de Anfield va camino de terminar un año con mucha pena y sin gloria. Las expectativas del Liverpool no han sido cumplidas, ni mucho menos. Eliminados a las primeras de cambio en la Champions League y descartados excesivamente pronto de la lucha por la Premier League, ya sólo queda el consuelo de lograr algo en la Europa League e intentar garantizar una plaza europea para la temporada siguiente. El conjunto de Rafa Benítez ha funcionado a base de arreones a lo largo del año. Estos arreones han servido para bajar el nivel medio de la clase, donde el único y claro aventajado es Fernando Torres. Todos los demás son estudiantes de nivel medio, donde van sacando sus asignaturas medianamente y de vez en cuando estudian. Como es lógico, cuando se estudia se recompensa tu trabajo. Pues bien, cuando se juega bien, los resultados llegan al instante.
El mal momento deportivo del Liverpool concuerda a la perfección con el estado de forma de Steven Gerrard. Decir que no ha mostrado todo lo que tiene sería quedarse corto. Lo cierto es que tiene mucho y apenas ha destacado entre los suyos. En demasiadas ocasiones, incluso se ha quedado por debajo del nivel. La nota media en el Liverpool es tan mediocre que su baja forma pasa desapercibida. Pero no para ojos de los que siguen confiando en él. Todos echan de menos su aportación al equipo en los momentos clave. Se quiere recuperar a un hombre luchador y que sepa dirigir al Liverpool cuando se encuentre perdido. El Steven Gerrard que nos enamoraba en aquella final de Estambul ahora es una sombra que intenta volver a ser real. Deambular por el campo y dar pases a los rivales se ha convertido en corriente, mientras que sus buenas acciones han quedado reducidas a anécdotas.

Pero no todo son críticas para Gerrard. Su pasado es tan sumamente bueno que siempre esperamos que pueda rendir de la misma manera. A pesar de estar de capa caída, no hay duda de que volverá a empuñar su espada. Potencia, regate en carrera, oportunismo y sacrificio. Los valores de todo capitán residen en Liverpool. Sus mejores virtudes salen a la luz, cada vez con mayor asiduidad, tras unos meses totalmente escondido. Los partidos contra el Lille, Portsmouth y Sunderland son un camino abierto al optimismo. Aquella final en 2005 muestra todos y cada uno de los aspectos positivos de Steven. Volver a ellos significaría retornar a lo más alto. Le hemos visto tocar la cima y mantenerse, y por eso no hay duda de que conoce el camino para volver. Aquel día tocó el cielo. Disfrutó de un momento histórico. Y, además, hizo disfrutar.
Que Steven Gerrard no pasa por un buen momento es algo evidente a los ojos de cualquiera. Pero lo que no es menos evidente es la clase que el mediocampista ingles esconde. Por este y mil motivos más, cada detalle de Steven en esta temporada nos hace recordar sus momentos mágicos con la camiseta del Liverpool. Por este y mil motivos más, seguimos confiando en que el capitán regrese a lo que un día fue y siga marcando las diferencias entre los grandes. Destacar en una temporada donde tu equipo no lo hace es difícil, pero más difícil era remontar tres goles en cuarenta y cinco minutos ante un equipo mejor. Steven ha sido capaz de hacerlo, testigos somos todos. Ahora no será menos.

El número ocho de Anfield va camino de terminar un año con mucha pena y sin gloria. Las expectativas del Liverpool no han sido cumplidas, ni mucho menos. Eliminados a las primeras de cambio en la Champions League y descartados excesivamente pronto de la lucha por la Premier League, ya sólo queda el consuelo de lograr algo en la Europa League e intentar garantizar una plaza europea para la temporada siguiente. El conjunto de Rafa Benítez ha funcionado a base de arreones a lo largo del año. Estos arreones han servido para bajar el nivel medio de la clase, donde el único y claro aventajado es Fernando Torres. Todos los demás son estudiantes de nivel medio, donde van sacando sus asignaturas medianamente y de vez en cuando estudian. Como es lógico, cuando se estudia se recompensa tu trabajo. Pues bien, cuando se juega bien, los resultados llegan al instante.
El mal momento deportivo del Liverpool concuerda a la perfección con el estado de forma de Steven Gerrard. Decir que no ha mostrado todo lo que tiene sería quedarse corto. Lo cierto es que tiene mucho y apenas ha destacado entre los suyos. En demasiadas ocasiones, incluso se ha quedado por debajo del nivel. La nota media en el Liverpool es tan mediocre que su baja forma pasa desapercibida. Pero no para ojos de los que siguen confiando en él. Todos echan de menos su aportación al equipo en los momentos clave. Se quiere recuperar a un hombre luchador y que sepa dirigir al Liverpool cuando se encuentre perdido. El Steven Gerrard que nos enamoraba en aquella final de Estambul ahora es una sombra que intenta volver a ser real. Deambular por el campo y dar pases a los rivales se ha convertido en corriente, mientras que sus buenas acciones han quedado reducidas a anécdotas.

Pero no todo son críticas para Gerrard. Su pasado es tan sumamente bueno que siempre esperamos que pueda rendir de la misma manera. A pesar de estar de capa caída, no hay duda de que volverá a empuñar su espada. Potencia, regate en carrera, oportunismo y sacrificio. Los valores de todo capitán residen en Liverpool. Sus mejores virtudes salen a la luz, cada vez con mayor asiduidad, tras unos meses totalmente escondido. Los partidos contra el Lille, Portsmouth y Sunderland son un camino abierto al optimismo. Aquella final en 2005 muestra todos y cada uno de los aspectos positivos de Steven. Volver a ellos significaría retornar a lo más alto. Le hemos visto tocar la cima y mantenerse, y por eso no hay duda de que conoce el camino para volver. Aquel día tocó el cielo. Disfrutó de un momento histórico. Y, además, hizo disfrutar.
Que Steven Gerrard no pasa por un buen momento es algo evidente a los ojos de cualquiera. Pero lo que no es menos evidente es la clase que el mediocampista ingles esconde. Por este y mil motivos más, cada detalle de Steven en esta temporada nos hace recordar sus momentos mágicos con la camiseta del Liverpool. Por este y mil motivos más, seguimos confiando en que el capitán regrese a lo que un día fue y siga marcando las diferencias entre los grandes. Destacar en una temporada donde tu equipo no lo hace es difícil, pero más difícil era remontar tres goles en cuarenta y cinco minutos ante un equipo mejor. Steven ha sido capaz de hacerlo, testigos somos todos. Ahora no será menos.